“¿Quién dice ‘muyayo’, simplón?” Análisis de /tʃ/ en la provincia de Santa Cruz de Tenerife

Alba Hermida-Rodríguez

Universiteit Leiden
a.hermida.rodriguez@umail.leidenuniv.nl

Trabajo recibido el 30 de abril de 2021 y aprobado el 22 de septiembre de 2021.

Resumen

El presente artículo busca aportar una caracterización acústica del fonema /tʃ/ en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Se pretende sistematizarlo, en la medida de lo posible, y otorgarle una justificación acústico-articulatoria, dada su consideración como rasgo identitario en la conciencia lingüística de los hablantes del archipiélago canario. Se ha empleado un corpus oral con 196 muestras procedentes de diversas fuentes: grabaciones del Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER), de monólogos y grabaciones en entrevistas y podcasts, así como de trabajo de campo propio. A nivel general, los resultados revelan tres variedades de /tʃ/ (sujetas a variación interinsular e interpersonal) atendiendo a dos rasgos pertinentes: el punto de articulación y la mayor duración de la fricción frente a la oclusión. Así, aparece una realización palatal-adherente semiafricada (con reducción de la fricación), una prepalatal africada y una palatal semifricativa (con reducción del momento oclusivo). En el aspecto sociolingüístico, se observa una mayor polarización en las islas occidentales frente a la generalización de las islas más orientales.

Palabras clave: dialectología, fonética sincrónica, palatal-fricativa, español de Canarias.

“Who says ‘muyayo’, simplón?” Analysis of /tʃ/ in the province of Santa Cruz de Tenerife

Abstract

This article seeks to provide an acoustic characterization of the phoneme /tʃ/ in the province of Santa Cruz de Tenerife. It aims to hopefully systematize this phoneme while providing an acoustic-articulatory justification, given its identity consideration in the linguistic consciousness of the speakers of the Canarian archipelago. An oral corpus with 196 samples has been established using the following sources: recordings of the Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER), monologues and recordings in interviews and podcasts, as well as my own fieldwork. Overall, the results reveal three articulations for /tʃ/ (under inter-island and interpersonal variation), attending to two pertinent features: the point of articulation and the longer duration of friction against occlusion. Thus, there is a semi-affricate (that is, with reduced friction) palatal-adherent realization, a prepalatal affricate and a semi-fricative palatal (with a reduction of the occlusive moment). Attending to the sociolinguistic considerations, a greater polarization was observed in the Western islands when compared to the generalization of the Eastern ones.

Keywords: dialectology, synchronic phonetics, palatal-fricative, Canarian Spanish.

“Quem disse ‘muyayo’, simplón?” Análise de /tʃ/ na província de Santa Cruz de Tenerife

Resumo

Este artigo visa fornecer uma caracterização acústica do fonema /tʃ/ na província de Santa Cruz de Tenerife. Pretende-se sistematizá-lo ao máximo e dar-lhe uma justificação acústico-articulatória, dada a sua consideração como traço identitário na consciência linguística dos falantes do arquipélago canário. Um corpus oral com 196 amostras foi estabelecido a partir das seguintes fontes: gravações do Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER), monólogos e gravações em entrevistas e podcasts, bem como trabalhos de campo próprios. Em um nível geral, os resultados revelam três variedades de /tʃ/ (sujeito à variação inter-ilhas e interpessoal) atendendo a duas características pertinentes: o ponto de articulação e a maior duração do atrito contra a oclusão. Assim, surge uma realização palatal-aderente semi-africada (com redução do atrito), uma africada pré-palatal e uma palatal semi-fricativa (com redução do momento oclusivo). No aspecto sociolinguístico, observa-se uma maior polarização nas ilhas ocidentais em comparação com a generalização nas ilhas orientais.

Palavras-chave: dialectologia, fonética síncrona, palatal fricativa, espanhol das Ilhas Canárias.

1. Introducción

1.1. Presentación del tema

La conciencia de particularidades dialectales concretas en las Islas Canarias se puede documentar desde una época muy temprana en el desarrollo filológico hispano. Desde impresiones sobre léxico más o menos autóctono, como la obra de Antonio de Viana (1604), hasta los trabajos con metodología de corpus modernos desde finales del siglo XX que se mencionarán en la revisión bibliográfica.

No obstante, si bien es cierto que la atención prestada a las particularidades léxicas es abrumadora, no parece que sea la misma la prestada a las cuestiones fonético-fonológicas de las islas (ausentes en trabajos clave como Hualde (2005), Martínez Celdrán y Fernández Planas (2013), o Quilis (1981)). Además, cuando sí hay un estudio fonológico relevante (por ejemplo, en Alvar y Quilis (1966)), estos se centran fundamentalmente en la provincia de Las Palmas. En este artículo en particular pretendo acercarme al fonema prepalatal africado sordo /tʃ/ en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, al ser considerado un rasgo especialmente identitario (y arraigado) en la conciencia lingüística de los hablantes del archipiélago.

Tradicionalmente, se ha considerado que esta realización corresponde a la llamada por Navarro Tomás (1998 [1948]) adherente y que será estudiada por primera vez en Canarias por Alvar y Quilis (1966). Al respecto, es necesario mencionar el estudio de Martín Gómez (2010), modelo de parámetros acústicos que permiten clasificar las variedades encontradas en grupos.

La intencionalidad del presente artículo no va más allá de la aportación de una caracterización acústica (siguiendo, entre otros, a Johnson 2003)1 de los fonos encontrados en la provincia de Santa Cruz, para sistematizarlos en la medida de lo posible y otorgar una justificación acústico-articulatoria. Se tendrá también en cuenta la situación alofónica de Andalucía y sus consideraciones sociolingüísticas, por si compartiera un tronco común con lo encontrado.

1.2. Revisión bibliográfica

Mencionaba en el apartado anterior a Navarro Tomás como el primero en proponer una definición y caracterización fonética. En su obra El español de Puerto Rico: contribución a la geografía lingüística americana (1998 [1948], 95) propone lo siguiente:

El contacto del dorso de la lengua con el paladar en la ch de Puerto Rico es más amplio que la ch castellana. El lugar en que se realiza la parte principal de dicho contacto es una porción más interior de la superficie del paladar. El elemento oclusivo ocupa en el conjunto de la articulación un espacio más largo que el elemento fricativo. El timbre de este segundo elemento corresponde al tipo suave y blando de la y. En algunos casos se oye una verdadera oclusión dorsopalatal (Navarro Tomás 1998 [1948], 95).

Desarrollará también esta última frase más adelante, situando un posible alófono de este sonido, una variante totalmente oclusiva “hasta el punto de adquirir el carácter de una simple t dorsopalatal” que comparará con la “t palatal del guipuzcoano” (1998 [1948], 96-97). Pese a ello, lo adherente equivaldría a un fono dorsopalatal semiafricado, pero que puede tener algún momento de sonoridad en la fricación que lleve a la percepción de la /ʝ/.

Sin embargo, serán Manuel Alvar y Antonio Quilis los primeros en analizar de forma acústica el alófono adherente en las Islas Canarias en Datos acústicos y geográficos sobre la «CH» adherente en Canarias (1966). De ellos se pueden extraer dos tipos de datos que serán especialmente relevantes en la bibliografía posterior.

El primero es el relativo a la geografía lingüística. Se pueden observar tres realizaciones alofónicas para /tʃ/ y su distribución en localidades (mapa 1), con predominio de la variante adherente, aunque en competencia con una realización aún más palatalizada y una tímida introducción de la castellana en Teror (isla de Gran Canaria). De hecho, esto último también será constatado por bibliografía posterior, como Almeida y Díaz Alayón (1989). La realización más palatal es realmente importante en localidades como Betancuria (Fuerteventura) y Fermés (Lanzarote), donde es mayoritaria, y está en verdadera competencia en Las Palmas de Gran Canaria, pues solo un hablante muestra únicamente la adherente. Así, esta situación de convivencia es recurrente en muchas otras localidades (para mayor detalle, ver Anexo, tabla 1).

Mapa 1. Distribución alofónica para /tʃ/ según Alvar y Quilis (1966) en las islas de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura.

Más reducida es la información acústica, aunque atestiguan lo propuesto por Navarro Tomás en Canarias. Así, proponen que en la variedad adherente el momento oclusivo tiene una mayor duración sobre el fricativo, aunque la diferencia media es de (1,89 c.s. a favor del primero de media). Además, las frecuencias de la fricación “comienzan a una altura media de 2.516 Hz” (Alvar y Quilis 1966, 339). Además, señalan los autores:

[E]l momento oclusivo suele estar sonorizado. De ahí que la impresión acústica percibida al oír la ch adherente sea la de una y africada (como la del español cónyuge o el yunque), bien que menos sonora. Hecho que coincide —también— con la imagen de esta ch que se obtiene con ayuda del paladar artificial: mucho más parecida a la y africada del castellano, que a la ch peninsular (Alvar y Quilis 1966, 340).

Por otro lado, para la realización aún más palatal no aportan ninguna información de tipo acústico sino contextual: parece ser frecuente que esta realización aparezca en los contextos fuertes, es decir, en posición inicial absoluta o sílaba tónica. Esta bien podría ser la indicada como “t dorsopalatal” por Navarro Tomás (1998 [1948], 97) y, de hecho, el vínculo se hace explícito en la descripción articulatoria en El español hablado en Tenerife: “En Puerto Rico hay también ch adherente en la que se borra en realidad toda impresión de timbre fricativo. Algo semejante ocurre en Tenerife (…) ya que en su segundo elemento, oclusivo y dorsopalatal, se percibía como una ŷ” (Alvar 1959, 40).

Sin embargo, de otras consideraciones importantes en la dialectología como el sexo, el nivel sociocultural y la edad no se pueden extraer conclusiones. Como señala también Martín Gómez, “no existe uniformidad metodológica ni en el diseño del corpus ni al escoger a los hablantes” (Martín Gómez 2010, 168), situación que se continuará en los sucesivos estudios (Alvar 1959; Dorta 1997). Además de estos problemas, se debe tener en cuenta la antigüedad de estos datos, pues fueron recogidos en los trabajos preliminares del Atlas Lingüístico-Etnográfico de las Islas Canarias (Alvar 1964). Por último, no están todas las islas representadas y la proporción varía considerablemente entre ellas y entre las localidades.

Como posible comienzo de la solución aparece el estudio de Martín Gómez que, en la línea de los anteriores, establece una comparación de las variedades encontradas en las zonas urbanas del norte de Tenerife con respecto a la alveolopalatal castellana de Madrid y que permite dar unos datos sistemáticos que considerar como base para el presente artículo (por ello, los parámetros acústicos serán señalados en el apartado 2).

Distingue tres realizaciones de /tʃ/: adherente (como palatal, sin distinción categorial del grado), una más fricativa con un punto de articulación cercano a la primera y la típicamente castellana, aunque no establece categorías estancas. Se encontraron realizaciones adherentes tanto en hombres como mujeres, que se encuentran en alternancia con las realizaciones más adelantadas e, incluso, un pequeño porcentaje mantiene la no adherente en todas las ocasiones. Además, aparecieron dos casos (un hombre y una mujer) con resultados altos en las frecuencias relevantes que solo se parecen entre sí:

Se postula por tanto que se trata de un resultado acústico debido a una articulación propia del habla de Tenerife, que se revela independiente de los resultados de duración de [t͡ʃ] discordantes mostrados por ambos informantes (Martín Gómez 2010, 199).

Dada su similitud con la propuesta de Martín Gómez (2010), se tendrán también en cuenta las circunstancias en Andalucía y, por ello, conviene identificar la situación de alofonía allí. Moya Corral y García-Wiedemann establecen tres manifestaciones de /tʃ/: el adherente, el africado estándar o el fricativo. La primera de ellas, “cuasi oclusiva y fuertemente palatalizada” (Moya y García-Wiedemann 1995, 66), es la minoritaria. Sobre la articulación de los fonos comunes:

Tanto uno como otro pueden tener articulaciones más o menos adelantadas; sin embargo y por lo que a nuestra zona se refiere [Granada], el punto de articulación más frecuente es el prepalatal, las articulaciones más adelantadas, palatoalveolares o postdentales, son raras (Moya y García-Wiedemann 1995, 66).

Sobre la situación sociolingüística, aportan mayor carga teórica Narbona Jiménez, Cano Aguilar y Morillo Velarde-Pérez en El español hablado en Andalucía (1998). En el caso de la pronunciación fricativa de la ch parece claro que debe tratarse de un cambio lingüístico que, iniciado por los hombres, no ha sido asumido por las mujeres que mantienen la pronunciación africada de mayor prestigio porque coincide con la “oficial” del español y es la más usada en el ámbito hispánico (Narbona Jiménez, Cano Aguilar y Morillo Velarde-Pérez 1998, 149).

Otro panorama cercano a lo descrito para las Islas Canarias se encuentra en Chile. Existen abundantes estudios que describen los rasgos articulatorios, acústicos y sociolingüísticos de las variantes de /t͡ʃ/. Se reportan variantes en las que uno de los dos momentos articulatorios tiene una duración mayor que la del otro, obteniendo al menos dos alófonos con prominencia oclusiva y con prominencia fricativa, además de las variantes sin oclusión, es decir, [ʃ]. El primer subgrupo, muy cercano a la descripción de la adherente española y puertorriqueña, se ha caracterizado por una retención del segmento oclusivo (Oroz 1996), una oclusión larga y tensa (Soto-Barba 2008; Sadowsky y Salamanca 2011), que puede estar acompañada de fricción leve (Valencia 1993-1994). De acuerdo con los resultados de la investigación de Figueroa, Salamanca y Ñanculeo (2013), se pueden distinguir hasta cinco alófonos para /t͡ʃ/ (entre paréntesis se encuentran los porcentajes de segmento oclusivo frente al fricativo): africada prepalatal con tendencia oclusiva [t̪ʃ] (80%), africada dental con tendencia oclusiva [t̪s̪] (75%), africada prepalatal prototípica [tʃ] (68%), africada prepalatal con tendencia a fricativa [tʃ] (35%) y fricativa palatal [ʃ] (0%).

Atendiendo a lo sociolingüístico, Aguilera Bustos (2019) llega a la conclusión de que las mujeres producen preferentemente la africada con prominencia oclusiva en un 40%, frente al 16% de los hombres. Figueroa, Salamanca y Ñanculeo (2013) muestran una evaluación positiva para las variantes africadas y africadas con prominencia oclusiva, no marcada para [tʃ] y estigmatizada para [ʃ]. Sus resultados confirman que el progresivo aumento de fricción conlleva a un aumento de los juicios de estigmatización, clasificando como muy prestigiosas las realizaciones mayormente oclusivas, como prestigiosas las africadas y las de tendencia a fricativa, y como muy estigmatizadas las fricativas.

1.3. Formulación de las hipótesis y variables

a) Se observarán en todas las islas seleccionadas y en todos los hablantes tres variedades de /tʃ/, que deben entenderse desde la gradualidad y que tendrán un índice de sonoridad alto. Estas son: una palatal-adherente semiafricada (en el sentido de Navarro Tomás (1998 [1948]), es decir, de reducción del momento fricativo), una prepalatal africada y una palatal semifricativa (lo contrario a la primera, es decir, una reducción del momento oclusivo).

b) Se mantendrán las realizaciones palatales-adherentes semiafricadas de forma mayoritaria en las zonas rurales del norte de Tenerife. Aparecerán más en hombres que en mujeres, principalmente de la primera (más de sesenta años) y segunda generación (entre treinta y sesenta años).

c) Aparecerá la articulación palatal semifricativa en la zona sur de Tenerife y las islas no capitalinas, especialmente El Hierro. Estará generalizada tanto en hombres como mujeres, aunque será más común en la segunda y tercera generación (hasta los treinta años).

d) También se recogerán realizaciones menos palatalizadas en la zona sur de Tenerife y las islas no capitalinas. Estas serán la prepalatal africada castellana y una posible adherente adelantada. Podría estar directamente relacionado con el prestigio lingüístico y, así, estar más presente en mujeres que en hombres, principalmente de la segunda y tercera generación.

Por ello, las variables dependientes son las realizaciones de /tʃ/ y las independientes son (1) edad, (2) lugar de procedencia y (3) sexo.

2. Metodología

2.1. Corpus

Se tomaron doce hablantes nativos de español procedentes de las islas de la provincia de Santa Cruz en proporción según el número de habitantes de las islas. Así, de Tenerife se recogieron siete hablantes (ver Anexo, tabla 2) distribuidos geográficamente a lo largo de todo su territorio, aunque no se consideró la zona norte urbana en esta isla al estar ya analizada por Martín Gómez (2010). De las demás islas se tomaron dos hablantes de la misma localidad que fuera un núcleo poblacional de relativa importancia en la isla en cuestión: San Sebastián de la Gomera (ver Anexo, tabla 3), Los Llanos de Aridane (ver Anexo, tabla 4) y Valverde (ver Anexo, tabla 5). No obstante, no pueden considerarse núcleos urbanos comparables a Santa Cruz o La Laguna en Tenerife, de forma que todas las muestras son rurales atendiendo a criterios sociolingüísticos.

Se procuró que las muestras pudieran ser significativas no solo en un plano geográfico, sino también en lo relativo al sexo (tanto hombres como mujeres) y al factor diageneracional. No se tendrá en consideración el nivel sociocultural de los hablantes al no haber en algunos de los casos una encuesta sistemática que acompañe a las grabaciones.

Se emplearon diversas fuentes para configurar el corpus, aunque todos los archivos considerados para este artículo son grabaciones de habla espontánea. Como base fundamental para la primera generación (más de sesenta años) se empleó el Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER). Como su propia web indica (Fernández-Ordóñez 2005), este es un corpus dialectal restringido a informantes de zonas rurales, de 73 años de edad media, de escasa escolarización y naturales del lugar en que son entrevistados. Las grabaciones que integran el COSER han sido obtenidas entre 1990 y diciembre de 2020. En los archivos de la segunda generación (entre treinta y sesenta años) hubo mayor variedad: entrevistas y monólogos de la red social YouTube, así como podcasts disponibles en iVoox. Por último, en los informantes tinerfeños podría distinguirse una tercera generación (hasta los treinta años) cuyos archivos provienen de una entrevista también en YouTube, otra de Radio Televisión Española (RTVE) y de una grabación de un trabajo previo (Hermida-Rodríguez 2021). Así, de forma resumida, las fuentes empleadas son las siguientes:

1. COSER (3).

2. Grabación de proyectos previos (1).

3. Entrevistas en YouTube (5).

4. Entrevista de RTVE (1).

5. Podcast en iVoox (1).

6. Monólogo en YouTube (1).

Se generó un corpus total de 196 muestras distribuidas de forma que cada isla no capitalina rondara la treintena (30 de La Gomera, 34 de La Palma y 39 de El Hierro) y así quedara parejo con Tenerife (de la que se recogieron 93 muestras). Por su parte, la media de muestras por hablante es 17,8.

2.2. Procedimiento de análisis

Las grabaciones fueron normalizadas a una frecuencia de muestreo de 44,1 kHz en formato WAV con el programa Audacity 2.3.3 (AudacityTeam, 2010) para macOS. A continuación, se homogeneizó la intensidad de las grabaciones a 65dB con Praat 6.1.09 (Boersma y Weenink 2009) para el mismo sistema operativo utilizando el script “Intensity.Scaler.praat”2. Las grabaciones fueron inmediatamente segmentadas en muestras VCV, es decir, la consonante objeto de estudio precedida y seguida de vocales. Los límites antes y después de cada fono fueron definidos como el primer pulso glotal de V1 y el último de V2 presentes en el espectrograma. Se tuvieron en cuenta tanto muestras tónicas como átonas, aunque no se observaron en los datos diferencias contrastables, por lo que esta variable no será analizada.

Todas las muestras fueron analizadas utilizando Praat. Al igual que en Martín Gómez (2010), se tomarán los mismos parámetros principales, obteniendo mediciones manuales para la duración, la intensidad y las frecuencias relevantes de la fricación:

a) Sobre la primera, se tendrá en cuenta la duración del momento oclusivo, fricativo y la totalidad del fono.

b) En este caso, no se tendrá en cuenta la intensidad del momento fricativo sino la intensidad total del fono. Este primer valor se puede observar igualmente al tener en cuenta las frecuencias relevantes, como se explicará posteriormente. En este sentido, la oposición de la intensidad total de la palabra y del fono puede no aportar en la distinción adherente/fricativa (un valor más bajo equivale a mayor ausencia de sonido, esto es, oclusión). No obstante, podría ser útil para diferenciar entre las fricativas, de forma que un valor mayor de intensidad del fono supondrá una articulación con mayor tensión.

c) Finalmente, las frecuencias relevantes de la fricación corresponderían a aquellas que inician dicho momento y donde se encuentra la máxima concentración de energía. La primera indicará el lugar de realización (frecuencias altas indican palatalización), de forma que también se tendrá en cuenta donde convergen las transiciones de las vocales contiguas (en definitiva, el locus). Por su parte, la segunda define las características de la fricación: la intensidad en frecuencias altas indica estridencia, frente a que se encuentren más repartidas o en frecuencias bajas.

Se analizaron todas las muestras siguiendo los parámetros explicados y se hallaron los promedios de los valores resultantes por cada vocal posterior a /tʃ/ (es decir, /tʃa/, /tʃe/, /tʃi/, /tʃo/, /tʃu/) en cada uno de los hablantes. Por tanto, los valores que serán tratados en el siguiente punto son los promedios de todas las realizaciones y serán interpretados como la realización modelo por vocal. Las vocales no serán estudiadas desde el riguroso detalle fonético para amoldarse más adecuadamente a la dialectología, es decir, no se analizarán las diferencias entre los alófonos vocálicos.

3. Resultados

Los resultados serán organizados atendiendo primero a la variable diatópica, esto es, clasificado por islas. A continuación, se presentan los resultados de las mediciones realizadas con Praat, en el siguiente orden: la duración, la intensidad del momento fricativo y las frecuencias relevantes de la fricación. Dichos resultados se encuentran organizados según la variable sexo y edad. En Tenerife, ante la mayor cantidad de datos analizados, se ofrece una primera división por sexo con el fin de facilitar la lectura.

3.1. El Hierro

El primero de los parámetros mencionados es la duración. En las muestras de esta isla, prácticamente todas las realizaciones tienen una duración total baja, con una media de 96 ms en el caso del hombre y un poco más corta (83 ms) en el de la mujer. En ambos, se encontraron diferencias considerables ante la vocal palatal /e/ que, debido a su punto de articulación, puede asimilarse a la consonante produciendo un sonido más largo (recordemos que la lengua no debe realizar un recorrido muy amplio). Así, los valores de /tʃe/ corresponderían a 140 ms y 120 ms para hombres y mujeres, respectivamente.

Más relevancia adquieren las duraciones de cada uno de los momentos de la articulación, ya que permiten distinguir dos grupos muy polarizados. El primero de ellos está presente en el 100% de las muestras extraídas del COSER, es decir, en el hablante varón perteneciente a la tercera generación. Se trata de una realización de predominio claramente oclusivo, llegando a diferencias de 74 ms con respecto al momento fricativo ante las vocales palatales. Frente a esta, hay otro segundo grupo presente en el 100% de las muestras de la informante perteneciente a la segunda generación y que se caracteriza por una igualación de los dos momentos. En todos los casos la diferencia se encuentra rondando los 2 ms, por lo que prácticamente equivale a 0. De hecho, en dos casos llega a ser negativo, demostrando una mayor duración de lo fricativo ante las vocales palatales (-23 ms).

Atendiendo a la intensidad y como era de esperar, las oclusivas presentaban una diferencia notable provocada, como se mencionó, por una prolongación de la ausencia de sonido. Sin embargo, sí que parece arrojar algo de luz a la cuestión cualitativa de las realizaciones fricativas. En ninguna de las muestras la articulación de /tʃ/ supera en intensidad la media de la palabra en la que se encuentra, según lo esperable en los fonos prepalatales castellanos. Si bien se acercan considerablemente en /e/ (2,64 dB) y en /a/ (2,33 dB), la media es muy superior llegando a ser 4,03 dB para /o/.

Todos estos datos mencionados vienen a corroborarse con las frecuencias relevantes de las muestras, ya que revelan una articulación mediopalatal (una media de inicio de la fricación a 2500 Hz) que nuevamente se divide en dos grupos según su estridencia. Un primer grupo donde las frecuencias más intensas rondan los 3000 Hz coincidente con el mayormente oclusivo y otro segundo mucho más estridente (4900 Hz) y fricativo.

Figura 1. Resultados en la isla de El Hierro.

Por tanto, podemos distinguir dos realizaciones casi opuestas de las muestras herreñas (figura 1). La primera de ellas es propia del sector masculino y/o de la primera generación y se caracteriza por un momento oclusivo que prevalece sobre el fricativo que, por su parte, no es estridente. A esta realización prototípica la llamaremos de aquí en adelante adherente. Por otro lado, aparece en las generaciones más jóvenes e impulsado por las mujeres otra articulación mediopalatal mucho más fricativa. A esta última nos referiremos como semifricativa.

Tanto en la una como en la otra se encuentran índices de sonorización considerables. En las adherentes aparece en todos los casos y en un 84% se sonorizan ambos elementos. Sin embargo, predomina en las semifricativas la sonorización de un solo elemento: el oclusivo (un 50% de los casos), que llega a reducirse a la primera fase de la articulación en un 25% de las ocasiones.

3.2. La Gomera

Al contrario de lo que sucede en El Hierro, se encontraron en La Gomera valores muy heterogéneos, de forma que es preciso analizarlos en conjunto, pues unos justifican los otros.

Ante /a/ es el único caso en el que coinciden en su duración total, pues son ambas realizaciones cortas (89 ms) en las que, si bien por poca diferencia (9 ms), predomina la oclusión. Este resultado también aparecerá en los análisis de las islas siguientes y, de hecho, también Martín Gómez (2010) señaló que la diferencia entre ambos resultó ser menor de la pensada. Además, la intensidad del fono nunca llega a superar el valor de la palabra, justificable ya sea por la considerable oclusión (ausencia de sonido), por la poca concentración de energía en la fricación o, lo que parece ser más probable, por ambas. El punto de articulación apunta hacia la realización adherente, al ser mediopalatal en ambos casos (2900 Hz). No obstante, lo más intenso de la fricación aparece en frecuencias altas (4000 Hz), por lo que debemos estar ante una realización bastante estridente, aunque no llega a los valores que encontraremos en las prepalatales africadas (5500 Hz).

Coinciden ambos informantes en la duración total de /tʃ/ (135 ms) ante /e/, es decir, son realizaciones largas que se diferenciarán en la oposición oclusivo/fricativo. En el hablante varón de la primera generación predomina lo oclusivo (con una diferencia de 45 ms), mientras que en los resultados de la mujer perteneciente a la segunda generación se igualan (con una diferencia de -1 ms) con realizaciones fricativas poco tensas. Sin embargo, contra lo esperable, son los resultados de la mujer los más palatales atendiendo a su punto de articulación (2300 Hz), mientras que la oclusiva del varón es claramente prepalatal (1800 Hz). En consonancia con esto se encuentran también las frecuencias más intensas, mucho más altas en la más oclusiva (5300 Hz).

Un resultado semejante a este último sucede en la otra vocal anterior, la /i/. En este caso, también el varón presenta realizaciones largas (121 ms), frente a las cortas de la mujer (93 ms). No hay un predominio oclusivo en ninguno de los casos, sino que la diferencia entre ambos momentos es poca, si bien se hace más notable en el caso de la corta (13 ms a favor de la oclusión). Favorece la disimilitud entre ambas la intensidad con respecto a la palabra, más intensa en las largas y menos en la corta-fricativa. El punto de articulación supone una diferenciación más, pues se registraron para la mujer un 100% de realizaciones palatales (2300 Hz), mientras que los resultados en el varón son más heterogéneos. Aparece en él una realización prepalatal (1850 Hz) estridente (5400 Hz) así como un 66,7% de mediopalatales (2400 Hz) en las que, en su supuesta fricación, hay una estructura formántica clara, es decir, aproximante.

El mismo patrón se repite con las vocales posteriores, con pocas diferencias. La primera de ellas radica en la duración del momento oclusivo, que sí es predominante en las realizaciones del varón (con una diferencia de 38 ms) y que se igualan en la mujer (una diferencia de 2 ms). Mantienen las mismas características en la fricación y en el punto de articulación, de forma que la realización más fricativa (femenina) es claramente palatal, mientras que las más oclusivas (masculinas) son también prepalatales. De nuevo, vuelve a aparecer una estructura formántica en las mediopalatales oclusivas en lugar de una fricación, aunque será en un porcentaje menor (33%).

Figura 2. Resultados en la isla de La Gomera.

En definitiva, se encuentra en La Gomera bastante más variación (figura 2) que en El Hierro. Así, la realización definida como adherente aparece de nuevo en esta isla (30%), tanto en hombres como mujeres, aunque con ciertas peculiaridades: es mediopalatal y eminentemente oclusiva, pero muestra niveles mayores de estridencia en la fricación y parece estar favorecida por contextos fónicos centrales (de ahí que con /a/ su índice de aparición sea un 100%). De nuevo, como sucedía en El Hierro, resulta mucho más complicado articular una fricativa en la zona central del paladar. Por ello, serán más propensos a la fricación las vocales anteriores (/e/, /i/) y las redondeadas (/o/,/u/).

Por su parte, la semifricativa mediopalatal aparece en un 47% de los casos, por lo que se posiciona como la claramente mayoritaria. Propiamente fricativa se da en un 30% de los casos y solamente en la mujer, mientras que hay un 17% en la que no hay fricación, sino una consonante mediopalatal aproximante (es muy breve y tiene estructura formántica) y que es propia del habla del varón. Por último, aparecen aquí realizaciones prepalatales en el habla del informante de la primera generación (23%), aunque no las típicamente prepalatales africadas. Recordemos que, en estos casos, el momento oclusivo es claramente predominante, mientras que en las realizaciones de Castilla lo esperable sería justamente lo contrario.

Al igual que en El Hierro, aparecen índices de sonorización considerables, ya que solo el 23% de todas las muestras no sonoriza ninguno de sus dos elementos. Cuando solo sonoriza uno de ellos (un 20% de los casos), es siempre el oclusivo y, además, es el que posee una barra de sonorización más intensa, a excepción de las realizaciones semifricativas aproximantes.

3.3. La Palma

Atendiendo a la duración total del fono, la mayoría de las muestras se prolongan de forma muy extensa en el tiempo. Muy pocas (el 22%) tienen una duración menor a 10 ms, lo que puede ser debido a una mayor tensión general en la producción de dichos hablantes (está en consonancia con otros parámetros que veremos más adelante como la estridencia o la intensidad). Resulta mucho más significativa la diferencia entre oclusión y fricación, que permite comenzar a distinguir las realizaciones adherentes. De esta forma, predomina el momento oclusivo en todas las realizaciones del hablante varón extraído del COSER y en la mayoría de las extraídas de la informante más joven. Así, solamente se igualan en dos escenarios: ante /a/, aunque predomina la oclusión (la diferencia es de 11 ms), y de forma más clara ante /o/ (con la diferencia mínima de 4 ms).

La intensidad vuelve a ir de la mano con los resultados de la oclusión, como se adelantaba al comienzo del presente artículo. Por ello, todas las realizaciones del hablante del COSER tienen menor intensidad que la palabra en la que se engloba. En cambio, en la informante palmera sí que hay realizaciones más intensas ante /a/ y /o/, que parecen indicar una realización semifricativa, como se comprobará en los siguientes párrafos.

Figura 3. Resultados en la isla de La Palma.

Las frecuencias relevantes arrojan más luz sobre los datos ya propuestos y sobre las diferentes realizaciones de las vocales que faltan: /e/, /i/, /u/. Lo primero que llama la atención es el punto de articulación con /u/ en el hablante varón: prepalatal, aunque rondando los 2000 Hz (1900 Hz). Además, como el resto de sus muestras, presenta una preponderancia del elemento oclusivo y de una baja intensidad con respecto a la palabra completa que la alejan de la prepalatal africada y que invitan a una interpretación desde el adelantamiento de la adherente. Lo mismo sucede en el caso de /i/ en la informante femenina. No obstante, siguiendo el mismo criterio en todas las islas, se tratará aquí según su punto de articulación en sentido estricto y, por tanto, computarán como realizaciones prepalatales de La Palma. Al resto de articulaciones, es decir, /e/, /a/, /o/ le corresponden realizaciones plenamente palatales (una media de 2300 Hz). Por último, en los resultados de esta isla se ha encontrado un alto índice de estridencia (media de frecuencias más intensas en 3900 Hz), de forma que las únicas que se mantienen alejadas de este patrón son las articulaciones de /tʃo/ en ambos hablantes resultando, con la suma del resto de factores, en dos ejemplos prototípicos de adherente en el hombre y de semifricativa en la mujer.

Tres son, por tanto, las realizaciones encontradas en La Palma para /tʃ/ en los dos hablantes: adherente, semifricativa y prepalatal (figura 3). Sin embargo, varía considerablemente tanto la distribución en el caso de las primeras y las segundas, como sus características fonéticas en las terceras. La realización predominante en el hablante perteneciente a la primera generación es la adherente, con una presencia del 80% en sus muestras. El restante 20% se lo reparten equitativamente la prepalatal y la semifricativa, mayoritarias en la informante palmera (segunda generación). Así, un 50% de sus muestras contienen la segunda de ellas y, de nuevo, el porcentaje restante se lo dividen de forma equitativa la adherente y la prepalatal. Cabe mencionar, por último, dos consideraciones respecto a los informantes de La Palma: su mayor tensión articulatoria general y las particularidades de la supuesta variante castellana (prepalatal africada).

Atendiendo a lo primero, la mayor parte de las muestras (un 77%) son largas, con una duración igual o superior a 100 ms y que, además, se caracterizan por ser igual o más intensas que la palabra que las porta (±3 dB de diferencia). En los momentos de la articulación, se debe señalar su clara tendencia a la oclusión, pues en ninguna de las muestras la diferencia entre las partes llega a ser negativa y, de hecho, ante /e/ llega a ser tres veces superior la oclusión de la fricación. Por su parte, este segundo momento se caracteriza por acumular la energía en sus frecuencias más altas, demostrando mayor estridencia. Todo ello puede vincularse también con particularidades de la prepalatal hallada en La Palma: hay más oclusión que fricación (cuando a la castellana se le supone lo contrario), no es tensa y, además, una de ellas tampoco puede considerarse estridente (2350 Hz). Lleva a pensar que, en lugar de verdaderas articulaciones africadas, nos encontramos ante adherentes adelantadas. Probablemente, dicho adelantamiento puede estar causado por la acción en la parte anterior de la boca: bien por el punto articulatorio (en el caso de /i/), bien por el redondeamiento siguiente en los labios (ante /u/).

Finalmente, el índice de sonorización marca una distinción diagenérica y/o diageneracional clara. La solución mayoritaria es la sonorización de la oclusiva tanto para el hombre (61%) como para la mujer (53%). Sin embargo, en los primeros se debe señalar que la mayoría de ellas (el 77%) es parcial, es decir, solamente parece tener barra de sonoridad el comienzo de la oclusión, por lo que es generalmente sorda. Así se entiende, por tanto, que el 38% de las muestras extraídas de COSER sean completamente sordas, mientras que ese porcentaje desciende al 7% en las de su compañera que, sin embargo, sonoriza plenamente en un 39% de las muestras.

3.4. Tenerife

Al tener la isla capitalina cerca de un millón de habitantes, se consideró adecuado incrementar el número de informantes y, con ellos, de las muestras que pretenden ser representativas (ver mapa 2 para una representación visual de la localización de las muestras). Por ello, se realizará a continuación un análisis de cada uno de los parámetros, pero clasificado a su vez según sexo y generación.

Mapa 2. Distribución geográfica de las muestras de Tenerife, por municipios.

Figura 4. Resultados de las mujeres de la isla de Tenerife.

Se comenzará así con las mujeres (figura 4) y, en concreto, con la informante procedente de Güímar, perteneciente a la tercera generación. Atendiendo a la duración, sus muestras son todas ellas largas (140 ms de media), aunque predomina la oclusión (con 20 ms de diferencia) y, por ello, no son más intensas que la palabra que las alberga (una diferencia con esta última de 10dB). Todas las muestras son palatales (2100 Hz) y la mayor concentración de energía de la fricación se produce en las frecuencias más bajas (3550 Hz). Por todo ello, exceptuando la duración total (bastante más elevada de lo esperable), coincide con la realización adherente.

Esta realización también está presente en la hablante de La Guancha, perteneciente a la segunda generación. En sus muestras, la duración total de los fonos es fundamentalmente corta (80 ms), aunque ante /o/ se prolongue de forma considerable (160 ms). En este contexto mencionado y también ante /e/ predomina el elemento oclusivo, aunque mucho más marcadamente en la vocal posterior, donde la oclusión triplica la fricación. En cambio, los valores se mantienen bastante similares ante /i/ y predomina la fricación ante /a/ y /u/ (duplica la duración de la parte oclusiva). Todas ellas, incluidas estas últimas, tienen una intensidad baja con respecto a la palabra que las engloba y una articulación eminentemente mediopalatal. Por ello, podemos distinguir dos tipos de realizaciones: adherente para las primeras y semifricativa para las segundas. Además, la energía se concentra en las frecuencias altas (provocando mayor estridencia de la fricación) cuando la /tʃ/ se combina con las palatales, mientras que se mantiene baja (3000 Hz) en el resto, es decir, la media y las posteriores. Ante la primera llega, incluso, a adquirir una estructura formántica muy bien definida, si bien no llega a los niveles de intensidad de una /ʝ / y es más larga (52 ms) que la aproximante promedio (30 ms). Pese a esas excepciones y como en el caso de las aproximantes y las fricativas, se debe tener en cuenta la gradualidad y, al igual que ocurría en La Gomera, la consideraremos una aproximante palatal sonora. La diferencia fundamental con lo encontrado en la isla vecina es la ausencia total de oclusión en un 20% de los casos.

Los índices de sonorización en ambas informantes son bastante similares. En la procedente de Güímar se sonoriza totalmente la /tʃ/ en un 80% de las muestras y en el 20% restante sonoriza la oclusiva, por lo que no hay ninguna muestra plenamente sorda. En La Guancha, sin embargo, sí que hay un pequeño porcentaje de sordas (12%), que coincide con el de sonorización de los dos momentos articulatorios. Es mucho más común que sea parcial en la oclusiva con un 70% de las muestras, aunque no se debe pasar por alto la sonorización del 100% en los casos de aproximantes.

Figura 5. Resultados de los hombres de la isla de Tenerife.

En los hablantes varones (figura 5), el único representante de la tercera generación es el proveniente de Adeje. Todas sus muestras poseen una duración bastante corta, siendo la más larga entre ellas la realización ante /i/ (90 ms). Siguiendo con esta homogeneidad, en todas ellas el momento fricativo es igual (ante /a/) o supera (en el resto de casos) la oclusión, si bien la diferencia nunca llega a ser superior a -16 ms. Además, en ningún caso la intensidad del fono es superior a la de la palabra completa, por lo que no parecen ser articulaciones cargadas de tensión articulatoria. La diferenciación entre ellas la aportan las frecuencias relevantes, tanto la que indica el punto de articulación como la altura de la máxima intensidad. De este modo, aparecen ante /a/ resultados plenamente palatales, mientras que en las vocales medias (/e/, /o/) los valores se encuentran en los ±2000 Hz. Esta situación recuerda la encontrada en La Palma, donde se habían registrado unas prepalatales más oclusivas y no estridentes que se vinculaban más con la adherente que la prepalatal africada. No obstante, en el caso tinerfeño hay preponderancia de la fricación, aunque siguen sin ser tensas y tampoco son estridentes (las frecuencias más intensas aparecen en los 2400 Hz de media). Parecen, por tanto, relacionarse más con semifricativas adelantadas que con articulaciones plenamente palatales africadas. En cambio, ante las vocales cerradas (/i/, /u/) sí que hay una realización palatal (1750 Hz) con cúmulo de energía en las frecuencias más altas (4000 Hz), por lo que nos encontraríamos, sin duda, ante una prepalatal africada.

A la segunda generación pertenecen tanto el hablante de Granadilla como de Icod, de forma que comenzaremos el análisis por el más joven, para continuar con la progresión. Así, la duración del fono completo en el informante de Icod es muy corta en el 100% de los casos, con una media de 75 ms. Las muestras aparecen claramente divididas en dos grupos según el predominio fricativo u oclusivo. En este último se incluyen principalmente las vocales posteriores /o, u/. De hecho, en un 12% de los casos se encontraron muestras sin presencia alguna de fricación, por lo que quedan reducidas a una oclusión que concentra la energía entorno a los 2700 Hz y, por tanto, es palatal. Así lo son también las demás oclusivas (media de 2500 Hz) y, además, concentran sus frecuencias más intensas en la zona baja del espectrograma, situando estas muestras dentro de lo adherente. Estos dos son rasgos en común con el segundo grupo semifricativo, de forma que la articulación es también palatal y la concentración de energía se produce entorno a los 2800 Hz en ambos casos. Cabe destacar que, al igual que sucedía en La Gomera, el elemento que sigue a la oclusión es aproximante en un 34% de esos casos y, como en La Guancha, un 12% pierde toda oclusión.

Por último, de Granadilla proviene el último de los informantes. Atendiendo a la duración total, solamente puede considerarse larga ante /i/, con una duración de 107 ms, mientras que en el resto se mantiene muy por debajo. En prácticamente la totalidad de las muestras, el momento fricativo es mayor que el oclusivo, llegando a una diferencia -8 ms ante /e/. En el resto, principalmente ante /a/ y /o/, la oclusión y la fricación se igualan. Por tanto, no aparecerá en este hablante ningún tipo de realización adherente. La intensidad o, mejor dicho, la ausencia de ella permite entrever una articulación semifricativa y no la prepalatal africada, pues en ningún momento sobrepasa la intensidad total de la palabra. Se corrobora esto con las frecuencias relevantes, ya que todas son mediopalatales (media de 2500 Hz) y la concentración de energía sucede en frecuencias bajas (media de 3300 Hz).

En todos los informantes predominan las realizaciones sonoras frente a las sordas, que suponen un 14,5% de la totalidad de muestras. En Adeje y en Icod la sonorización de la oclusiva es lo más notorio, especialmente en la primera localidad, donde el índice se eleva al 80% mientras que en Icod permanece en un 65%. No obstante, solamente el 6% de las muestras presenta una sonorización completa, frente al 36% de los casos en la segunda localidad. Además, del hablante icodense cabe destacar que sigue la pauta de sonorización de las aproximantes, con un 100% de casos. En cambio, para las realizaciones oclusivas no parece haber una preferencia determinada, ya que aparecen los mismos porcentajes (un tercio de las muestras) para las soluciones sordas, sonoras totales y de sonorización parcial. En la línea de Icod se encuentra el hablante de Granadilla, en el que el porcentaje de sonorización absoluta es elevado: 41%. Sin embargo, parece estar polarizada la distribución, ya que la sonorización del elemento oclusivo es parcial en el 40% de los casos.

4. Discusión

Tras analizar los resultados, se puede observar que la primera hipótesis se cumple parcialmente. Por un lado, sí que se observaron eminentemente tres variedades de /tʃ/, que coinciden con las señaladas, a saber: una palatal-adherente semiafricada (es decir, reducción de la fricación), una prepalatal africada y una palatal semifricativa (es decir, una reducción del momento oclusivo). Asimismo, como se adelantaba en dicha hipótesis, estas realizaciones se entienden desde la gradualidad y no de forma categorial absoluta. Han aparecido, junto a las mencionadas, grados intermedios como las prepalatales muy oclusivas en La Gomera y en La Palma así como las semifricativas adelantadas en Adeje. Deben añadirse a esta lista otras dos articulaciones con un desarrollo extremo de uno de los dos momentos, esto es: una solo oclusiva y otra plenamente aproximante. Además, en la inmensa mayoría el índice de sonoridad es muy elevado, por lo que también se cumple esta afirmación. Solamente, como se indicó en el análisis, es pertinente la sonoridad en la distinción de La Palma, donde las muestras del hombre (primera generación) tienen mayor número de realizaciones sordas que las de la mujer (segunda generación).

Así, según lo observado, podemos clasificar lo encontrado siguiendo fundamentalmente dos rasgos pertinentes: el punto de articulación y la mayor duración de la fricción frente a la oclusión. Como se puede observar en la tabla 1, así quedarían diferenciadas las tres realizaciones (en cursivas). No obstante, es necesario mencionar la marcada tendencia a la variación del punto de articulación en la semifricativa, de forma que se podría establecer un paralelismo con la situación andaluza, tanto en la variación en la articulación como en la tendencia general a la fricación. Por ello, se decidió añadir un nuevo valor (la estridencia) para poder diferenciarla de la prepalatal africada.

Prepalatal africada

Adherente

Semifricativa

Mediopalatal

No

Mayor fricción

No

Estridencia

No

Tabla 1. Propuesta de distinción alofónica de /tʃ/ en Santa Cruz (provincia).

No obstante, la primera hipótesis no se cumple en la medida en que todas ellas no aparecen en todas las islas (ver mapa 3) ni en todos los hablantes, lo que se discutirá en el desarrollo de las siguientes.

Mapa 3. Distribución alofónica para /tʃ/ en Santa Cruz (provincia).

La segunda hipótesis versa sobre las realizaciones palatales oclusivas, llamadas en la tradición y en este artículo adherentes. Se proponía que se encontrarían en las zonas rurales del norte de Tenerife y, si bien eso es cierto, no se limita a estas zonas. Parece que la articulación se encuentra más generalizada, ya que aparece en todas las islas de manera significativa, puesto que nunca llega a ser la menos empleada (como sí le sucede a la prepalatal africada) y, por ello, nunca baja de un 25% de frecuencia de realización.

Atendiendo a los parámetros sociolingüísticos, se observan dos tendencias que se continuarán en las sucesivas hipótesis: las islas occidentales frente a las orientales. En El Hierro, la adherente es una articulación propiamente masculina y/o de la primera generación, pues está presente en el 100% de los casos, frente al 0% de su compañera valverdeña. Lo mismo sucede en La Palma, donde aparece más en el hablante varón (80%) que en la mujer perteneciente a la segunda generación (25%). No ocurre de igual manera en La Gomera y Tenerife. En la primera aparece tanto en hombres como mujeres en un porcentaje significativo (30%), en línea con lo que sucede en Tenerife. En esta isla, las generaciones más jóvenes parecen estar más polarizadas, pues encontramos un 0% de aparición en el hablante adejero y un 100% en la de Güímar. En cambio, en la segunda generación las muestras vuelven a equilibrarse en un porcentaje similar al gomero. Así, al contrario de lo propuesto en la presente hipótesis, no solo la segunda y primera generación la presentan, sino que está presente en todas (si bien es cierto que en Tenerife pudiera estar más polarizada en la tercera).

Por otro lado, las muestras podrían obedecer a criterios geográficos, además de generacionales y genéricos. Para la adherente se observa un retroceso en el sur de Tenerife (Adeje, Granadilla) frente al norte (La Guancha e Icod) y zonas intermedias orientales (Güímar). De hecho, el norte de Tenerife parece más innovador que el sur, pues es en Icod donde aparece el fono plenamente oclusivo y en La Guancha donde aparece el aproximante.

Esta última mención nos lleva a la tercera de las hipótesis acerca de la palatal semifricativa. No se cumple la división territorial planteada, sino que se dan las dos tendencias señaladas anteriormente. De esta forma, en las más orientales hay una mayor generalización frente a la polarización de las occidentales.

A las primeras pertenece Tenerife y en esta isla sí se cumple la hipótesis planteada, es decir, el sur (Adeje y Granadilla) presentan los mayores índices de aparición, que llegan a ser del 100% en la segunda localidad. También aparece en la informante de La Guancha, lo que lleva a pensar que la semifricativa sea la realización más común en el sur, mientras que en el norte su aparición tenga mucho más que ver con el prestigio lingüístico, de forma que la adherente sea marcadamente rural. Además, es precisamente en el norte donde aparece la semifricativa con realización aproximante sin oclusión y que aparece de forma mucho más frecuente en el hombre que en la mujer. Al igual que en el sur de Tenerife, en La Gomera la semifricativa es la realización más común (casi 50% de los casos), tanto en hombres como mujeres. Sí que se observa una distinción genérica/generacional en la aproximante: el hombre produce en un número mayor de casos que la mujer, que prefiere las realizaciones fricativas.

Atendiendo a las occidentales, la semifricativa es marcadamente femenina y/o de las generaciones más jóvenes, cumpliendo solo la hipótesis planteada en el segundo de los casos. Así, en El Hierro aparece en el 100% de las muestras de la mujer, frente al 0% en el caso del hombre. En La Palma los porcentajes siguen siendo bastante altos, un 10% de aparición para el hombre y un 50% para la mujer.

Por último, también la cuarta hipótesis sobre las realizaciones menos palatalizadas se cumple parcialmente. Sí que se documentaron las dos realizaciones propuestas: la prepalatal africada y adherentes adelantadas (en La Palma y La Gomera), así como una semifricativa también adelantada y ya mencionada. Sin embargo, como se puede observar, no se limita a la zona sur de Tenerife, ya que aparece en otras islas y solo está ausente en El Hierro, aunque en La Palma el porcentaje de aparición no sea muy elevado: un 10% en el hombre de la primera generación y un 25% en la mujer de la segunda. Al igual que en el caso de la semifricativa, también podría estar relacionado con el prestigio lingüístico. Siguiendo con el paralelismo, aparece de forma significativa en la zona sur de Tenerife y, en concreto, en el hablante de Adeje, perteneciente a la tercera generación. No deja de ser destacable su aparición en La Gomera (23%), por estar distribuida tanto en hombres como en mujeres.

5. Conclusiones

La contribución del presente artículo corresponde a datos de variedades del español que no han sido rigurosamente registradas y estudiadas en la dialectología hispánica, especialmente su correspondiente sistematización en términos acústicos.

Para /tʃ/ se registraron en la provincia de Santa Cruz de Tenerife los siguientes alófonos (ordenados según la frecuencia, de mayor a menor): [tʃ] (palatal-adherente semiafricada), [tʃ] (palatal semifricativa), [tʃ] (prepalatal africada), [ʃ] (palatal fricativa, solo en la Gomera y Tenerife), [ɟ] (palatal oclusiva sonora, solo en La Guancha, Tenerife). Así, respondiendo a la pregunta inicial y contrariamente al estereotipo canario, las realizaciones plenamente oclusivas tipo muchacho como muyayo son un rasgo minoritario, si bien la mayoría de los alófonos mantienen un momento de oclusión inicial. Todos estos alófonos fueron clasificados en torno a tres principales alófonos ([tʃ], [tʃ] y [tʃ]) atendiendo al punto de articulación, el grado de fricción y oclusión (completamente oclusivo, mayor oclusión, mayor fricción o completamente fricativo) y la estridencia. Esta diversidad en lo puramente acústico-articulatorio sitúa a las Islas Canarias más cerca de paradigmas como el chileno que a otros más simples como el andaluz. Además de una clasificación escalar de los alófonos entre dos extremos, en ambos casos (esto es, en Chile y en Canarias) se han documentado realizaciones notoriamente adelantadas como la africada dental con tendencia oclusiva chilena. Sin embargo, la situación canaria debe entenderse por sí misma en el plano sociolingüístico. Al contrario de lo que sucede en Chile o en Andalucía, un aumento de la fricción no revela un mayor estigma, ni el aumento de la oclusión deriva en mayor prestigio. Esto se evidencia en que la prepalatal africada es la menos empleada de los tres alófonos principales para /tʃ/, mientras que la adherente se puede clasificar como la preferida para los hablantes varones y la semifricativa como la preferida para las mujeres en las islas más occidentales. Aunque en las más orientales (Tenerife y La Gomera) obtienen valores similares en hombres y mujeres, se observa un retroceso de la adherente en el sur de Tenerife a favor de la semifricativa. El norte, mucho más rural, mantiene con porcentajes más altos la adherente. Por ello y de forma preliminar, se podría clasificar a la semifricativa como la variante más prestigiosa, frente a las variantes oclusivas más dialectales.

Precisamente, una de las posibles direcciones de futuro sería un estudio sistemático del nivel sociocultural de los hablantes. Especial relevancia tendría el nivel de educación formal, pues podría revelar datos mucho más precisos acerca del prestigio lingüístico de estas realizaciones. Asimismo, sería igualmente interesante tener en cuenta segmentos del tipo NCV, es decir, la consonante en cuestión precedida de nasal, ya que podría revelar nuevos alófonos o alterar los porcentajes aquí expuestos.

6. Anexo

Realizaciones

Isla (nº)*

Localidad (nº)*

Adherentes

La Graciosa (3)

Lanzarote (7)

Arrecife (2)

Haría** (2)

Órzola (1)

Femés (∅), minoritario

Tiagua (2)

Fuerteventura (2)

Pto Rosario (2)

Corralejo (∅)

La Oliva (∅)

Betancuria (∅), minoritario

Tuineje (∅), principal

Morro Jable (∅), principal

Gran Canaria (10)

Las Palmas** (5)

Teror (∅)

Guía (∅)

Agaete (3)

Artenara (∅)

S. Nicolás (∅)

S.B.Tirajana (∅)

Arguineguín (∅), principal

Mogán (∅)

Puerto Mogán (∅)

Tenerife (∅)

Arafo (∅), principal

Palatales

Lanzarote (1)

Haría (1)

Femés (∅), principal

Tiagua (∅), minoritario

Fuerteventura (∅)

La Oliva (∅)

Betancuria (∅), principal

Tuineje (∅), minoritario

Morro Jable (∅), minoritario

Gran Canaria (6)

Las Palmas** (4)

Teror (∅)

Agaete (1)

S.B.Tirajana (∅)

Agüimes (1)

Arguineguín (∅), minoritario

Mogán (∅)

Tenerife (∅)

Arafo (∅), minoritario

Africadas

Gran Canaria (∅)

Teror (∅)

Tabla 1. Clasificación según su realización.

* Que se mencionen, hay imprecisiones (se señalan con “∅”).

** Cuando se repiten los casos (por ejemplo, en Haría o en Las Palmas), es porque un mismo hablante presenta varias soluciones.

Localidad

Sexo

Edad

1

San Juan de la Ramba (San José)

M

77

2

F

76

3

Granadilla de Abona

M

46

4

Icod de los Vinos

M

39

5

La Guancha

F

39

6

Adeje

M

24

7

Güimar

F

21

Tabla 2. Clasificación de los informantes de la isla de Tenerife.

Localidad

Sexo

Edad

8

San Sebastián de la Gomera

M

64

9

F

35

Tabla 3. Clasificación de los informantes de la isla de La Gomera.

Localidad

Sexo

Edad

10

Los Llanos de Aridane

M

88

11

F

42

Tabla 4. Clasificación de los informantes de la isla de La Palma.

Localidad

Sexo

Edad

12

Valverde

M

88

13

F

30

Tabla 5. Clasificación de los informantes de la isla de El Hierro.

Bibliografía

» Aguilera Bustos, Daniela Francisca. 2019. “Descripción alofónica del fonema africado alveolopalatal sordo /tʃ/ en hablantes de Santiago y Concepción”. Tesis de magíster en Lingüística Aplicada. Universidad de Concepción.

» Almeida, Manuel y Carmen Díaz Alayón. 1989. El español de Canarias. Santa Cruz de Tenerife: Litografía A. Romero, S.A.

» Alvar, Manuel. 1959. El español hablado en Tenerife. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

» Alvar, Manuel. 1964. Atlas lingüístico y etnográfico de las Islas Canarias. La Laguna: Instituto de Estudios Canarios.

» Alvar, Manuel y Antonio Quilis. 1966. “Datos acústicos y geográficos sobre la ‘CH’ adherente de Canarias”. Anuario de estudios atlánticos 12: 337-346.

» AudacityTeam. 2010. Audacity [programa]. Versión 2.3.3. Fecha de consulta, 14/09/2021. http://audacity.sourceforge.net/.

» Boersma, Paul y David Weenink. 2009. Praat: doing phonetics by computer [programa]. Versión 6.1.09. Fecha de consulta, 14/09/2021. http://www.praat.org/.

» Dorta, Josefa. 1997. “Datos acústicos y percepción de la [ĉ] adherente de Canarias y de la pre-palatal castellana”. En Contribuciones al estudio de la lingüística hispánica: Homenaje al profesor Ramón Trujillo, editado por Manuel Almeida y Joefa Dorta, 52-72. Tenerife: Montesinos.

» Fernández-Ordóñez, Inés (dir.). 2005. Corpus Oral y Sonoro del Español Rural. Fecha de consulta, 14/09/2021. www.corpusrural.es.

» Figueroa, Mauricio, Gastón Salamanca y Marco Ñanculeo. 2013. “El eje oclusión-fricción en el sistema sociofónico del castellano chileno.” Estudios de Fonética Experimental 22: 233-273.

» Hermida-Rodríguez, Alba. 2021. “El sonido [ç] chileno: ¿una articulación conservadora o innovadora?”. Estudios de Fonética Experimental 33: 87-117.

» Hualde, José Ignacio. 2005. The sounds of Spanish. Cambridge: Cambridge University Press.

» Johnson, Keith. 2003. Acoustic and auditory phonetics. Oxford: Blackwell.

» Martínez Celdrán, Eugenio y Ana María Fernández Planas. 2013. Manual de fonética española: Articulaciones y sonidos del español. Barcelona: Ariel Letras.

» Martín Gómez, José Antonio. 2010. “Estudio acústico de las variantes de ch en Tenerife en comparación con la alveolopalatal castellana”, Estudios de Fonética Experimental 19: 165-203.

» Moya Corral, Juan Antonio y Emilio García-Wiedemann. 1995. El habla de Granada y sus barrios. Granada: Universidad de Granada.

» Narbona Jiménez, Antonio, Rafael Cano Aguilar y Ramón Morillo Velarde-Pérez. 1998. El español hablado en Andalucía. Barcelona: Ariel.

» Navarro Tomás, Tomás. 1998 [1948]. El Español en Puerto Rico: contribución a la geografía lingüística hispanoamericana. San Juan: Universidad de Puerto Rico.

» Oroz, Rodolfo. 1966. La lengua castellana en Chile. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

» Quilis, Antonio. 1981. Fonética acústica de la lengua española. Barcelona: Gredos.

» Sadowsky, Scott y Gastón Salamanca. 2011. “El inventario fonético del español de Chile: principios orientadores, inventario provisorio de consonantes y sistema de representación (AFI-CL)”. Onomázein 24, 61-84.

» Soto-Barba, Jaime. 2008. “Variación fonética del habla urbana y rural de la Provincia de Nuble (Chile)”. Tesis doctoral. Universidad de Valladolid.

» Valencia, Alba. 1993-1994. “Realizaciones de /s/, /ĉ/ y /ĵ/ en el habla adolescente”. Nueva Revista del Pacífico 38/39: 159-180.

» Viana, Antonio de. 1604. Conquista de Tenerife y aparescimiento de la ymagen de Candelaria. Sevilla: Bartolomé Gómez.


1 Proporciona pautas y medidas acústicas precisas para medir y analizar en los espectrogramas las consonantes fricativas, las oclusivas y las fricativas. Los parámetros tomados en el presente artículo aparecen desarrollados en la sección 2 (Metodología).