La paradoja de la apropiación del discurso antisistema por la extrema derecha brasileña: análisis de la argumentación en el discurso político de Jair Bolsonaro
Sabrine Weber
Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil
sabrinegweber@gmail.com
Trabajo recibido el 9 de marzo de 2024 y aceptado el 5 de noviembre de 2024.
Resumen
El artículo explora la ambigüedad entre el discurso antisistema, apropiado por la extrema derecha, y la articulación de narrativas de odio y oposición a políticas gubernamentales orientadas a la promoción de la equidad social. Para ello, se toma como objeto de estudio el discurso pronunciado por Jair Messias Bolsonaro, entonces presidente de la República Federativa de Brasil, el 7 de septiembre de 2021, en la Avenida Paulista, en São Paulo. La investigación se fundamenta en el análisis lingüístico del discurso y la argumentación (Verón 1987, Charaudeau 2009), adoptando una perspectiva crítica y etnográfica. El estudio identificó que el discurso de Bolsonaro utiliza estrategias argumentativas que describen de forma catastrófica un escenario que, según él, le impide gobernar. Además, recurre a un discurso contra el sistema, al que asocia con sus enemigos —las instituciones democráticas— mientras, paradójicamente, produce una narrativa de odio contra políticas orientadas a la promoción de la igualdad social.
Palabras clave: discurso de la extrema derecha, retórica antisistema, discurso político, análisis de la argumentación.
The paradox of the far-right’s appropriation of the anti-system discourse in Brazil: an analysis of the argumentation in Jair Bolsonaro’s political discourse
Abstract
The article explores the ambiguity between the anti-system discourse appropriated by the far-right and the articulation of narratives of hatred and opposition to government policies aimed at promoting social equity. To do so, it examines the speech delivered by Jair Messias Bolsonaro, then President of the Federative Republic of Brazil, on September 7, 2021, on Avenida Paulista in São Paulo. The research is based on linguistic analysis of discourse and argumentation (Verón 1987, Charaudeau 2009), adopting a critical and ethnographic perspective. The study identified that Bolsonaro’s discourse employs argumentative strategies that describe a catastrophic scenario that, according to him, prevents him from governing. Furthermore, he uses a discourse against the system, which he associates with his enemies —the democratic institutions— while paradoxically producing a narrative of hatred against policies aimed at promoting social equality.
Keywords: far-right discourse, anti-system rhetoric, political speech, argumentation analysis.
O paradoxo da apropriação do discurso antisistema pela extrema-direita brasileira: análise da argumentação no discurso político de Jair Bolsonaro
Resumo
O artigo explora a ambiguidade entre o discurso antissistema, apropriado pela extrema-direita, e a articulação de narrativas de ódio e oposição a políticas governamentais voltadas para a promoção da equidade social. Para isso, toma como objeto de estudo o discurso proferido por Jair Messias Bolsonaro, então presidente da República Federativa do Brasil, em 7 de setembro de 2021, na Avenida Paulista, em São Paulo. A investigação se fundamenta na análise linguística do discurso e da argumentação (Verón 1987, Charaudeau 2009), adotando uma perspectiva crítica e etnográfica. O estudo identificou que o discurso de Bolsonaro utiliza estratégias argumentativas que descrevem de forma catastrófica um cenário que, segundo ele, o impede de governar. Além disso, recorre a um discurso contra o sistema, o qual ele associa a seus inimigos —as instituições democráticas— enquanto, paradoxalmente, produz uma narrativa de ódio contra políticas voltadas para a promoção da igualdade social.
Palavras-chave: discurso da extrema-direita, retórica antissistema, discurso político, análise da argumentação.
1. El ascenso de la extrema derecha y su sistema de creencias como parte de la guerra cultural
La ascensión de la extrema derecha en la era del capitalismo tardío (Harvey 1989, Giddens 1990) se destaca en la coyuntura sociopolítica brasileña, pero no se limita a ella. La victoria de Jair Messias Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2018 se enmarca en un contexto internacional de crecimiento de la extrema derecha, cuyos hitos incluyen el referéndum del Brexit y la victoria de Trump en 2016.
Este fenómeno también se manifiesta, en la década siguiente, en Argentina, con la victoria del presidente ultraderechista y anarcocapitalista Javier Milei en 2023; en el Parlamento Europeo, con la oleada de representantes de extrema derecha elegidos en 2024; en Portugal, con el avance del partido de extrema derecha Chega como la tercera mayor fuerza política del país; en Israel, con los 14 años de la extrema derecha en el poder, liderada por el primer ministro Benjamín Netanyahu (2009-2021; 2022-presente) y su genocidio contra el pueblo palestino.
Asimismo, el partido ultranacionalista de Modi en India; casi 15 años de gobierno del primer ministro de extrema derecha Viktor Orbán en Hungría; y los ocho años (2015-2023) de poder autoritario en manos del partido de extrema derecha PiS en Polonia son otros ejemplos. Estos son algunos de los casos que reflejan la crisis y el colapso del sistema capitalista, que, al entrar en decadencia, crea condiciones para el surgimiento de movimientos neofascistas (Löwy 2015).
García Linera (2023) sostiene que las derechas autoritarias se presentan como representantes de una “sagrada cruzada económica”, con el objetivo de preservar el mercado y la “libertad” ante cualquier indicio de estatismo o colectivismo. También se posicionan como agentes de una renovación espiritual para restablecer un orden moral global, comenzando con la figura del jefe de familia en el hogar, el empleador en la empresa, la narrativa de la piel blanca en la historia nacional y una voz divina en el control de las decisiones.
En general, la extrema derecha se caracteriza por una aversión al papel del Estado, abogando por la reducción de impuestos para los ricos y afirmando que los derechos humanos y populares constituyen un robo al Estado, al mismo tiempo que defienden la meritocracia y la privatización de todos los bienes públicos.
Por otra parte, existe una recurrente apropiación, por parte de la extrema derecha, de una retórica antisistema. Lo hace, sin embargo, de manera distorsionada, adoptando un discurso “contra el sistema” mientras reformula elementos tradicionalmente vinculados a la izquierda, como la crítica al orden establecido, y los dirige contra políticas de equidad social. Esta apropiación discursiva, sin cuestionar el modelo económico vigente, se centra esencialmente en el ámbito cultural e integra estrategias de la llamada “guerra cultural” (Castro 2021).
Esta estrategia, lejos de ser subestimada, capta insatisfacciones materiales reales —provenientes de la democracia liberal— y las traduce en soluciones, a veces “simplistas” (Weber 2023), otras veces violentas, percibidas por muchos votantes como “valientes” o incluso “revolucionarias”.
Gago (2024) analiza esta contradicción en Argentina, centrándose en el discurso de Javier Milei contra lo que él denomina la “casta política” y en su empleo del término Libertad como expresión de un derecho individual y no colectivo, una característica propia del neoliberalismo vigente. En Brasil, algunos ejemplos incluyen la publicación del libro Ato e potência - Bolsonaro: um homem contra o sistema (Junior 2022) y el lema de Bolsonaro, exhibido en carteles durante manifestaciones en su apoyo (figura 1): “El Supremo es el pueblo”. Esta misma ambigüedad se manifiesta en el discurso de Trump, que lo llevó a la presidencia en 2017 y nuevamente a la victoria en 2024, gracias a su retórica contra el globalismo.
Figura 1. Manifestantes en un acto a favor de Bolsonaro, en Campo Grande, Brasil (fuente: G1 MS, 2021).
En este contexto, el objetivo central de este artículo es analizar, mediante una metodología cualitativa de carácter crítico-interpretativo, el discurso pronunciado por Jair Messias Bolsonaro el 7 de septiembre de 2021 en São Paulo. El evento reunió a 125 mil manifestantes a favor del gobierno, lo que representó solo un 6% del número esperado por los seguidores del entonces presidente, quienes preveían 2 millones de participantes según el gobierno de São Paulo (Folha de S. Paulo 2021). En su discurso, Bolsonaro evidencia su postura, con consignas, contra el sistema. Por ello, la paradoja de la apropiación de este discurso por parte de la extrema derecha y sus prácticas es el foco de este artículo.
El discurso fue uno de los tres realizados ese día; antes, Bolsonaro había hablado en Brasilia y en Río de Janeiro. La fecha conmemora la independencia de Brasil, un día que tradicionalmente se celebra en todo el país. Sin embargo, durante el gobierno de extrema derecha en Brasil, la fecha se convirtió en una manifestación ideológica y política de apoyo al gobierno, caracterizada por acciones con raíces golpistas, financiadas por ruralistas (Audi y Bispo 2021)1, que exigían una “nueva independencia”. Quince días antes del evento, varias publicaciones diarias en redes sociales, como grupos de WhatsApp y Telegram, se repetían para convocar a las personas a participar en los eventos en Brasilia, São Paulo y Río de Janeiro.
La manifestación estuvo marcada por las demandas del público, que participaba portando carteles con consignas como: “Intervención militar con Bolsonaro en el poder”. En ese momento, circulaba entre la extrema derecha un discurso que desafiaba a los ministros de la Corte Suprema (Supremo Tribunal Federal), quienes, según este grupo, al investigar las conductas del presidente, “no permitían que Bolsonaro gobernara”.
Es importante señalar que el debilitamiento de la democracia, manifestado en la invasión a los edificios de los tres poderes de Brasil (Congreso Nacional, Supremo Tribunal Federal y Palácio do Planalto) el 8 de enero de 2023, fue un ataque precedido por una serie de otros actos antidemocráticos por parte de los seguidores del entonces presidente, y también se llevó a cabo a través de estrategias discursivas en las redes de comunicación bolsonaristas. Desde que asumió el poder en 2019, Jair Bolsonaro realizó transmisiones en vivo una vez por semana a través de sus redes sociales, en un espacio protegido de críticas. En el ejercicio del poder, el presidente mantuvo una postura de intolerancia hacia los periodistas opositores, incluso de los medios de comunicación tradicionales, como Rede Globo, que era nombrada como un nido de comunistas por la extrema derecha2. Según Repórteres Sem Fronteiras (RSF 2022), Brasil fue elegido, en 2021, como el segundo país más letal para los periodistas en América Latina, después de México. Solo en el primer semestre de 2021, se registraron 330 ataques, un aumento del 74% en comparación con el año anterior (RSF 2020). Su aversión a la prensa llevó al presidente a crear un círculo con portales de noticias digitales y redes de televisión que lo respaldaban incondicionalmente. El llamado Cercadinho estaba compuesto por portales y redes de televisión que minimizaron el impacto de la pandemia de COVID-19 e ignoraron las maniobras antidemocráticas del gobierno de aquel momento.
En este sentido, el análisis de las estrategias argumentativas del discurso de Bolsonaro el 7 de septiembre de 2021 se justifica al materializar agendas antidemocráticas con estrategias de persuasión que atravesaron su gobierno y, aunque fue derrotado en las elecciones de 2022, la reproducción de estas estrategias sigue siendo una práctica constante. Un ejemplo de ello fue la entrevista que Bolsonaro concedió a la radio Mitre el 8 de diciembre de 2023, durante su visita a Argentina para participar en la toma de gobierno del presidente de ultra derecha Javier Milei, cuando afirmó que Brasil está dominado por comunistas y que los ataques del 8 de enero fueron, en realidad, “actos legítimos de manifestación popular” (Cotrim 2023).
De esta manera, este artículo está organizado de la siguiente manera: a continuación, se presenta la sección que aborda el marco teórico; en la sección 3, se presenta la metodología utilizada, así como la constitución del corpus y los procedimientos analíticos; en la sección 4, se realiza el análisis lingüístico del corpus para, finalmente, en la última sección, presentar algunas reflexiones sobre el análisis.
2. Marco teórico y metodológico
En esta sección, se abordan los conceptos de discurso político y su objetivo; estrategias argumentativas que caracterizan este tipo de discurso y cuál es su relación con la verdad que expresa la extrema derecha en la coyuntura brasileña. En la segunda subsección, se señalan los pasos metodológicos adoptados para el estudio.
2.1. Análisis del Discurso Político
De manera general, Verón (1987, 13) define que el discurso político “son textos producidos por líderes o por partidos políticos” que tiene como objetivo influir en su interlocutor. El poder de influencia de las palabras reside, sobre todo, “en su repercusión en los sistemas de espera ciudadanos (efecto de espejo), los cuales son sensibles a los valores, al carisma de las personalidades políticas y a la emoción situacional” (Charaudeau 2009a, 261).
Por tanto, existe un sistema que actúa sobre el otro en busca de la adhesión del este. Pero, Charaudeau (2009a) plantea que, en un régimen democrático, el poder resulta a la vez de un consentimiento. Esta adhesión depende de estrategias dirigidas al destinatario. Verón (1987, 17-18) presenta tres destinatarios del discurso político: (1) Destinatario positivo o prodestinatario; (2) destinatario negativo o contradestinatario; y (3) tercer hombre o paradestinatario.
El primero, destinatario positivo, es parte del colectivo de identificación y está en el orden del refuerzo. Supone un lazo de creencia presupuesta con aquel que adhiere a los mismos valores y persigue los mismos objetivos que el enunciador. El segundo, destinatario negativo, ocupa la posición del adversario y está en el orden de polémica. Está excluido del colectivo de identificación, y el lazo con este, por parte del enunciador, es la hipótesis de una inversión de la creencia: lo que es verdadero para el enunciador es falso para el contradestinatario. Y el tercero, el tercer hombre, está en el orden de la persuasión. Son sectores de la ciudadanía que, de cierta manera, se mantienen “fuera del juego” y son identificados como los “indecisos”, ocupando una posición de suspensión de la creencia.
Para lograr la adhesión del ciudadano al proyecto o acción política del sujeto político, este despliega diversas estrategias discursivas, según lo descrito por Charaudeau (2009b, 264).
Es común, según Charaudeau (2009b), que sujetos políticos hagan una descripción catastrófica, es decir, habla de una situación social de la que es víctima el pueblo. De hecho, pueden hacer también, de acuerdo con el autor, una descripción de los culpables por la situación presentada, una fuente de todos los males, “como la clase política, las élites aisladas del pueblo, las instituciones que han perdido toda autoridad y la burocracia” (Charaudeau 2009b, 264). Otra estrategia es la exaltación de valores, los cuales, para la extrema derecha, suelen ser relacionados a una moral religiosa y de verdadera patria; o, finalmente, nombrarse como una aparición de una persona providencial, carismática, visionaria, capaz de romper con el pasado y que será “el salvador” de la sociedad. Tales estrategias están presentes en el discurso analizado y veremos, en la sección 4, cómo funcionan.
Nos interesa mencionar, para el sustento teórico del análisis del discurso seleccionado, las características que Charaudeau (2009b) presenta para el discurso político, cuando aborda la descripción del enemigo. Para el autor, es común en el discurso político presentar al enemigo de manera vaga,
como si estuviera oculto, como una bestia acurrucada en la sombra lista para atacar. Se trata de sugerir que se prepara un complot y que estos enemigos son conspiradores (...) Y es que se trata, a fin de cuentas, de encontrar un ‘chivo expiatorio’ cuando se estigmatiza la fuente del mal, cuando se denuncia a un culpable, para orientar la violencia contra ese culpable, de manera que desencadene el deseo de su destrucción que lograría la reparación del mal (función de catarsis) (Charaudeau 2009b, 265).
Este enemigo también es causa del mal, representado por individuos o colectivos que se perciben como adversarios a combatir debido a su afiliación a un grupo, partido o ideología específicos, como los marxistas, socialistas, capitalistas, fascistas y otros grupos que se consideran portadores de una ideología opuesta a la propia.
Además, al llevar a cabo tales estrategias, el discurso político no busca probar, sino convencer. Por tanto, lo que es verdad no importa. La verdad colectiva sólo es reforzada por el líder y reproducida, actualmente, en el capitalismo avanzado3, a través de los canales mediáticos. Es necesario resaltar que, por un lado, hay la verdad (individual o social) ligada a marcos positivos de conceptualización, como la lógica o la fe y susceptible de ser probada, develada, mostrada, revelada y, por otro lado, hay el efecto político del uso de los canales mediáticos en el capitalismo avanzado.
El autor sostiene además que lo que está en juego es a la vez la veracidad, como la razón subjetiva, y la influencia, la de un sujeto que intenta modificar la opinión y/o creencias del otro. En consecuencia, los argumentos empleados para convencer al otro tienen más relación con la pasión, y aún más, “con el ethos y el pathos, así como con el logos, ya que el objetivo del discurso es hacer creer algo al otro, de manera que este último esté en posición de deber creer” (Charaudeau 2009a, 281). Por lo tanto, al político se le exige simplificar su argumentación, lo que lo lleva a presentar un razonamiento causal sencillo fundamentado en fuertes creencias que se supone son compartidas por la mayoría.
Estos rasgos suelen estar presentes en los discursos de ultraderecha, la cual, según García Linera (2023), representa el otro rostro de la centroderecha. La derecha del siglo XXI tiene sus propias características. García Linera (2022) sostiene
[que la derecha] ya no moviliza el imaginario de un universal en el que caben todos, incluso los “perdedores” [...]. Hoy trasmina un sórdido resentimiento y melancolía. Resentimiento contra la plebe igualada, contra los jóvenes pobres que ponen en riesgo su “seguridad”, contra el migrante que ocupa empleos que ellos desprecian, contra las mujeres que ya no toleran la tiranía patriarcal, contra los “comunistas” que quieren ampliar el Estado protector. Y melancolía por los viejos tiempos de gloria, cuando no había progresismos, cuando las mujeres estaban en las casas, cuando los jóvenes estaban vigilados, cuando los trabajadores no tenían sindicatos y cuando las decisiones del Estado se hacían en embajadas extranjeras o en las oficinas de las grandes corporaciones empresariales (García Linera 2022, 47).
Esta dinámica se produce y se sostiene a través de un discurso respaldado por una exageración de valores morales (como la familia tradicional) y religiosos (solamente exaltación del dios del cristianismo), de una interpretación única, que busca aniquilar diferentes formas de existir. Esta práctica se percibe en el análisis realizado en este trabajo en cómo el en aquel momento presidente de Brasil hace su pronunciamiento basado en el odio al enemigo.
2.2. Metodología
La metodología utilizada es cualitativa y se ubica dentro del paradigma interpretativista (Guba y Lincoln 1998). La investigación cualitativa significa
[que] parte de los datos para generar teoría, que reconoce la intervención continua del investigador en lo que se analiza, por lo que se acepta la subjetividad (doble hermenéutica); no hay hipótesis porque no hay nada que corroborar (a veces pueden mencionarse hipótesis teóricas que surgen de una investigación exploratoria); la metodología es cualitativa, los estudios son solo de caso, no se pretenden leyes generales, sino que se entiende que las investigaciones son válidas solo para el momento histórico, el lugar y los individuos bajo análisis (Pardo 2013, 01).
Esta afirmación dialoga con una comprensión no positivista de la práctica científica, un alejamiento de la idea de que la ciencia está “por encima” o “separada” de la ideología, como si se realizara en un ambiente estéril y hermético en cuanto a las cuestiones ideológicas de la constitución del sujeto y sus prácticas.
Este marco se sostiene en una perspectiva crítica de análisis que concibe el discurso de modo dialógico, como práctica socialmente constitutiva y constituida socialmente, teniendo en cuenta su potencial de acción, para generar un cambio, es decir, según Van Dijk (1989), el ACD busca el cambio social a través de la acción discursiva.
Por lo tanto, el análisis del discurso de Jair Bolsonaro se desarrolló mediante los siguientes procedimientos:
a) En el estrato cultural, se sistematizó la estructura esquemática del género mediante la identificación de sus etapas, fases y finalidad sociocomunicativa.
b) En el nivel discursivo-textual, se analizaron las estrategias discursivas y argumentativas, incluyendo el uso de pronombres, personas discursivas y procesos verbales.
c) En la dimensión retórica, el análisis se centró en la persuasión lograda a través de la comunicación. Se examinaron los recursos que destacan los comportamientos de los participantes, los marcos invocados y los movimientos de participación y posicionamiento derivados de los cambios en el alineamiento.
Desde una perspectiva social (Du Bois 2007), el posicionamiento es un acto público de un actor social, alcanzado de manera dialógica a través de medios comunicativos implícitos. Este proceso evalúa simultáneamente objetos, posiciona sujetos (a sí mismos y a otros) y alinea al sujeto con otros en relación con alguna dimensión del campo sociocultural (Carrizo 2021).
3. Análisis del discurso político de Jair Bolsonaro
El discurso de Jair Messias Bolsonaro se compone de diez etapas, que fueron segmentadas por tema: (1) saludo, presentación e introducción del tema; (2) contexto con descripción del escenario; (3) presentación de argumentos para justificar sus decisiones y adhesión del destinatario; (4) presentación de la persona blanco de sus ataques; (5) marcación de sus valores; (6) Descripción del enemigo; (7) ejemplo proprio como héroe; (8) presentación de contra argumento y refutación.; (9) solicitud para tener más apoyo del destinatario; y (10) agradecimientos y despedida. El texto completo está disponible en el Apéndice A.
En la fase inicial, de saludo, presentación e introducción del tema, se observa el uso de la primera persona del plural (nosotros/nós) con el fin de crear una especie de simbiosis que refleja la conexión colectiva entre el sujeto político y el pueblo (ejemplo 1). No obstante, también recurre a la tercera persona (el presidente/o presidente) al referirse a sí mismo, lo cual funciona como una estrategia para conferir mayor credibilidad al mensaje transmitido en su discurso. En este contexto, se implementan técnicas de cortesía propias del discurso político para proyectar la imagen de un presidente que profesa la fe en Dios y se adhiere a los valores morales conservadores.
1) Hoje nós temos um presidente da República que acredita em deus, que respeita os seus militares que defende a família, e deve lealdade ao seu povo.
Además, en este momento inicial, Bolsonaro destaca su creencia religiosa y la sumisión del sujeto que habla al deseo divino; es, así, un elegido para hacer la misión que dios le dio (ejemplo 2).
2) Agradeço a Deus pela minha vida e também a ele que pelas mãos de 60 milhões de pessoas me colocaram nessa missão de conduzir o destino da nossa nação.
Expresa, aún en esta etapa, los valores en los que se apoya —militares, familia y lealtad— y manifiesta su obsesión por la verdad. El versículo bíblico es transformado en un eslogan de campaña y se menciona en todos sus discursos públicos (ejemplo 3).
3) […] e conhecerei a verdade e a verdade vos libertará.
A continuación, en la etapa 2 de descripción del contexto, se utiliza la estrategia discursiva de Dramatización de la escena (Charaudeau 2009a), en la que Bolsonaro presenta un relato personal de su gobierno, con la repetición de atributos de carga semántica negativa que simbolizan un obstáculo para gobernar, incorporando aspectos privados y personales al ámbito político como estrategia para enfocarse en los afectos. En este momento, cambia de la primera persona del plural a la primera persona del singular, utilizando el tiempo continuo para enfatizar sus sentimientos que perduran en el tiempo (ejemplo 4).
4) Passei meses difíceis recebendo cobranças cada vez maiores para tomar decisões importantíssimas. Tinha que esperar um pouco mais, de modo que a população aos poucos ou cada vez mais fosse se conscientizando do que é um regime ditatorial.
Se dirige al público utilizando la segunda persona (ustedes/vocês): busca ser como un intérprete de los sentimientos del pueblo (ejemplo 5).
5) Vocês passaram momentos difíceis com a pandemia, mas pior que o vírus foram as ações de alguns governadores e alguns prefeitos que simplesmente ignoraram a nossa Constituição, em especial o inciso do artigo 5º da mesma, onde tolheram a liberdade de expressão, tolheram o direito de ir e vir. Proibiram vocês de trabalhar e frequentar templos e igrejas para sua oração. Tudo isso foi se somando e a indignação de vocês foi crescendo.
En el ejemplo anterior (5), aún destacamos cómo Bolsonaro menciona la crisis de salud, que en aquel momento estuvo en su ápice, con el término Covid como producto de la naturaleza; sin embargo, en una gradación, enumera que el mayor problema no fue la pandemia, sino no respetar el derecho de circular libremente, durante las cuarentenas. En ese momento, nombra al enemigo número 1 que no le permite gobernar: los gobernadores. En ese sentido, exalta el valor de la libertad, característico de la extrema derecha y de la coyuntura neoliberal. La retórica bolsonarista sostiene el proyecto de destrucción de la democracia (Rocha 2023).
Este proyecto implica recurrir a las instituciones democráticas, a través de la reiteración discursiva de temas que se agregan de forma gradual. Un ejemplo de ello es el discurso de Bolsonaro, que comienza con las “elecciones libres”, un tema de la agenda democrática. A partir de allí, se aborda la cuestión de la libertad de expresión y, por ende, el discurso de odio, con el objetivo de destruir la democracia desde su interior.
En la continuación de su discurso público, Bolsonaro presenta al segundo enemigo, en este momento, de manera genérica (una persona / uma pessoa). Lo describe como alguien que hace un complot; es decir, como si hubiese una conspiración para que Bolsonaro no gobierne. A partir de esto, manifiesta su poder que, en sus palabras, se trata de dar órdenes y de despedir. Observamos aquí cómo alude al ethos de coraje, expresa una voluntad de actuar; un compromiso y su autoridad (“Hablo, él encaja o disparo4”). El lenguaje provocador y despectivo es revalidado como coraje y simplicidad de alguien en el poder; estas fórmulas reciben reconocimiento popular en las redes sociales, en las cuales el algoritmo, alimentado por discursos impulsados por afectos como el odio, moviliza a millones. Rocha (2023, 119) sostiene que, de manera realista, el bolsonarismo es “maestro en la fabricación de hechos alternativos y noticias falsas, estando muy por delante en la manipulación de las redes sociales, especialmente en WhatsApp5”.
En el momento 4 del texto, realiza la presentación directa, nombra y amenaza a su enemigo, el blanco de sus ataques: Alexandre de Moraes, ministro de la corte, jefe de investigaciones contra su gobierno y quien comanda las elecciones. Para ello, en determinado momento, se dirige directamente, con insultos, a Moraes (ejemplo 6).
6) Temos um ministro do Supremo que ousa continuar fazendo aquilo que nós não admitimos. Logo um ministro que deveria zelar pela nossa liberdade, pela democracia, pela Constituição faz exatamente o contrário. Ou esse ministro se enquadra ou ele pede para sair. Tem tempo ainda para arquivar seus inquéritos. Ou melhor, acabou o tempo dele. Sai, Alexandre de Moraes. Deixa de ser canalha. Deixe de oprimir o povo brasileiro.
Los interlocutores directos generan un efecto de valentía. Bolsonaro se reviste de coraje y simula hablar de manera franca y auténtica, combativa y sin rodeos frente a sus más poderosos adversarios. El ethos aparenta ser alguien que no solo no teme expresar negativamente lo que piensa sobre alguien, sino que lo hace directamente a la persona involucrada con toda la franqueza y valentía de un soldado que enfrenta al enemigo en una guerra, sin temor a los riesgos que corre. Ese efecto, en el habla de Bolsonaro, se logra con el uso del discurso referido directo.
Al mismo tiempo, utiliza formas nominales “que funcionan como fórmulas relativamente aisladas” (Verón 1987, 19). La función específica de estas nominalizaciones es de poseer un valor metafórico respecto del conjunto de la doctrina de un enunciador o una posición política con valor positivo o negativo (Verón 1983). Se utiliza, aquí, con reforzadores de un hecho, repetición en forma de eslóganes y funciona como un de los recursos retóricos más poderosos debido a su huella cognitiva (ejemplo 7).
7) Liberdade para os presos políticos. Fim da censura. Fim da perseguição aqueles conservadores, aqueles que pensam no Brasil.
En el quinto momento (ejemplo 8), presenta sus valores para, acto seguido, criticar, sin pruebas, una supuesta inseguridad del sistema electoral. Para reforzar esta postura, introduce el tema de la libertad de expresión, frecuentemente destacado como un valor para contrarrestar delitos relacionados con discursos de odio.
8) Dizer também que não é uma pessoa do Tribunal Superior Eleitoral que vai nos dizer que esse processo é seguro e confiável porque não é. [...] não posso participar de uma farsa como essa patrocinada ainda pelo presidente do Tribunal Superior Eleitoral.
Expresa su deseo justificándolo a partir de una construcción de un estado de potencial / de desorden, con el propósito de generar temor y angustia en los interlocutores. Para contrarrestar el caos, instaurado por los dos enemigos mencionados a lo largo de su discurso, Bolsonaro expone su opinión sobre sus valores e introduce la temática del nacionalismo, de una verdadera patria y un Brasil en orden (ejemplo 9).
9) […] agora nesse carro de som, mas uma fotografia de vocês para mostrar para o mundo e para o Brasil que as cores da nossa bandeira são verde e amarelo, a ordem e o progresso.
Luego, en etapa 7, manifiesta el ethos de humildad, hombre de pueblo, pero, también, de jefe, de ser poderoso (ejemplo 10).
10) Não quero o conforto dos palácios ou de benesses que existem em Brasília. Quero aquilo que seja justo, ao lado de vocês.
Uno de los medios privilegiados para establecer y reforzar esta identificación narcisista del líder es presentarlo como un “gran hombre común” (great little man), tal como ya fue discutido por Adorno (1951 [2018]). Se trata de una figura que sugiere tanto omnipotencia como la idea de que, en realidad, es simplemente uno de nosotros. Esta condición ambivalente contribuye a generar un “milagro social “: la imagen del líder satisface el doble deseo del seguidor al someterse a la autoridad y, al mismo tiempo, convertirse él mismo en la autoridad.
A partir de su propio ejemplo (ejemplo 11), se presenta como una persona solidaria mediante el uso de afectos, relatando un momento de encuentro con una niña. El diálogo con ella se narra de manera indirecta, buscando evocar la inocencia infantil y reforzar, una vez más, la imagen del “gran hombre común” capaz de comunicarse con el pueblo. Para ello, recurre al relato personal y al discurso directo, utilizando las palabras de la niña como recurso retórico de veracidad. A partir de este encuentro, resalta el valor de la familia, un concepto presente en su lema de gobierno: Dios, patria y familia.
11) Há pouco encontrei uma menina que me perguntou se era difícil ser presidente. Eu falei que sim era difícil, mas era por ela. Faço isso pelos nossos filhos e nossos netos e faço porque tenho o apoio de vocês.
En la etapa 8, utiliza un contraargumento (Du Bois 2007) para evadir las críticas que recibe. Menciona las críticas de manera genérica, sin nombrar a los representantes políticos que critican su gobierno (sei que o que fazemos incomoda alguns lá de Brasília). Al presentarlas de manera genérica, se defiende de posibles acusaciones judiciales y comunica a sus pares. Asegura haber cambiado el país, pero no presenta en ningún momento lo que ha logrado. Solo menciona los desafíos que no le permiten gobernar, que, además de los dos enemigos ya mencionados, son las consecuencias de desastres naturales (ejemplo 12). A continuación, en un acto de máxima generosidad, ofrece su vida por la patria (ejemplo 12):
12) Temos consequências da pandemia, sofremos consequências de falta d’água, sofremos consequências de geadas pelo Brasil. Mas, nós vamos superar esses obstáculos. O melhor de mim darei para vocês. Darei até a minha própria vida se for necessário.
En la etapa previa a la finalización, solicita un compromiso colectivo con el objetivo de salvar a la patria. Como una especie de profeta, anuncia nuevamente de manera vaga el advenimiento de bienestar futuro para el resto de su gobierno (ejemplo 13). Retorna a estrategias utilizadas a lo largo del discurso, marcando la identidad colectiva, elogiando a su interlocutor y, una vez más, poniendo el foco en la producción de afectos. Ese lenguaje es bien armado, con sus implicaciones morales y emocionales, dirigido a un grande público. Con esto, expresa que el objetivo de su gobierno es lograr la felicidad, utilizando la primera persona del plural. Esta invocación se conecta con la idea de la infelicidad, insinuando que la población vivía infeliz, desdichada y sin esperanza hasta el momento en que él, Bolsonaro, asumió la presidencia.
13) Acreditem, com vocês nós colocaremos o Brasil no lugar de destaque que ele bem merece. Temos uma pátria que ninguém tem, temos um povo maravilhoso, temos tudo para sermos felizes. O que faltava eram políticos de qualidade. […] Cada vez mais há certeza do nosso futuro.
En la última etapa de su discurso, agradecimiento y despedida, condensa un insulto a instituciones y refuerza que está bajo la voluntad divina, mostrando al país que solo existen tres opciones para su futuro: muerto, preso o con victoria (ejemplo 14). Sin embargo, en este momento, dirige su discurso a los ministros de la corte insultándolos como canallas.
14) Nesse momento quero mais uma vez agradecer a todos vocês, agradecer a Deus pela minha vida e pela missão. E dizer aqueles que querem me tornar inelegível em Brasília: só Deus me tira de lá. E aqueles que pensam que com uma caneta podem me tirar da presidência, digo uma coisa para todos: nós temos 3 alternativas, em especial para mim, preso, morto ou com vitória. Dizer aos canalhas que nunca serei preso. A minha vida pertence a Deus, mas a vitória é de todos nós. Muito obrigado a todos. Brasil acima de tudo, Deus acima de todos.
La finalización de su discurso (ejemplo 14) es, al igual que en sus apariciones públicas a lo largo de su gobierno, con el refuerzo de su lema: “Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos”. Su uso como punto culminante del discurso construye el efecto de un grito patriótico que remata todo el nacionalismo expuesto a lo largo del texto. Al ethos de la autenticidad se suma el del patriotismo, ya que Bolsonaro es un héroe, un salvador que está bajo la voluntad de dios y preparado para defender al pueblo brasileño hasta la felicidad. Además de agregarle la virtud del patriotismo, esta declaración de amenaza (o un milagro de predecir el futuro) y el grito de guerra lo eximen de concluir su texto con un argumento. En su lugar, aparecen vaguedad semántica, emociones y frases lapidarias que sustituyen la elaboración de razonamientos.
4. Interpretación de las estrategias
El discurso de extrema derecha, como el analizado en este artículo, forma parte de lo que Rocha (2021) caracteriza como un lenguaje fascista que utiliza una retórica de odio, la cual se enseña y practica principalmente en internet. La construcción del enemigo y su caracterización no funciona a través del diálogo; por el contrario, busca proponer una homogeneidad para luego reforzar su eliminación. Busca anular, evitar y erradicar el desacuerdo. En ausencia de desacuerdo, se produce una anomalía, caracterizada por Doury (1997, 2009) como una forma de violencia.
En resumen, el discurso de Bolsonaro analizado en este artículo está marcado por recursos lingüísticos que construyen una retórica violenta. Esta retórica se refleja en los temas que aborda: la integración entre religión y política, una moralidad excluyente y el autoritarismo político. La integración entre religión y política se realiza con una valoración de ser elegido por Dios para una misión de gobernar Brasil, utilizando versículos bíblicos como eslogan al mismo tiempo que emplea el lema “bandido bueno es bandido muerto” y la portación de armas. Hace alusión a una moralidad que excluye valores diferentes a los suyos utilizando para ello la primera persona del plural, lo que marca la identidad colectiva con el pueblo contra su enemigo, en este caso, las instituciones democráticas, representadas por Alexandre de Moraes. El autoritarismo político, a su vez, se manifiesta en el discurso mediante la afirmación del poder de Bolsonaro como presidente para destituir a aquellos que no actúan según lo que él considera correcto, un nacionalismo definido como verdadero dentro de valores conservadores como la familia tradicional y la libertad de expresión. Todos estos recursos de la retórica violenta están organizados en torno a afectos, como el odio hacia lo diferente, el amor a la familia tradicional y a Dios, con el fin de fortalecer las opiniones de su colectivo y buscar un apoyo popular incondicional.
En este sentido, la retórica bolsonarista, como argumenta Rocha (2023), apunta hacia un proyecto de destrucción de la democracia. En este caso, la democracia se erosiona gradualmente bajo una apariencia de legalidad —la defensa de la libertad— mediante iniciativas presentadas como constitucionales y, con frecuencia, respaldadas por un discurso que afirma estar perfeccionando la propia democracia, como el analizado en este artículo. Esta tesis ya ha sido respaldada por otros estudiosos: Levitsky y Ziblatt (2018) explican que es posible desmantelar la democracia incluso dentro de un régimen que aparenta ser democrático. Según los autores, desde el fin de la Guerra Fría, la mayoría de los colapsos democráticos han ocurrido bajo el pretexto de defender la democracia, lo que se denomina “regresión constitucional” (Ginsburg y Huq (2018), apud Levitsky y Ziblatt (2018, 15)). Además, Casara (2018, 2020) sostiene que Brasil atraviesa un período posdemocrático, caracterizado por la falta de reconocimiento de los límites democráticos, dando lugar a un modelo autoritario al servicio de los detentores del poder económico. Por su parte, Boaventura de Sousa Santos (2016) afirma que varios países, incluido Brasil, viven una democracia de baja intensidad que da paso a un fascismo socialmente aceptado. Según el autor, la democracia representativa ha sido socavada por “fuerzas antidemocráticas, viejas y nuevas oligarquías con poder económico para capturar el sistema político y el Estado y ponerlos al servicio de sus intereses” (Santos 2016, 107).
Este proyecto de destrucción de la democracia, impulsado por la extrema derecha y acentuado por un discurso ya promovido por los poderes económicos dominantes en una sociedad neoliberal, se organiza en torno a la reiteración discursiva de temas que se van añadiendo gradualmente. Desde las “elecciones libres”, que son cuestionadas por ellos cada vez que son derrotados bajo la acusación de corrupción del sistema, hasta la defensa de la libertad de expresión, utilizada como pretexto para atacar a sus adversarios y a las instituciones democráticas, especialmente cuando estas intentan regularizar el funcionamiento de las plataformas digitales, por ejemplo. Estos ataques se fundamentan en el odio, dirigido principalmente contra medidas de carácter popular. Este odio ya estaba latente en la propia lógica del capital y fue configurado en la estructura neoliberal. El discurso de la extrema derecha, por lo tanto, reconfigura este odio para explotarlo, especialmente en las redes digitales, empleando un lenguaje accesible para públicos diversos, con un posicionamiento explícito y señales de una lógica de corte fascista6.
5. Consideraciones finales
El discurso de Jair Messias Bolsonaro, pronunciado en la Avenida Paulista el 7 de septiembre de 2021, y transmitido en vivo por canales de medios digitales y televisivos, utilizó estrategias argumentativas de descripción catastrófica de un escenario que no le permite gobernar. En este escenario, hay dos enemigos: los gobernadores, enemigos durante el período de la pandemia y a quienes Bolsonaro culpa de impedir el derecho de los ciudadanos a circular libremente (disputando la narrativa frente al discurso científico) y Alexandre de Moraes.
Con los ataques al ministro, el discurso pretende debilitar al Tribunal Supremo Federal como institución de control. Durante el gobierno de Bolsonaro (2019-2022), el Superior Tribunal Federal fue el principal freno a los avances antidemocráticos del presidente.
La personificación en Alexandre de Moraes puede justificarse porque facilita señalar al culpable. La población no sabe exactamente qué significa el STF, aunque el tribunal se haya vuelto más conocido a lo largo de los años. Dar un nombre, poner un rostro, facilita la idea de este enemigo. Charaudeau (2009b) presenta la estrategia del discurso político con la descripción del enemigo de manera vaga. Esta idea, sin embargo, aquí parece lo contrario, ya que el enemigo tiene un cuerpo y un nombre. Las estrategias dialogan para tener identificado al enemigo. En el caso del discurso de Bolsonaro, para facilitar la identificación del objetivo, lo nombra de manera concreta para, en este caso, intentar alejar las críticas de un ataque a la democracia.
La práctica de insultar a las instituciones democráticas (como las elecciones y los ministros de la Corte Suprema) es valorada positivamente por sus seguidores, quienes ven a su líder como un hombre valiente que expresa lo que piensa y se opone, teóricamente, al sistema vigente. Esos interlocutores, que respaldan el discurso, son elogiados como personas inteligentes que han despertado de la ignorancia. Los valores promovidos en el discurso son los de la libertad, la verdad y el amor por la patria, típicos del neoliberalismo, que se apropia y resignifica estos valores, históricamente usados en luchas contra regímenes dictatoriales, poniendo la voluntad individual por encima del derecho colectivo y humano.
La fanática declaración de amor al pueblo y a la patria, explícita en su discurso, sirve de excusa para el silenciamiento simbólico de la diferencia y para los gestos de violencia dirigidos a aquellos que no comparten ese amor y, aún más, a aquellos que lo critican.
Apéndice A: Etapas del género e identificación de los procesos en el discurso
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1 En una investigación autorizada por el ministro de la corte, Alexandre de Moraes, nueve personas, incluyendo Antonio Galvan, presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Soja (Aprosoja), fue objeto de órdenes de registro y allanamiento por parte de la Policía Federal. Estas personas están siendo investigadas por organizar actos violentos y hacer amenazas contra la democracia. Galvan fue incluso considerado para el cargo de ministro de Agricultura en el gobierno de Jair Bolsonaro. Audi y Bispo (2021) afirmaron que los costos de los actos golpistas fueron cubiertos por los ruralistas, quienes también financiaron el campamento en Brasilia y tres comidas diarias, que se llevarán a cabo en el Rotary Club, según uno de los líderes del movimiento, el camionero y diputado federal por Santa Catarina, Zé Trovão, quien también fue blanco de la decisión de Alexandre de Moraes.
2 Como principal aparato privado de hegemonía en la actualidad, los medios corporativos siempre han impreso un discurso opositor a las fuerzas progresistas en cada momento histórico. La investigación de Vasconcelos (2021) explica cómo los medios de comunicación tradicionales fueron corresponsables del resurgimiento del conservadurismo en Brasil. Según la autora, en el ámbito político, tanto O Globo como la Folha de S. Paulo imprimieron una narrativa anti política, típica del conservadurismo. Una anti política que, en el Brasil, específicamente a partir de 2013 y potenciada en las elecciones de 2018, significaba anti-petismo.
3 El Capitalismo Avanzado (Jameson 1991) emerge a partir de la década de 1970, período en el cual comienzan las profundas modificaciones en la dinámica del sistema capitalista, que se concretan en las décadas siguientes. En el mundo del trabajo, por ejemplo, el proceso de reestructuración productiva del capital creó un terreno fértil para la intensificación de la flexibilización laboral, avances en las tecnologías de información y control en red, alta rotación en el trabajo y otros procesos de precarización.
4 Expresión en el original: “eu converso, ele se enquadra ou eu demito”.
5 Mi traducción del original: “é mestre na fabricação de fatos alternativos e fake news, estando muito à frente na manipulação das redes sociais, sobretudo, o WhatsApp”.
6 Sobre a aproximação do discurso bolsonarista com a do terceiro reich, ver A Linguagem Fascista, de Carlos Piovezani & Emilio Gentile (2020).