Procesos de escritura en totonaco

Liliana Ruiz Velasco

Universidad Intercultural del Estado de Puebla, México
rliliana_@hotmail.com

Trabajo recibido el 27 de mayo de 2021 y aprobado el 5 de mayo de 2022.

Resumen

El trabajo analiza la traducción a la lengua totonaca de 41 señales informativas, teniendo como lengua fuente el español. Respecto a la norma ortográfica, se observan variaciones en la escritura que dan cuenta de que no se ha dado una completa fijación. En cuanto a la lengua escrita empleada, se observan estrategias analíticas y sintéticas. En el primer caso, se recurre a oraciones de relativo con o sin antecedente; en el segundo, se recurre a nominalizaciones vía el empleo de construcciones genitivas. Una estrategia adicional es el empleo de equivalentes ya lexicalizados, si bien dicho procedimiento se da en menor grado.

Palabras clave: totonaco, escritura, señalética, lenguas indígenas.

Writing Processes in Totonac

Abstract

The paper analyzes the translation into Totonac of 41 informative signals, with Spanish as the language of departure. Regarding the writing norm, variations are observed, which show that a fixation of it is not yet complete. As for the writing language employed, there are analytic and synthetic procedures. In the first case, relative sentences are used, being with or without antecedent; in the second case, nominalizations come into play by retorting to genitival constructions. An additional strategy concerns the employment of lexicalized equivalents, although this last procedure is less common.

Keywords: Totonac, writing, signs, Amerindian languages.

Processos de escrita em Totonaco

Resumo

O trabalho analisa a tradução para a língua totonaca de 41 sinais informativos, tendo o espanhol como língua de origem. Em relação à norma ortográfica, observam-se variações na escrita que mostram que ainda não há uma fixação complexa. Quanto à língua escrita utilizada, observam-se estratégias analíticas e sintéticas. No primeiro caso, recorre-se às sentenças relativas com o sem antecedente; no segundo, usam-se às nominalizações a partir do uso de construções genitivas. Uma estratégia adicional é o emprego de equivalente já lexicalizados, embora este procedimento seja menos frequente.

Palavras chave: totonaco, escrita, sinais, línguas indígenas.

Introducción

La escritura en totonaco ha recibido atención a raíz de los trabajos para la conformación de una norma ortográfica de las lenguas totonacas. Menos atención han recibido los procesos para la conformación de una lengua escrita. El presente trabajo se ocupa del tema a partir del análisis de la traducción de 41 señales informativas al totonaco, teniendo como lengua fuente el español. Dichas señales fueron solicitadas por el Ayuntamiento de Huehuetla (Puebla, México), con miras a colocarlas junto con su traducción dentro de sus oficinas (Ruiz Velasco et al. 2019a).

Y es que, a raíz de diversas iniciativas de reclamo, revitalización o fortalecimiento, las lenguas indígenas se están extendiendo a una nueva tradición discursiva: la señalética (Córdova-Hernández y Yataco 2019; Juárez 2017; Ruiz Velasco et al. 2018, 2019b; Santos, Carillo y Verdín 2016, 95-97; Yáñez et al. 2016, 128-130). En tales trabajos, se aborda la cuestión de la creación de paisajes lingüísticos1 (Landry & Bourhis 1997) desde una perspectiva sociolingüística. La intención del presente estudio es adoptar un enfoque descriptivo y centrarse en la lengua empleada en las señales. Un enfoque de este tipo han seguido Pfeiler, Franks y Martín Briceño (1990), Bosch i Rodoreda (1998), Franco-Rodríguez (2008), Pons Rodríguez (2011), Castillo Lluch y Sáenz Rivera (2012) y Pichilef (2020), si bien tales autores se abocan a fenómenos de variación lingüística o del contacto de lenguas, como el uso de préstamos, interferencias, procesos de asimilación. No se ha visto el proceso de traducción de una lengua a otra.

En lenguas de algún modo emparentadas o que abrevan de las mismas fuentes etimológicas, el proceso puede resultar relativamente más sencillo que cuando se trata de lenguas y culturas muy distantes. Veamos algunos ejemplos en totonaco:

Iglesia: pusikulan - sikulan.

Comedor (fonda, cafetería): Xpustakan liwat - Puwayan - Pumawin.

Pastelería: Xpustakan xa saksi kaxtilanchu (Ruiz Velasco et al., 2019b).

Taquería: Xpustakan xa [...] chu xla liway (Ruiz Velasco et al., 2019b).

En el caso de iglesia ya se cuenta con un equivalente en la lengua totonaca y la decisión entre pusikulan y sikulan depende de la “variante” de la lengua. Para comedor (esto es, un espacio en el que se sirve comida a cambio de dinero),en Huehuetla se han observado letreros con tres traducciones distintas: xpustakan liwat, que equivaldría a una frase nominal como ‘expendio de comida’; puwayan, que significa literalmente ‘comedor’, y pumawin, que vendría a ser algo como ‘alimentadero’ (al emplearse la raíz w- del verbo comer y el causativo ma-). En cambio, para pastelería y taquería no se cuenta con un equivalente en totonaco para pastel ni para taco por lo que se recurre a una descripción del referente: xpustakan xa saksi kaxtilanchu ‘expendio de pan dulce’; xpustakan xa chu xla liway ‘expendio de tortilla con carne’. En lo que sigue observamos cuáles son las estrategias de traducción que se están empleando al crear las señales.

El próximo apartado retoma conceptos teóricos manejados en la romanística para explicar el desarrollo de la escritura en lenguas romances, a fin de aplicarlos al análisis del totonaco y da una breve revisión histórica respecto a la escritura en lenguas indígenas. En el siguiente, se presenta el corpus con el que se trabajó y luego se ofrece una caracterización de las lenguas totonacas, poniendo especial énfasis en la variante central del sur, que es en la que se abocó el estudio. Finalmente, se describen los rasgos que se pueden apreciar relativos a la escrituración y escrituralización en totonaco.

2. El paso de lo oral a lo escrito

En la tradición romanística, Söll (1985) señala que en la distinción entre lo oral y lo escrito no solo interviene el medio (fónico o gráfico), sino también su concepción. La distinción entre estas dos dimensiones fue retomada y elaborada por Koch y Oesterreicher (1985, 2007a y b), quienes proponen que desde el punto de vista de su concepción los discursos pueden ser más cercanos a la inmediatez o distancia comunicativas. Estos dos polos (inmediatez o distancia) se corresponden con distintas condiciones de la comunicación: espontaneidad vs. planificación; monólogo vs. diálogo; comunicación privada vs. pública; comunicación anclada en la situación de habla o distanciada de la misma, etcétera.

En el paso de lo oral a lo escrito cabe tomar en cuenta ambos aspectos, el medio y la concepción. Así, Oesterreicher (1993) distingue entre la escrituración (Verschriftung) y la escrituralización (Verschriftlichung). La primera hace referencia al proceso histórico por el que se establece una ortografía en la lengua; la segunda se refiere al proceso histórico por el que se desarrolla una lengua escrita. Aquella es de tipo medial y concierne las distintas decisiones y vaivenes en la regularización de un sistema de escritura según una norma.La escrituralización, por su parte, tiene carácter concepcional. Conlleva dos fases: una elaboración extensiva, por la que la lengua en cuestión es empleada en nuevas tradiciones discursivas ampliando su radio de uso, como las señales aquí tratadas, y una elaboración intensiva, por la que se desarrollan nuevos medios expresivos en la lengua a fin de acoplarse a las condiciones de la distancia comunicativa (Oesterreicher 1993, 276).

Ahora bien, en las lenguas indígenas en México el establecimiento de la escritura ha pasado por diversas vicisitudes. Se sabe que los pueblos indígenas poseían una retórica elaborada y en época prehispánica empleaban diversas señales como ayudas para la memoria, además del uso de códices; no obstante, el desarrollo de una escritura autóctona fue truncado con la Conquista (Pellicer 1993, 20-25). La escritura de las lenguas indígenas en el alfabeto latino se dio de la mano de los misioneros, quienes elaboraron artes y vocabularios de las mismas. A partir de ahí el devenir de la escritura durante la Colonia se dio en una doble vertiente: por un lado, estaban los géneros que cultivaban los indígenas dando continuidad a géneros antiguos (mapas, anales, cronologías, nóminas de tributación, títulos primordiales); por otro, los españoles introdujeron nuevos géneros en las lenguas indígenas al elaborar en ellas textos cristianos (rezos, doctrinas, confesionarios) y se dio una apropiación del discurso legal y jurídico (demandas, testamentos, peticiones) (Rockwell 2000; Pellicer 1993, 25, 32). Asimismo, hubo algunas muestras de creación literaria en lenguas indígenas, fuera pasando a la escritura textos orales (lírica, épica, narraciones, drama) o creando nuevos textos de contenido religioso (anunciaciones, autos, natividades, misterios) (Pellicer 1993, 23, 26). Sin embargo, el desarrollo de una cultura escrita volvió a verse truncado en el siglo XIX, cuando el náhuatl perdió el estatus que guardaba durante la Colonia. Ya en el siglo XX, la escritura de las lenguas indígenas ha ido de la mano tanto de la expansión del sistema educativo (aun cuando se le haya llegado a considerar como un paso previo a la castellanización) como de los trabajos de grupos con miras religiosas (como ocurrió con el Instituto Lingüístico de Verano, quienes se abocaron a la traducción de la Biblia en lenguas indígenas), y se ha continuado creando textos literarios en lenguas indígenas. En fechas más recientes, los trabajos en torno a la escritura han cobrado impulso con el establecimiento del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) en 2003. Lo anterior nos habla de una elaboración extensiva que, sin embargo, ha sido coartada en los vaivenes de las políticas lingüísticas en México (Pellicer 1993; Barriga 2018).

3. El corpus

Los textos analizados provienen de un proyecto de vinculación de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, realizado en mayo de 2019, con miras a contribuir a la visibilización del totonaco fuera de la universidad ―donde ya se cuenta con una señalética interna totonaco-español―, como parte de una serie de trabajos de la institución relacionados con la creación de paisajes lingüísticos en lengua indígena. El proyecto en el que aquí nos basamos para conformar el corpus se realizó en el municipio de Huehuetla, el cual se ubica en la Sierra Norte del estado de Puebla en colindancia con el estado de Veracruz.

De acuerdo con el censo nacional de 2020, el municipio cuenta con 17,082 habitantes, de los cuales, el 84.52% de la población de tres años y más habla una lengua indígena, siendo la lengua predominante el totonaco (98.6%), seguida por el náhuatl (1.3%) (INEGI c2021, 168). En la cabecera municipal es frecuente oír la lengua totonaca, sea en la calle, el transporte, los negocios o el mercado semanal; no obstante, es común encontrar personas que hablan la lengua, pero no saben escribirla, habiendo pocas instituciones educativas abocadas a su enseñanza (siendo la Universidad Intercultural del Estado de Puebla una de estas pocas). En la calle es frecuente todavía ver personas que portan la vestimenta tradicional totonaca, pero en el paisaje lingüístico del pueblo la lengua totonaca tiene una presencia minoritaria frente al español (Ruiz Velasco 2021). Si bien la Ley general de derechos lingüísticos de los pueblos indígenas en su artículo 13, fracción XV, establece que el Estado se obliga a colocar señales informativas oficiales en español y en la lengua indígena hablada en la zona correspondiente, en los hechos no es una política que se haya implementado, y son pocas las señales bilingües. No hay estudios sobre el grado de vitalidad de la lengua totonaca en el municipio; sin embargo, en lo general, el Índice de reemplazo lingüístico, elaborado por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), indica que el totonaco se halla en un proceso de extinción lenta (Valiñas 2014:104-105, 118).

En el caso de este proyecto, la tarea consistió en traducir al totonaco 41 señales informativas a instalarse en oficinas del ayuntamiento, la Casa de la cultura y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), a petición expresa del gobierno local (Ruiz Velasco et al. 2019a). En su mayoría tales señales permiten identificar los diversos espacios, como presidencia, secretaría general, registro civil, pagos, tesorería, etc., solo en unos pocos casos se trató de señales del tipo salida de emergencia o baños, que no conciernen al sistema interno de organización del gobierno y sus diversas áreas. Ello implica un reto en la traducción, dado que se trata de una estructura social propia de los hablantes de español y ajena a la cultura totonaca.

Asimismo, se tiene documentado el proceso de traducción en sus distintas etapas: primeramente, la traducción se llevó a cabo por dos estudiantes de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, provenientes de una localidad cercana a la cabecera municipal de Huehuetla: San Juan Ozelonacaxtla; en un segundo paso, se hizo una consulta con 18 habitantes del municipio de Huehuetla, quienes a su vez podían proponer una traducción alternativa en caso de no estar de acuerdo con la propuesta; finalmente, las traducciones fueron revisadas por un maestro experto en la lengua totonaca de la región. En el análisis que sigue tomamos en cuenta estas distintas etapas en el proceso de traducción.

4. El totonaco

El totonaco es una agrupación lingüística perteneciente a la familia totonaco-tepehua. Dicha agrupación es hablada en los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz en México. De acuerdo con la clasificación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (2009, 280-287), comprehende siete“variantes”: totonaco del sureste, totonaco central del norte, totonaco del cerro Xinolatépetl, totonaco central alto, totonaco de la costa, totonaco del río Necaxa, y totonaco central del sur. Por su parte, en los estudios lingüístico-gramaticales se han considerado cuatro ramas: totonaco de Misantla, totonaco de la Sierra, totonaco de Papantla y totonaco del Norte (Beck 2000, 214; MacKay y Trechsel 2011) (mapa 1). En este trabajo nos centramos en una de las lenguas del totonaco de la Sierra, correspondiente al totonaco central del sur en la clasificación del INALI.

Mapa 1. Localización geográfica de las ramas del totonaco (adaptado de Beck 2017, 2, fig. 1).

Las lenguas totonacas se consideran lenguas aglutinantes y polisintéticas, en cuanto la marcación en el verbo no sólo incluye los argumentos centrales sino también otro tipo de roles, como puede ser el benefactivo o el instrumento (Juárez 2016, 28). Asimismo, el totonaco posee un núcleo verbal complejo. Siguiendo la descripción de Juárez para el totonaco de Tuxtla ―considerado en la variante central del sur―, este presenta 20 posiciones pre-radicales y 13 posiciones pos-radicales (Juárez 2016, 28-36).

El orden de palabras en la oración es flexible (Juárez 2016, 21, 71-72). Dos rasgos relevantes para el análisis que sigue son: en las construcciones genitivas, el poseído va antes del poseedor (1), y en las de subordinación, el subordinador va antes de la cláusula subordinada (2):

(1)

ski-nit-i

ma

x-tsumat

Kawasan

pedir-pfto-jf

det

pos3-muchacha

Kawasan

‘ha pedido a la hija de Kawasan’ (Juárez 2016, 22).

(2)

makg-sku-nit-i

akxni

skgata-ku

x-wa-nita-’

ajn-trabajar-pfto-jf

cuando

bebé-aún

pas-ser-pfto-suj2sg

‘ha trabajado en lo ajeno cuando estabas pequeña’ (Juárez 2016, 22).

Asimismo, en las oraciones de relativo el nexo distingue cuando se trata de un antecedente humano (ti, tiku) o no humano (tu, tuku) (cf. Aschmann 1984).

En cuanto a la fonología, el cuadro 1 muestra la equivalencia entre los símbolos del alfabeto fonético internacional (AFI) y la norma ortográfica del tutunakúpara las consonantes.Se considera que hay tres vocales /a/, /i/, /u/; no obstante, estas últimas cuentan con los alófonos [ɛ], [ɔ] y se distingue también la duración de las vocales (Troiani 2007), rasgo que no se ve reflejado en la escritura.

AFI

Escritura

Labial

Alveolar

Alveo- palatal

Palatal

Velar

Uvular

Glotal

Oclusiva

p

t

k

q

Ɂ

Norma

p

t

k

kg

Fricativa

s

ʃ

ʝ

x

Norma

s

x

y

j

Africada

ʦ

ʧ

Norma

ts

ch

tl

Nasal

m

n

Norma

m

n

Lateral

ɬ

l

Norma

lh

l

Vibrante

ɾ

Norma

r

Semiconsonante

w

j

Norma

w

i/y

Cuadro 1. Correspondencia entre fonemas consonánticos y alfabeto ortográfico según la norma de escritura.

Hasta la fecha los procesos de normalización de las lenguas indígenas mexicanas emprendidos a instancias del INALI, solo han incluido el establecimiento de una norma ortográfica común a las distintas “variantes”. Esto es, no se ha emprendido un proceso de normalización en el que se establezca un estándar común. Cabe apuntar que, en el caso del totonaco, dicha norma apenas fue publicada en 2017, mientras que, para otras lenguas, como el náhuatl ―también hablado en la región―, todavía está en discusión la norma de escritura. Se cuenta con un diccionario del totonaco de la Sierra (basado en la lengua de Zapotitlán de Méndez) (Aschmann 1983), si bien este sigue una norma ortográfica distinta, más cercana a la escritura en español (sin el dígrafo kg, empleando c y qu como en español).

5. Procesos de escritura

5.1. Escrituración

El establecimiento de una ortografía en la lengua totonaca es un proceso que se ha intensificado a partir de la segunda mitad del siglo XX con varias propuestas. Estas se han nutrido de diversas tradiciones: la de los misioneros en la época colonial, la de la ortografía del español y la propia de la investigación lingüística (Zamudio 2011). También ha habido, no obstante, innovaciones ortográficas específicas del totonaco, como la introducción del dígrafo kg para representar el fonema /q/ (Zamudio 2011).

La propuesta ortográfica más reciente corresponde a la norma aprobada en 2016, como resultado de los talleres con miembros de la comunidad totonaca organizados a instancias del INALI. No obstante, dicha norma es cuestionada por diversos actores por aspectos como el empleo de kg y no q, o la falta de distinción de las vocales largas, de manera que su aceptación no es todavía unánime. Menos discutidos son otros rasgos, como el uso de lh para la lateral fricativa o la inclusión de las vocales o y e.

En las traducciones de las señales encontramos variaciones que muestran que no se ha estabilizado una norma ortográfica, por ejemplo:

pumapekgsin - pumapakgsin ‘presidencia’.

akgatunu kachikin - akgetunu chiki ‘cada pueblo’ - ‘cada casa’.

munukgoy - munokgoy ‘está(n) al frente’.

En estos casos se trata de transliteraciones de variantes fonéticas. Troiani (2007, 43, 45) señalaba la tendencia de las vocales cerradas a abrirse en el totonaco de Huehuetla, lo que nos explica la alternancia en la escritura de munukgoy - munokgoy; no obstante, por nuestra parte, también tenemos documentada una alternancia entre a y e, la cual se ve reflejada en los dos primeros ejemplos: la escritura de ‘presidencia’ como pumapakgsin o como pumapekgsin, y la escritura del clasificador akga - akge. Ello nos muestra que no se ha fijado todavía una norma de escritura.

5.2. Escrituralización

La escrituralización ha sido menos abordada en los estudios sobre el totonaco. En los textos que nos ocupan tenemos una expansión en el uso de la lengua hacia una tradición discursiva nueva: la de la señalética, empleándose particularmente para los nombres de departamentos u oficinas gubernamentales. En el proceso de traducción que tenemos documentado se ve una transición del empleo de estrategias de tipo analítico a estrategias de tipo más sintético.

En el análisis del corpus se consultaron tanto fuentes que se ocupan del totonaco de la Sierra (Aschmann, H. 1983; Aschmann, E. 1984; Juárez 2016; Troiani 2007) como de otras ramas del totonaco (Beck s.f.; Levy 2002; Reid 1991).

Los procedimientos encontrados se subdividen en: a) sustantivos lexicalizados, b) relativas sin antecedente, c) relativas con antecedente y d) nominalizaciones. Cada uno de estos procedimientos tiene distinto peso según la etapa en el proceso de traducción, como se puede apreciar en la gráfica 1. En la primera etapa se echa mano de las lexicalizaciones, las relativas sin antecedente y las nominalizaciones, con un peso más o menos equilibrado; sin embargo, para la última etapa, se apoya más fuertemente en las nominalizaciones en detrimento de los otros procedimientos, particularmente de las relativas. En general, el procedimiento menos utilizado de todos es el relativo con antecedente. Enseguida abordamos cada procedimiento en detalle.

Gráfica 1. Procedimientos de traducción empleados por etapa.

a) Sustantivos lexicalizados. Cuando ya existe un equivalente establecido en la comunidad de hablantes, se emplea simplemente dicho sustantivo en la traducción. La existencia de tales equivalentes se ve reflejada en el hecho de que en las tres etapas del proceso de traducción se repite el mismo equivalente. Así ocurre, por ejemplo, en los siguientes casos:

(3)

a.

pumapakgsin

‘presidencia’

b.

pumakin

‘bodega’

c.

pulachin

‘cárcel’

b) Cláusulas de relativo sin antecedente. Una segunda estrategia es el empleo de una cláusula de relativo sin antecedente. Es una estrategia frecuente en la primera etapa del proceso de traducción que tiende a desaparecer en la traducción final. Tiene un carácter analítico:

(4)

a.

niku

taxtu

taskujut

xal-kachikin

donde

salir.3sg

trabajo

de-pueblo

‘donde sale el trabajo del pueblo’ (‘obras públicas’).

b.

niku

t-uwla2

tiku

mun-u-y

kachikin

donde

ref-sentar.3sg

hrel

frente-estar-3sg.ipfvo

pueblo

‘donde está quien se encarga del pueblo’ (‘regiduría’).

En ambos casos se nos presenta una oración de relativo introducida por el relativo niku ‘donde’ y tienen carácter analítico ofreciendo una descripción del referente antes que brindar una traducción literal o recurrir a un préstamo.

c) Cláusulas de relativo con antecedente. Se trata de una opción poco frecuente, como hemos señalado; sin embargo, se mantiene en un par de casos en la traducción final. En estos casos el relativo va precedido por una proforma sea de tipo nominal o adverbial:

(5)

a.

wa

ti

mun-o-kgo-y

akga-tunu

kachikin

taskujut

este

hrel

frente-estar-3pl.ipfvo

clas-cada

pueblo

trabajo

‘éste quien está al frente de los trabajos para cada pueblo’ (‘regidores’).

b.

ta-niku

kapala

na-taxtu-y-a

ahí-donde

rápido

fut-salir-ipfvo-2sg

‘ahí donde sales rápido’ (‘salida de emergencia’).

En (5a) el relativo para un referente humano ti va precedido por el pronombre wa’, el cual nos remite a una tercera persona. Moore (2016) encuentra este tipo de construcciones con un antecedente ligero en el totonaco de Coahuitlán; mientras que en la revisión que hace Beck (2017) se observa este wa en el totonaco de Zapotitlán de Méndez, si bien ahí indica que proviene probablemente de un demostrativo y se considera que podría tratarse de una partícula focal. Aquí nos inclinamos por la primera interpretación, pero el asunto requiere más estudios. También resulta problemático (5b). Ahí el relativo de lugar niku va precedido por ta. Deducimos que podría tratarse de una reducción de anta ‘ahí’3. En ambos casos la frase descriptiva remitiría a la situación de habla. Al igual que en el caso anterior, se opta por una descripción mediante un predicado.

d) Nominalizaciones. En la señalética en español destaca el hecho de que se recurra frecuentemente al estilo nominal. Es el caso de los ejemplos que hemos citado arriba: Regiduría, Obras públicas, Salida de emergencia. En ellas encontramos un sustantivo que puede ir modificado o no por una frase adjetival o preposicional. Ahora bien, la nominalización, entendida como procedimiento por el que se forman sustantivos, también es empleada en totonaco. Algunos rasgos tipológicos de las nominalizaciones son que se adquiere morfología nominalizadora, hay una tendencia a la pérdida de las marcas de tiempo, aspecto y modo (si bien ello depende de la lengua en cuestión), y se adquiere una marca de caso genitivo (Givón 2001, 24-31; Comrie y Thompson 2007). Ejemplos de esta estrategia se dan más en las traducciones finales al totonaco:

(6)

a.

x-pu-lakg-kaxtluw-kan

takglhuwit

gen-loc-dat-arreglar-suj.indef

problema

‘donde les resuelven los problemas’ (‘juzgado de paz’; lit. ‘su ahí-resuelven problema’).

b.

x-ukxilhwili-na’

pumapakgsin

gen-observar-nom.ag

presidencia

‘observador de la presidencia’ (‘contraloría’; lit. ‘su observador presidencia’).

c.

x-takaxtawi-lh

xkga-tuna

kachikin

gen-progresar-pfvo

clas-cada

pueblo

‘progreso del pueblo’ (‘desarrollo comunitario’; lit. ‘su progresó de cada pueblo’).

En los tres casos nos aparece al inicio la marca x- de genitivo, empleada en este caso para relacionar dos sustantivos (ver el análisis de Levy 2002). En (6a) se presenta el patrón más frecuente. En él se incorpora la noción de ‘lugar’ ―presente mediante el relativo niku en los ejemplos anteriores― al emplearse el prefijo puu-, el cual nos marca el rol de locativo4. En (6b), en cambio, se nos presenta un patrón distinto en el que no se destaca el que se trate de un lugar sino la de ‘persona’, mediante el sufijo nominalizador agentivo -na’. Finalmente, (6c) nos muestra que es posible que en la nominalización se mantenga la marca de aspecto, en este caso, -lh (al menos tal y como se nos presenta esta traducción). Así, la marca de genitivo, en concreto, vía el posesivo de tercera persona, es la que funge propiamente como indicio de su nominalización. En los tres casos tenemos que se opta por una estrategia más sintética, a diferencia de los ejemplos anteriores.

6. Conclusiones

En lo concerniente a la escrituración de la lengua totonaca, las variaciones en la ortografía empleada nos hablan de que no se ha dado una fijación completa todavía en una norma. En cuanto a la escrituralización, es sabido que las traducciones realizadas en el periodo de Alfonso el Sabio contribuyeron fuertemente al proceso de elaboración del español. En el caso del totonaco, hemos visto que se emplean cuatro estrategias de traducción: el uso de sustantivos ya lexicalizados, que fungen como equivalentes; el recurso a oraciones de relativo, con o sin antecedente, esto es, de estrategias analíticas, y el uso de nominalizaciones, marcadas como tales mediante el empleo de construcciones genitivas, dando como resultado una formulación sintética.

Salvo una frase que quedó sin traducción (el acrónimo Sicom), en el resto de las señales se ofreció una traducción echando mano de los recursos propios de la lengua antes que recurrir a préstamos del español. En el proceso, de la creación de frases se pasa a las nominalizaciones, empleando los recursos derivativos de la propia lengua. En esta estrategia no puede descartarse un influjo del español, lengua en la que el uso de un estilo nominal es predominante en la tradición de la señalética.

Abreviaturas

1

2

3

ag

ajn

antipas

caus

clas

comit

dat

det

dpa

fut

gen

jf

h

primera persona

segunda persona

tercera persona

agente

en lo ajeno

antipasiva

causativo

clasificador

comitativo

dativo

determinante

de paso

futuro

genitivo

juntura fónica

humano

imp

indef

instr

ipfvo

loc

nom

pas

pfto

pfvo

pl

pos

pro

ref

rel

sg

suj

impersonal

indefinido

instrumento

imperfectivo

locativo

nominalizador

pasado

perfecto

perfectivo

plural

posesivo

pronombre

reflexivo

relativo

singular

sujeto

Bibliografía

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1 Esto es, textos escritos en el espacio público: señales de tránsito, anuncios, espectaculares, carteles, nombres de negocios, publicidad en vallas o postes, pintas en bardas, identificadores de lugares, placas de calles, etcétera. En concreto en nuestro corpus nos centramos en los identificadores de lugares.

2 Tawila.

3 Aschmann (1984) encuentra la forma nta-ni para el totonaco de Zapotitlán de Méndez, la cual glosa como ‘ahí-donde’. Estamos hipotetizando que el ta- aquí tiene un origen similar al provenir de anta, siendo una forma más breve.

4 El recurso a este prefijo puu- se da también en otras traducciones sin que entre en construcción genitiva. Así, por ejemplo, “Registro civil” se traduce alternativamente como niku tatsokgan (‘donde se escribe’), con una relativa; pu-ma-tsokg-an (loc-caus-escribir-nom), o pu-ta-lhka-nun (loc-imp-trazar-antipas), en nominalizaciones con el prefijo puu-.