Humberto Giannini, traductor: Las notas del traductor en la traducción de Pensieri e giornate, de Enrico Castelli

Moisés Llopis i Alarcón

Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad de Chile, Chile
moisesllopis@uchile.cl

Soledad Chávez Fajardo

Universidad de Chile, Chile
schavez@uchile.cl

Pablo Quintanilla Peralta

pabloiqp16@gmail.com

Trabajo recibido el 5 de junio de 2022 y aprobado el 25 de mayo de 2023.

Resumen

Este artículo tiene como objetivo desarrollar un análisis cualitativo de las notas del traductor que Humberto Giannini incluyó en la traducción de algunos fragmentos de la obra del filósofo italiano Enrico Castelli, Pensieri e giornate (1945), que publicó en Chile en la Revista de Filosofía (1962). Los resultados dan cuenta de una clara voluntad pedagógica en el ejercicio de la traducción por parte del filósofo chileno en el proceso de reinterpretación lingüística y cultural que implica toda traducción a través de un conjunto de notas a pie de página con variadas referencias (extratextuales, intratextuales, geográficas, etc.). En definitiva, esta investigación ahonda en el estudio de la figura de Humberto Giannini en su rol de traductor comprometido y preocupado por la recepción de Castelli en Chile y, con ello, de la presencia de la lengua italiana desde esta disciplina de la lingüística aplicada.

Palabras clave: nota del traductor, paratexto, filosofía chilena, recepción, traducción.

Humberto Giannini translator: the translator’s notes in the translation of Pensieri e giornate, by Enrico Castelli

Abstract

This paper aims to carry out a qualitative analysis of the translator’s notes that Humberto Giannini included in the translation of some fragments of the work of the Italian philosopher Enrico Castelli Pensieri e giornate (1945), which he published in Chile in Revista de Filosofía (1962). The results show a clear pedagogical will in the exercise of translation by the Chilean philosopher in the process of linguistic and cultural reinterpretation that every translation implies through a set of footnotes with various references (extratextual, intratextual, geographical, etc.). In short, this research delves into the study of the figure of Humberto Giannini in his role as a committed translator concerned about the reception of Castelli in Chile and, with this, of the presence of Italian language from this discipline of Applied Linguistics.

Keywords: translator’s note, paratext, Chilean philosophy, reception, translation.

Humberto Giannini, tradutor: Notas do tradutor na tradução de Pensieri e giornate, de Enrico Castelli

Resumo

Este artigo tem como objetivo realizar uma análise qualitativa das notas do tradutor que Humberto Giannini incluiu na tradução de alguns fragmentos da obra do filósofo italiano Enrico Castelli, Pensieri e giornate (1945), que publicou no Chile na Revista de Filosofía (1965). Os resultados mostram uma clara vontade pedagógica no exercício da tradução do filósofo chileno no processo de reinterpretação linguística e cultural que toda tradução implica através de um conjunto de notas de rodapé com várias referências (extratextuais, intratextuais, geográficas, etc.). Em suma, esta pesquisa se aprofunda no estudo da figura de Humberto Giannini em seu papel de tradutor comprometido e preocupado com a recepção de Castelli no Chile e, com ela, da presença da língua italiana desta disciplina de linguística aplicada.

Palavras chave: nota do tradutor, paratexto, filosofia chilena, recepção, tradução.

1. Introducción

Traducir un texto filosófico es una tarea compleja, si tenemos en cuenta que, para que esto suceda de la mejor manera, es imprescindible que el traductor utilice procedimientos expresivos específicos relacionados con la terminología, el metalenguaje y la dimensión psicológica, entre otros (Pacheco 2014). Como señala Emilo Ortega (2010), dos de los problemas fundamentales de la traducción de textos filosóficos son, en primer lugar, el vocabulario altamente especializado y muchas veces inaccesible y, en segundo lugar, el tratamiento que las distintas tendencias y tradiciones filosóficas dan a este vocabulario.

Pensieri e giornate (1945) es una de las obras más conocidas del filósofo Enrico Castelli. La obra es, como apunta el subtítulo de la traducción, un diario íntimo en el que el italiano narró las vicisitudes y eventos que sucedieron en su contexto más cercano entre los años 1941 y 1945, “aquellos años en que la experiencia de la muerte se hizo más que nunca sentir” (Castelli 2016, 110). Sin embargo, el texto va un poco más allá y desde la advertencia ya se observa la profundidad que va a tener la lectura (y la traducción) en la concepción de la filosofía castelliana (Castelli 2016, 109):

Un diario íntimo no tendría significado si la intimidad se identificara con lo exclusivo. Pero la experiencia común, que repite frases hechas (cada cual piensa con su propia cabeza, etc), sabe que el conocimiento se funda sobre un universal psicológico y, aunque irreductibles, experiencia y pensamiento lógico están necesariamente conexos. Mi sentir es, sin duda, mi sentir, pero no solo mi sentir. El diario íntimo no es simple narración que hace un hombre familiarizado con la soledad; es algo más. Por una parte, conocer es ser otro; por otra, es conquistar lo que es común.

El objetivo de este artículo, por tanto, es analizar la tipología y el carácter de las notas del traductor que Giannini introdujo al texto de Castelli. Para alcanzar nuestro objetivo, este estudio se propuso responder las siguientes preguntas de investigación:

a) ¿Qué intenciones tenía Giannini cuando decidió agregar notas del traductor al texto de Castelli dirigidas a los lectores de la traducción de Pensieri e giornate?

b) ¿Qué tipo de información entregan las notas del traductor en el texto traducido por Giannini?

Este artículo se divide en tres apartados, además de esta introducción. En primer lugar, se describe en líneas generales la relación entre Enrico Castelli y Humberto Giannini, así como un pequeño recorrido de la labor de difusión de la filosofía castelliana que motivó el filósofo chileno a partir de las traducciones. En segundo lugar, se hace una revisión teórica sobre la traducción en textos filosóficos y se presentan los trabajos más destacados sobre las notas dentro de la traductología para revisar el concepto de paratexto. En tercer lugar, se detalla el análisis de las notas del traductor de Giannini en la traducción de Pensieri e giornate de Enrico Castelli publicada en la Revista de Filosofía, siguiendo la tipología de Marrero (2001). Finalmente, se plantean las conclusiones, que incluyen las limitaciones del trabajo y las posibles futuras líneas de investigación.

2. Giannini, traductor de Castelli

Humberto Giannini (1927-2014) es considerado uno de los grandes filósofos chilenos. Fue discípulo y continuador de las ideas de su maestro, el italiano Enrico Castelli (1900-1977), catedrático de Filosofía de la Religión, con quien Giannini estudió su doctorado en la Universidad de Roma la Sapienza. La filosofía de Castelli, gran exponente del existencialismo cristiano, ha sido sintetizada por Giannini como la “auténtica historicidad del hombre” (Giannini 1961, 132), a la que solo se puede llegar por medio de la revelación.

El estado de la cuestión hacia los tiempos de la primera producción filosófica de Castelli, en los cuarenta del siglo XX, era el de un estado de soledad existencial, en donde es bastante improbable llegar a esta revelación, afirmaba Castelli. En efecto, esta solo se puede dar a partir del contacto con el otro, por medio del coloquio, del encuentro. Justamente, el sello de la filosofía de Castelli, centrada sobre todo en la reflexión autobiográfica, se puede entender como la búsqueda de la experiencia común como finalidad última de conocimiento. Por ejemplo, así iniciaba Castelli su Diario íntimo, Pensamientos y días, de 1941: “Arrastro en la intimidad la nostalgia de la inalcanzable experiencia común. Por años esta nostalgia me ha empujado a tratar de coger la intimidad ajena […] Pero, la nostalgia ha permanecido, con todas las experiencias intentadas” (traducción de Giannini 1977, 99). En búsqueda de respuestas a esta propuesta filosófica es que Castelli empezó a organizar coloquios, conocidos como Coloquios Castelli, en donde introdujo la dinámica de reflexionar acerca de la desmitificación, a partir del debate con el concurso de intelectuales de la talla de Lacan, Ricoeur, Lévinas, Benveniste, Eco o Scholem, entre otros. Giannini, en efecto, fue uno de los invitados a estos coloquios. Un número considerable de reflexiones se publicaron a partir de estos encuentros (ver, por ejemplo, el reporte del mismo Giannini de 1964a respecto a estos y las temáticas allí debatidas).

Ya en lo que respecta al trabajo de Giannini, se enlazó —junto con la decadencia de los grandes relatos y paradigmas característicos de la primera mitad del siglo XX (que es donde se puede insertar, además, el pensamiento de su maestro Castelli)— con la crisis de la sociedad chilena que se generó con el Golpe de Estado de 1973. Justamente, la experiencia de la dictadura en Chile reflejada en las reflexiones de Giannini se puede equiparar con las reflexiones del Castelli de principios de los cuarenta, con el arrastre del fascismo en Italia a la guerra. Con el desarrollo de la dictadura en Chile, durante diecisiete años, Giannini entenderá la crisis como aquella en la dificultad en el encuentro entre los hombres, la que irá agravándose con el tiempo. Justamente, hay mucho de la “crisis del coloquio”, que era cómo Giannini describía la filosofía de Castelli (Giannini 1964b, 132), la que puede actualizarse en el Chile desde la dictadura en adelante. En efecto, en un contexto en donde se quebró la convivencia colectiva, se generó el espacio propicio para reflexionar en torno a estas cuestiones. En esto, para Giannini, era clave buscar alternativas para retomar la convivencia colectiva. Estas alternativas implicaban, más que nada, prácticas de tolerancia y convivencia comunicativa y espacial. Es por ello que Acevedo lo llamó “el filósofo de la convivencia y la tolerancia” (Acevedo 2012, 2), puesto que para Giannini la salida a esta crisis sería la del desarrollo de la tolerancia como medida para reencontrarse en comunidad. Otro aspecto destacable de la filosofía de Giannini, que se enlaza con la de Castelli, tiene que ver con la teorización de lo cotidiano (“hay que contar también esta pequeña historia de todos los días” Giannini 1985, 40), cuestión que puede entenderse, siguiendo a Acevedo, como “una fenomenología de la topografía y la cronología de la cotidianeidad” (Acevedo 2012, 4). La topografía de lo cotidiano instaló una reflexión personal y doméstica, como el recorrido por trayectos, desde la casa al trabajo y viceversa, con diversas finalidades como parte fundante de una reflexión filosófica, puesto que la condición humana es la del pasante, sea en desplazamientos (periplos, rutinas) o en comunicación (conversaciones, pausas).

Respecto de lo cronológico, la clave para Giannini, quien hizo la división entre el tiempo del trabajo y el tiempo del reposo, estaba en el tiempo del no trabajo, de lo festivo, puesto que en esta instancia predomina el mundo de lo propio, la disponibilidad para sí mismo, tiempo que, a su vez, deviene en el hombre libre, disponible para los otros y para reflexionar e interrogarse acerca de lo sagrado. En esta dinámica es que la filosofía de Giannini conjugó cuestiones trascendentales (Dios mismo) como cotidianas y nimias en todo un conjunto (Giannini sintetizó muy bien esto en su ensayo “Cronología de lo cotidiano”, de 1985). Se conjuga esta praxis con la finalidad de buscar la experiencia común, la que implica la convergencia de temporalidades disgregadas de las existencias de cada uno. Esta convergencia sería la experiencia común. Por estas razones es que se puede conectar de una manera clara la filosofía de Giannini con la de Castelli, para quien llegar a esta experiencia común, de gran valor gnoseológico y ético, es un criterio absoluto de verdad. Obras como L’indagine quotidiana de Castelli, por ejemplo, tocan estas cuestiones: “una investigación cotidiana, callejera, del sentido de las cosas y de la vida y que tiene como resultado una profunda revalorización del sentido común, tan zarandeado por los filósofos” (Giannini 1977, 99).

La obra de Castelli se conoció en Chile, justamente, gracias a la difusión que hizo Giannini en la Universidad de Chile y, sobre todo, por su trabajo de traducción de algunas de sus obras más importantes: Lo demoníaco en el Arte (Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1963), Pensamientos y días (algunos fragmentos, en la Revista de Filosofía, 1966) y Existencialismo Teológico (en la Revista Mapocho, 1967). Giannini nos dio, además, noticia de dos proyectos que no se concretaron: la traducción de Tempo Esaurito (de 1947), que iba a tener un prólogo del mismo Castelli (quien se refería a la versión en español como el Tiempo agotado). A su vez, Giannini comunicaba que, “si hubiésemos encontrado editores” se hubiera publicado L’Indagine quotidiana (1977, 99).

Fuera de la reseña que Giannini hizo en la Revista de Filosofía (1961) de I presupposti di una teologia della storia (Padova, Cedam, 1952), en donde hay algunas pequeñas traducciones del italiano al español o las reflexiones acerca de la lengua que también hizo en la Revista de Filosofía (1964) en su “Historia y apologética (en torno a las jornadas de filosofía en Roma)”, el trabajo de traducción que hizo Giannini de su maestro Castelli, en lo que hemos llamado, justamente, Giannini traductor (reflexión y estudio que no se había llevado a cabo desde una perspectiva de lingüística aplicada)1, es el siguiente:

1) “Pensamientos y días” (fragmentos en la Revista de Filosofía, 1962) de Pensieri e giornate (Padova: Cedam, 1945).

2) Lo demoníaco en el arte (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1963), de Il demoniaco nell’arte (Milano: Electa, 1952).

3) La indagación cotidiana (fragmentos en la Revista de Filosofía, 1977) de L’indagine quotidiana (Roma: Bocca, 1956).

Justamente este vínculo con su maestro es el que ha sido clave para poder dar a conocer la fase de Giannini como traductor, muy poco estudiada.

3. Las notas del traductor: aproximación teórica y tipologías

La traducción de textos filosóficos se aborda, principalmente, desde tres perspectivas: los factores externos, el trasfondo cultural propio y el grado de especialización del lenguaje. En estos casos, la capacidad interpretativa y la base cultural del traductor son esenciales, dado que deberá reconocer y tratar de encontrar la pluralidad de significados de la lengua original con la traducción/interpretación correcta que se alude (Benjamin 1989).

En este punto, André Lefevere (2016) distingue entre un traductor conservador (aquel que trabaja en el nivel de la palabra o de la oración) y un traductor inspirado (aquel que trabaja en el nivel de la cultura como un todo y del funcionamiento de ese determinado texto dentro del marco de esta). La traducción filosófica, como apunta Verónica Pacheco (2014, sp), “debe decir todo con la corrección y naturalidad que permita la lengua a la que se traduce, buscando aquellos sistemas comunicativos comunes con los que se pueden intercambiar idénticas informaciones”. Y advierte, además: “Todo lo dicho que, evidentemente, vienen a ser las normas comúnmente utilizadas por todo traductor que se precie en cualquier disciplina, debe ser escrupulosamente respetado en el caso de la traducción filosófica que, sobre todo, más que palabras maneja ideas” (Pacheco 2014, sp).

Ignacio Velázquez (2002) señala que la traducción es un pacto en el que la persona que traduce es responsable de resolver o aclarar el sentido correcto de la escritura, por lo que el uso de las notas es solamente un elemento secundario. Para otros investigadores, como, por ejemplo, Clifford Landers (2001), esta estrategia es bastante rutinaria hasta convertirla en tendencia, ya que las notas son, simultáneamente, un espacio para transmitir la máxima información posible y una oportunidad de verificación del trabajo. Sin embargo, Landers indica que incluir notas a pie de página en el texto de la lengua meta cuando el texto original no las tiene supone una modificación del efecto que produce el texto de origen y lo asemeja, a grandes rasgos, con la metaficción literaria: “They destroy the mimetic effect, the attempt by (most) fiction writers to create the illusion that the reader is actually witnessing, if not experiencing, the events described” (Landers 2001, 93). Juan Gabriel López y Jacqueline Minnet (2003) explican que hay lectores que no necesitan aclaraciones del traductor y es posible que les resulten superfluas. Además, señalan, el problema de introducir notas del traductor es la “divergencia entre los conocimientos del lector postulado por el original y los conocimientos del lector al que se dirige el traductor” (López y Minnet 2003, 291). André Lefevere (2016), sin embargo, afirma que las notas del traductor aseguran que el lector lea la traducción e interprete el texto de manera correcta. Finalmente, Norma Ribelles (2004, 387) señala que las notas del traductor deberían considerarse como “una herramienta útil que, sin embargo, el profesional debe saber utilizar con sensatez y prudencia, sólo cuando lo estime necesario y siempre teniendo en cuenta el tipo de texto”. Esto último dado que, en los textos literarios, esta estrategia suele resultar pesada y tediosa (excepto en los casos en los que cumple una función literaria específica y forma parte del aparato ficcional), pero para textos como el filosófico, puede llegar a servir de ayuda indispensable para comprender el texto y aclarar determinadas elecciones que el traductor ha realizado.

Según la última edición del Diccionario de la Lengua Española (DLE), la nota es “una advertencia, explicación, comentario o noticia de cualquier clase que en impresos o manuscritos va fuera del texto”. La definición del Diccionario del uso del español (1966) de María Moliner, más específica, indica que la nota es un “[e]scrito que se pone en los libros, bien al pie de la página, bien al final de ellos, en que se comenta, amplía o aclara algo del contenido del texto”. Ambas definiciones, en fin, señalan que la nota es una aclaración del contenido del texto, vale decir, sirve para mejorar la comprensión del texto. Recientemente, múltiples investigaciones han descrito las funciones y los múltiples objetivos que pueden llegar a cumplir las notas a pie de página (Peña y Hernández 1994, Marrero-Pulido 2001, Toledano 2010, Henry 2000, Ribelles 2004, Gomes Pereira 2006, Varney 2007, Martin 2008, Sierra 2008, Kamal 2011, Valverde 2017, Wu Pei-Chuan 2013, Rovira-Esteva y Tor-Carroggio 2019). De manera general, y sin pretensiones de concretar rasgos propios de los diferentes tipos que hay, Gérard Genette, en su libro Seuils, definía la nota como “un énoncé de longueur variable (un mot suffit) relatif à un segment plus ou moins déterminé du texte, et disposé soit en regard soit en référence à ce segment” (1987, 293). De hecho, de todos los paratextos, la nota a pie de página y la nota en los márgenes del texto son los únicos paratextos cuyo sentido depende exclusivamente del texto que glosan; es decir, son los únicos que dialogan con el texto de manera directa y, por ello, en determinados discursos, puede llegar a cuestionarse este carácter paratextual. De acuerdo con la función que cumplen, Genette estableció, como para el prefacio, una distinción entre notas autorales (cuya responsabilidad es del mismo autor), alógrafas (si están escritas por una tercera persona) y ficcionales (si el autor las considera como parte del texto ficcional). Para Genette, las notas del traductor pertenecían a la categoría de notas alógrafas auténticas, dado que contienen mensajes emitidos por una tercera persona con responsabilidad en el texto y limitadas a funciones “d’éclaircissement (encyclopédique et linguistique) et d’information : sur l’histoire et l’établissement du text, avec production d’avant-textes et de variantes, sur les sources, et —par citation de l’épitexte privé— sur les propres appréciations ou interprétations de l’auteur (1987, 526). Sin embargo, el estudioso francés deja de lado el estudio de las notas del traductor, de forma deliberada, por la complejidad que presentan, no solo en función de su estatuto paratextual y estructural, sino también en su interminable variedad.

Mª Luisa Donaire (1991) clasificó las notas explicativas de acuerdo con la actitud que adopta el traductor cuando interviene el texto. Desde esta perspectiva, el traductor puede intervenir en el texto con una nota a pie de página como lector o como autor. En el primer caso, proporciona claves de lectura; en el segundo, claves de traducción (83 y ss.). Respecto de las claves de lectura, la autora diferenciaba tres tipos, de acuerdo al grado de alejamiento del modelo de un puro trasvase textual: intervenciones eruditas (conocimientos enciclopédicos), connotaciones culturales o lingüísticas que se suponen no interpretables por el lector del texto meta y connotaciones culturales o lingüísticas que se pierden en la traducción (1991, 84-87). Respecto a las claves de traducción, se trata de aquellas intervenciones que convierten al traductor en autor de un texto diferente. En estos casos, el traductor coloca notas a pie de página para justificar y responsabilizarse de sus propias opciones. Este tipo de notas son importantes porque marcan en buena medida el espacio de lo intraducible.

Peter Newmark (1999) clasificó la información adicional que un traductor puede introducir en tres categorías: cultural, técnica y lingüística. Según Newmark, existen tres opciones para introducir la información adicional fuera del texto: 1) notas a pie de página; 2) notas al final del capítulo (que cansan y distraen mucho a los lectores cuando los capítulos son largos) y 3) notas o glosario al final del libro (1999, 129-30). De acuerdo con las categorías previamente mencionadas, Newmark distinguía entre notas culturales, técnicas y lingüísticas.

Por último, Eugene Nida (según Molina y Albir 2002) entendía las notas como una técnica de ajuste con dos funciones básicas: la primera, explicar diferencias lingüísticas y culturales, como, por ejemplo, costumbres contradictorias, espacios geográficos desconocidos, equivalentes de pesos y medidas o juegos de palabras, entre otras; la segunda, para agregar información sobre el contexto histórico y cultural del texto original (2002, 502). Por su parte, Christiane Nord (2009) estableció una tipología de las notas a pie de página que consideraba tres funciones: 1) Una función referencial, cuando indica información relevante implícita en el texto original porque el lector del texto de la lengua meta la conoce, pero no es suficientemente explícita en la traducción o porque el lector meta de la traducción no está familiarizado con los referentes de la lengua original; 2) Una función expresiva entre culturas, cuando el emisor y el nuevo receptor del texto no comparten el mismo sistema de valores, costumbres, perspectivas, etc. En este caso, la nota se encarga de explicar la manera de decir en la que el texto original se dirige al público original; y 3) Una función apelativa entre culturas, cuando la nota se utiliza para explicar o comentar aclaraciones sobre algún tema cuando no están dadas las condiciones para obtener una respuesta específica por parte del receptor.

Seligmann (1998, según Gomes Ferreira 2006, 44) afirma, en el contexto de la traducción de textos filosóficos, que una de las principales peculiaridades de traducir este género “é o papel central que as notas explicativas desempenham” (Seligmann 1998, 28-29, según Gomes Ferreira 2006, 44) y propone la siguiente clasificación: 1) notas que indican la palabra u oración en el original; nota que tienen como objetivo aclarar ciertos conceptos; c) notas que buscan resaltar la relación de asonancia y eufonía del término original; d) notas que indican detalles, correcciones, adiciones o borrados del manuscrito, o que señalan errores o variantes de diferentes reimpresiones; e) notas que enfatizan el uso de palabras extranjeras en el original; f) notas que aclaran quiénes son las personas, autores y obras mencionadas; g) notas que indican que el texto ya aparecía en el original en un determinado idioma extranjero; h) notas con variantes de traducción y/o interpretación; e i) notas irónicas. El mismo Seligmann apunta que “há uma relação entre o discurso filosófico-prosaico e o uso de notas”, ya que “intertextualidade é não apenas uma constante, mas, pode-se dizer, constitui o seu cerne” (Seligmann 1998, 29, según Gomes Ferreira 2006, 44).

También Vicente Marrero (2001, 70) asegura que “las notas al pie de página cubren una necesidad del espíritu que el cuerpo del texto no satisface” e indica cuatro razones para su uso: 1) las condiciones del receptor a quien se dirige el texto traducido, 2) la divergencia cultural de las dos comunidades lingüísticas que se enfrentan en la tarea traductora, 3) la distancia temporal entre texto original y su traducción, y 4) la especial naturaleza que caracteriza a la información textual que, a veces, exige una aclaración o un añadido. Marrero, además, presenta una clasificación de las notas del traductor: 1) notas que contienen referencias geográficas, 2) notas que contienen referencias históricas como hechos, acontecimientos o episodios que se mencionan en el texto, 3) notas que contienen referencias culturales, como las costumbres o tradiciones de un país, 4) notas que contienen referencias de personajes que han desempeñado un papel importante en algunos de los campos del saber, 5) notas que contienen referencias intertextuales, como aclaraciones de referencias de la propia obra, 6) notas que contienen referencias intratextuales como explicación de algún dato del texto mencionado anteriormente, y 7) notas que contienen referencias metalingüísticas para aclarar significados de palabras (2001, 75-85).

Las notas del traductor, por tanto, responden a una motivación clara: “rellenar los vacíos referenciales, de orden lingüístico o cultural, que se producen en el trasvase del enunciado a otra lengua y por lo tanto a otra comunidad lingüística y a otro universo cultural” (Donaire 1991, 90-91). El traductor, en principio, no añade nada al texto original, sino que le entrega al lector del texto de la lengua meta aquello que cree que es necesario para asegurar la eficacia en la recepción de las dimensiones culturales y lingüísticas del texto original. De esta manera, permiten “una reflexión no sólo sobre la difícil tarea de la traducción sino también sobre el complejo estatuto del traductor” (Donaire 1991, 79).

Ahora bien, no debemos olvidar que se trata de una intervención deliberada y consciente del traductor en el texto. Como señala Cardellino Soto (2012, 70) “las características discursivas del texto traducido son un aspecto fundamental de las notas del traductor, pues la inserción de la nota señala la irrupción explícita en el texto de un voz ajena al original”. De esta manera, “al producir la nota, el traductor rompe, en última instancia, con un eventual pacto de invisibilidad” (Cardellino Soto 2012, 70). Una aparición que, como veremos a continuación, es fruto de una “actitud mediadora ante la presunción de que una cantidad significativa de lectores ignora su contenido” (Cardellino Soto 2012, 71). Esta actitud mediadora es la que, defendemos, está detrás de la aparición de las notas del traductor en los textos de Castelli.

4. Las notas del traductor en Pensamientos y días, de Enrico Castelli

La traducción estudiada, en perspectiva comparativa, tiene una estructura discursiva que es un poco distinta del texto original, ya que Pensieri e Giornate contiene una introduzione. La obra traducida, Pensamientos y días, no fue publicada en formato de libro como tal, sino como parte del noveno volumen de la Revista de Filosofía de la Universidad de Chile, publicado en 1962. Al formar parte de una publicación periódica, sistematizada y con un estilo y un público definidos, es posible pensar por qué razón Giannini decidió realizar un trabajo de autor además de traductor. Este trabajo se aprecia en la primera nota del traductor, en donde argumenta que por “falta de espacio” se han suprimido (no azarosamente) algunas partes del contenido original de la obra, por lo tanto, el límite de páginas que tiene la revista llevó al traductor a reducir la obra. Además, en esa misma nota, leemos también que los pasajes traducidos adelantan el “hilo conductor” de Castelli, para prevenir críticas, dado que el autor no es tan conocido entre los lectores de la revista (Castelli 2016, 109).

La traducción propuesta por Giannini se organiza en cinco apartados, de los cuales uno es una advertencia, y los otros cuatro son los capítulos que conforman la traducción. Lo primero que podemos mencionar en el texto que abre el discurso, es la advertencia de Giannini, el cual, además de iniciar la comunicación, también nos presenta su enunciación propia (Donaire 1991), desde la “transparencia” del autor y no como traductor “opaco”.

En la traducción de Pensieri e giornate realizada por Humberto Giannini podemos detectar 13 notas del traductor. De estas, solamente cinco aparecen marcadas con el indicador (N. del T.). Sin embargo, aquellas notas a pie de página que no están señaladas como notas del traductor, no se encuentran en el original e incluyen el mismo tipo de información que aquellas que sí lo tienen, razón por la cual nos inclinamos a considerar el conjunto de notas del documento. Si analizamos el conjunto de notas del traductor de acuerdo con los planteamientos propuestos por Marrero (2001), podemos clasificar dichas notas de la siguiente manera:

Notas con referencias geográficas

3

18,75%

Notas 8, 9 y 12

Notas con referencias históricas

3

18,75%

Notas 8, 9 y 12

Notas con referencias de personajes

3

18,75%

Notas 2, 4 y 11

Notas con referencias intertextuales

1

6,25%

Nota 1

Notas con referencias intratextuales

3

18,75%

Notas 3, 10 y 13

Notas con referencias metalingüísticas

3

18,75%

Notas 5, 6 y 7

Tabla 1. Notas del traductor presentes en la traducción de Pensieri e giornate elaborada por H. Giannini (elaboración propia).

De acuerdo con este análisis, podemos observar que hay una igual cantidad de notas a pie de página presentadas por Giannini que corresponden a notas con referencias geográficas, históricas, de personajes, intratextuales y metalingüísticas. Existe un caso de notas con referencias intertextuales, y no se observa uso alguno de notas con referencias culturales.

4.1. Notas con referencias intertextuales

La instancia de traducción del fragmento de Pensieri e giornate que Humberto Giannini ofreció a los lectores de la Revista de Filosofía (1962) muestra su preocupación por una correcta comprensión del texto, a pesar de su fragmentación. De hecho, el filósofo chileno aprovecha un comentario a pie de página incluido por Castelli para advertir al lector del tipo de texto que va a encontrar y señalar que cualquier responsabilidad respecto de la interpretación del nuevo texto traducido (y recortado) le corresponde a él:

Nota 1: El traductor ha hecho dos cosas indebidas: presentar sólo “una parte” de la obra y, luego, adelantar, en cierta medida, el hilo conductor, la moral de la fábula de que habla Castelli. Lo último, porque el autor no es bastante conocido entre nosotros y creí conveniente prevenir contra una crítica similar a la que transcribimos en esta nota. En cuanto a lo primero: no he suprimido al azar ni exclusivamente por preferencias; he intentado que, de alguna manera, los recuerdos, los pensamientos que he elegido abracen a aquellos que, por falta de espacio, no hemos podido ofrecer. (p. 110).

La crítica de la que habla Giannini se indica en un comentario que el mismo Castelli incluyó en la introducción: un “agudo” crítico se escandalizó cuando leyó el diario del filósofo italiano y propuso que, si se recortaran los fragmentos, se mezclaran y se recompusieran al azar, el diario no cambiaría. Giannini aprovechó precisamente esta anécdota fragmentaria para, finalmente, excusar que la fragmentación del texto, en su caso, tiene un propósito muy diferente.

4.2. Notas con referencias a personajes

Giannini apostó, en su traducción, por contextualizar adecuadamente al lector de la LM, por lo que incorporó, en la mayoría de los casos, referencias a personajes que son esenciales para la correcta interpretación del texto de Castelli. En ocasiones, las anotaciones referentes a estos personajes son de carácter meramente informativo para explicar detalles relacionados con el tema del texto original. Por ejemplo, en la Nota 2, Giannini señala que E. Castelli dirige la revista Archivo di Filosofia (p. 113) cuando Castelli reproduce una conversación en la que se habla de esta revista. En otras ocasiones, las notas tienen objetivo erudito e incluyen referentes bibliográficos que, desde el punto de vista del traductor, merecen ser considerados. En otras palabras, y de acuerdo con la clasificación de Donaire (1999), se trata de aspectos culturales no interpretables por el lector de la lengua meta (Notas 4 y 11). En el primer caso, cuando Castelli señalaba en su diario que “alguien habló del tedio de lo eterno”, Giannini señalaba que “la referencia, me parece, apunta a Croce.” (p. 120), es decir, a Benedetto Croce (1866-1952), escritor, filósofo, historiador y político italiano, muy vinculado a la cultura hispánica. En la segunda ocasión, la referencia se dirigía, según Giannini, al considerado padre del existencialismo Søren Aabye Kierkegaard (1813-1855), cuando Castelli escribe “En un régimen de masas el ‘¡también estoy yo!’, no tiene sentido” (p. 141).

4.3. Notas con referencias geográficas e históricas

Uno de los aspectos relevantes de las traducciones de textos filosóficos es, como hemos señalado previamente, salvar la distancia entre el texto original y texto meta y ayudar, por tanto, en la identificación de referentes históricos y geográficos señalados en el texto original, pero que deben ser explicados al lector del texto meta para una mejor comprensión del texto, al menos, en igualdad de condiciones con el lector del texto de la lengua original. Es lo que sucede en los casos de las notas 8, 9 y 12, en las que Giannini puntualiza que “durante el fascismo, la Plaza Venecia fue el lugar de reunión de Mussolini y el pueblo romano” (p. 134), que la Galería Corsini fue “construida por Fuga en la primera mitad del siglo XVIII. Posee obras de Rafael y de su Escuela, de Baldasar Peruzzi y Sodoma” (p. 135) y que Regina Coeli es el nombre de una cárcel de Roma (p. 142), mientras Castelli narra la implicancia de estos espacios en el desarrollo de ciertos acontecimientos de la Primera Guerra Mundial enmarcados en la capital italiana.

4.4. Notas con referencias intratextuales2

Marrero (2001) incluyó en este tipo de notas las explicaciones de algún dato del texto mencionado anteriormente. En este caso específico, se trata de notas que remiten a obras escritas por el mismo autor con anterioridad. Giannini incorporó estas referencias en tres ocasiones (Notas 3, 10 y 13). El primer caso corresponde a una anotación del diario del italiano del 31 de mayo de 1942 en relación con el concepto de hecho relevante. El texto dice: “Sobre la noción de hecho relevante, la experiencia común nos hace observar que sin una revelación la historia no posee significado; nada es relevante: humanidad y animalidad no podrían distinguirse. La experiencia común y la experiencia religiosa no pueden ser separadas” (pp. 117-118). Esta reflexión o pensamiento se acompaña de una nota a pie de página con una amplificación del concepto hecho, derivada en este caso de la introducción del libro de Castelli Il problema della Demitizzazione (1961), publicado en 1961 en dos volúmenes en la revista Archivio di Filosofia: “Un hecho no es más que un hecho, y cuando se anuncia como algo más entonces nace el problema de su eventualidad y, con esto, el sentido de la trascendencia, de aquello que está más allá (el más allá no tiene historia)” (p. 118).

El segundo caso se asocia con el concepto de existencialismo cristiano o católico, apuntado por Castelli en la reflexión del 27 de octubre de 1943. En esta ocasión, el pensador italiano señalaba que el Padre Cornelio Fabro lo va a visitar para contarle que ha escrito un artículo sobre los últimos trabajos del filósofo italiano y que “ha querido hacerme presente que está de acuerdo conmigo en la posibilidad de un existencialismo católico. ‘Yo digo -agrega- teologismo existencialista’” (p. 139). Estos conceptos se acompañan de una referencia extensa, en francés, agregada por Giannini, acerca del concepto desarrollado previamente por el mismo Castelli. La ofrecemos in extenso:

L’expression “existentialisme chretien” trouve sa justification dans la controverse sur le caractère de la philosophie. La philosophie doit-elle ou ne doit-elle pas être édifiante? (Existentialisme Théologique, E. Castelli, Hermann & Cia. Editeurs, 1948, pág. 11).

Ou bien le processus philosophique est persuasif et alors une philosophie chrétienne est possible; ou bien il ne l’est pas, et alors il est une doctrine des formes de la pensée (la logique), une science ou bien une construction diabolique (théorie du sujet unique: solipsisme). Ibídem, pág. 12.

Le courant existentialiste d’intonation chrétienne veut être une philosophie de l’expérience du divin, de l’entretien intérieur qui se rattache au critérium de la résonance. Irrationalisme? Je ne le pense pas. Cet existentialisme dit seulement que la raison a de bonnes raisons pour se faire valoir. C’est sur le bon qu’il appuie, car l’identification du raisonnable avec le bon est gratuite. Qu’il soit bon de raisonner on l’accepte (pour les intellectualistes: il est raisonnable), mais on l’accepte parce que l’acte d’accepter n’est pas raisonner, et le raisonnable devient une expression dont la signification reste obscure. Et si l’on soutient que l’act d’accepter (l’assentiment est la même chose que raisonner), on réduit le raisonnant au raisonner, alors on peut se demander: ceci est-il raisonnable?

En conclusion, cette philosophie est une philosophie de la vie éternelle et non du néant. Les précurseurs en sont Pascal et Jacobi (Ibídem, 14).

La nota 13 es el último caso de nota intratextual. En esta ocasión, la obra referida es L’Indagine quotidiana (1957) y el objeto que se destaca es, precisamente, el de la naturaleza del texto mismo: “El diario es un indagar sobre el fenómeno (el día, que revela la insuficiencia del evento). [...], pág. 12.” (p. 146).

4.5. Notas con referencias metalingüísticas

Hemos dejado para el final las notas con un componente netamente más lingüístico, en el que Giannini aclaró o explicó algunos significados de la traducción. Se trata, de alguna manera, de aquellos conceptos lingüísticos implícitos o intraducibles literalmente del original, por lo que es necesaria la interpretación del traductor (nota 5). En esta sección, hemos incorporado también los casos de las notas 6 y 7, las cuales, aunque incorporan referencias a personajes, lo hacen desde un punto de vista más asociado a la traductología, razón por la que hemos decidido clasificarlas en esta sección.

La primera puntualización lingüística tiene que ver con el significado de la palabra acuerdo en el título del ensayo “El Acuerdo” al que Castelli hizo referencia en la reflexión del 18 de agosto de 1942. En este caso, Giannini indicaba que se debe entender este concepto “en el sentido de ‘inteligencia’ o encuentro entre dos conciencias” (p. 120) y no posiblemente desde la definición general. De la misma manera, un poco más adelante (24 de agosto de 1942), cuando Castelli señalaba que “Estar ‘protensos’ hacia el futuro no evita la nostalgia” (p. 120), Giannini explicaba las comillas del adjetivo protensos señalando que “Los traductores de Husserl emplean los sustantivos ‘protensión’ y ‘retención’” (p. 120), lo cual, a su vez, explicaría la decisión del filósofo chileno por traducir dicha palabra de esta manera.

El último caso es, tal vez, el más emblemático de esta sección y pertenece al pensamiento del 29 de mayo de 1942. En esta ocasión, a diferencia de las dos anteriores, Giannini decidió recurrir a una traducción literal de una expresión italiana y, dado que en la lengua meta no le parece tan natural como en el original (¿Dijo cosas del otro mundo?), es necesaria una explicación, acompañada además de una referencia extratextual: “‘Dire cose dell’altro mondo’, muy usual en italiano. Significa decir cosas increíbles. Jacobi se refiere también a esta expresión en Lettres à Monsieur Moses Mondelssohn sur la doctrine de Espinoza, Apéndice III, Aubier.” (p. 132).

5. Conclusiones

Las notas del traductor, como hemos visto, son un recurso, a la vez, ampliamente utilizado y habitualmente cuestionado por las implicaciones que conllevan en el proceso de traducción. Para llevar a cabo este examen, hemos adoptado un análisis cualitativo donde, a partir del estudio de las notas del traductor explícitas en la traducción de Pensieri e giornate, hemos podido comprobar el carácter heterogéneo que pueden tener estos paratextos en un modelo de texto filosófico.

En cuanto al análisis específico, se ha demostrado la voluntad pedagógica que Humberto Giannini perseguía en la traducción de una de las obras más conocidas de su maestro italiano, Enrico Castelli, a partir de aportes e indicaciones de distinto calibre. Resaltan, por la relevancia de la información entregada, las notas con referencias intratextuales, porque permiten poner en conexión al mismo Castelli con otras publicaciones. Esta preocupación de Giannini va más allá de la mera traducción (en términos lingüísticos y culturales), ya que, de alguna manera, convierte al filósofo chileno en autor (in)consciente del texto, dado que se trata de un candidato con muchas ventajas, al compartir una línea filosófica similar a la de su maestro y amigo. Prueba de ello son también las referencias extratextuales y con referencias de personajes, a través de las cuales Giannini puede precisar y contextualizar más eficazmente la obra de Castelli a su nuevo público receptor.

Ahora bien, el presente análisis no está exento de limitaciones. Una de estas es que el análisis de la muestra es muy reducido, hecho que, evidentemente, constituye una limitación a la hora de extraer conclusiones y generalizar. Sería interesante seguir indagando en este perfil del Giannini como traductor de Castelli con el fin de comparar resultados de otras obras con esta, así como explorar el grado de repercusión que tuvieron estas traducciones en el desarrollo de la disciplina en Chile. Otra limitación de la investigación es que la obra que tomamos como referencia no presenta ejemplos de todos los tipos de nota inventariadas por Marrero (2001), por lo que no se pueden establecer conclusiones de todas las notas, sino simplemente de las que están presentes en los fragmentos traducidos de Pensieri e giornate. Ahora bien, como hemos apuntado, esta limitación puede considerarse una oportunidad para ampliar la investigación. De hecho, la investigación se enmarca en la primera fase de un proyecto que pretende recoger una muestra significativa que permita, entre otros aspectos, desarrollar estudios que identifiquen una tradición de obras lingüísticas relacionadas con algunas de los ámbitos de la lingüística aplicada, entre los cuales podemos encontrar la traducción.

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1 A su vez, hemos encontrado otras traducciones, de las que se deberá dar noticia más adelante, justamente desde la perspectiva del Giannini traductor, como la traducción de la “Carta a Cristina de Lorena, Gran Duquesa de la Toscana” de Galileo en italiano (en la Revista de Filosofía 1964) o la posterior “Ítalo Calvino y el oído del rey” de Adriana Cavarero (en la Revista de Filosofía 2003).

2 El revisor ciego nos comentó que las notas 3 y 10, más que intratextuales son, en realidad, autointertextuales o bien notas críticas, notas académicas, notas relacionales o notas autorreferenciales. Incluso, afirma el evaluador ciego, si se quiere usar la nomenclatura de Genette, se puede hablar de notas aloautorales (que no es lo mismo que las notas aloautógrafas, categoría descartada al asumir nosotros que las 13 notas sean notas del traductor). También se puede hablar de notas aloautorreferenciales, porque se distingue la duplicidad de voces “entre el destinador del texto y el destinador de las notas” (revisor ciego). En rigor, comenta el revisor ciego que las notas intratextuales no es una clasificación “muy feliz para esas dos notas”. Esto especialmente porque se usa esta nominación en relación a referencias internas, dentro de un mismo texto, no en referencias a otros textos de un mismo autor. Como autores, hemos decidido mantenerlas como intratextuales porque, en efecto, sí hacen referencia a obras anteriores del mismo autor (Castelli) y no a referencias internas en el mismo texto.