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El último jesuita de la Provincia del Paraguay. Análisis de la correspondencia inédita de Diego León de Villafañe (1799-1828)

Perrone, Nicolás (2023).
Buenos Aires: SB, 321 páginas.

María Elena Barral

Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, UBA-CONICET, Argentina.

El último jesuita de la Provincia del Paraguay reúne un corpus documental, del cual buena parte sirvió de base a la tesis doctoral de Nicolás Perrone defendida en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA en los últimos días del año 2020. Esta tesis, dirigida por Guillemo Wilde y codirigida por Ignacio Telesca, como puede deducirse de su título –Redes familiares, políticas y religiosas filo-jesuíticas en el Río de la Plata después de la Expulsión: Córdoba, Tucumán, Buenos Aires (1767-1836) compone un problema más amplio que el libro que reseñamos, tanto por los temas que considera como por el arco temporal que abarca.

Evidentemente, al estudiar las redes filo-jesuíticas en Córdoba del Tucumán luego de la expulsión de los ignacianos, resalta la figura de Diego León de Villafañe quien volvía al Río de la Plata de 1799, convirtiéndose en el último jesuita de la provincia del Paraguay y en el primero en regresar cuando la orden religiosa ya había dejado de existir. La llegada del ex jesuita coincide, azarosamente, con la muerte de María Antonia de Paz y Figueroa1 acontecida ese mismo año, circunstancia que conecta a dos figuras cuyas vidas estuvieron atravesadas por el propósito de mantener vigente el espíritu ignaciano y algunas de sus prácticas.

Perrone estudia a lo largo de su tesis distintos tipos de circulación en las redes filo-jesuíticas: de obras artístico-religiosas, de favores o de obras académico-literarias. Se detiene, en especial, en el movimiento de textos escritos por los expulsos, como la Carta Crítica de Francisco Javier Iturri, la Carta a los Españoles Americanos de Juan Pablo Viscardo o las numerosas ediciones de La Venida del Mesías de Manuel Lacunza. De este modo, su investigación doctoral reconstruye las estrategias de retorno de jesuitas expulsos, la articulación de sus contactos personales y políticos locales, la participación de la elite cordobesa en estas redes y sus intervenciones en conflictos del Río de la Plata. Desde el recorte de la figura de Villafañe, Nicolás Perrone estudia su percepción acerca del clero tucumano y de las nuevas ideas político-religiosas, sus proyectos misionales, sus críticas a las autoridades revolucionarias, su posición frente al problema del patronato y su visión de las autoridades diocesanas, entre otros importantes temas.

En la introducción del libro que reseñamos, Perrone recobra algunos de estos hilos, los cuales le permiten dimensionar la figura de Diego León de Villafañe. Recupera la dinámica de la vida de los expulsos en el exilio y las formas que les permitieron subsistir como educadores las familias nobles o –unos pocos– desarrollando carreras académico-literarias que reforzaban sus escuálidas pensiones. Sitúa la figura de Diego León de Villafañe, su biografía y su ininterrumpida actividad epistolar que continúa luego de su retorno a tierra americana y a su Tucumán natal. No es casual que sea Ambrosio Funes, una personalidad central del bando pro jesuita en Córdoba, uno de los destinatarios privilegiados de sus cartas.

El prólogo realizado por Guillermo Wilde, director de la tesis y de la colección Paradigma Indicial de la editorial SB, inscribe esta contribución en una perspectiva global al considerar a la expulsión de la Compañía de Jesús como la primera operación coordinada en esta escala “que conecta a la administración ibérica en Europa, las Américas y el Pacífico”.2 Al mismo tiempo, interpreta “la escritura compulsiva” de los jesuitas en el exilio, de la cual es parte esta correspondencia de Villafañe, como una de las maneras de existir y de dar entidad a un imaginario que corporiza una presencia “fantasmagórica”.

Este libro pone a disposición del público especializado y/o interesado en estos temas un conjunto documental trabajosamente conformado, en su mayor parte desconocido, a partir de un arduo trabajo detectivesco y de persuasión y seducción para acceder a la mayor parte de los archivos. Esta recopilación pone en evidencia la importancia del tipo de fuentes que se encuentra alojada en los archivos eclesiásticos –de las Curias arzobispales, diocesanas o de las órdenes religiosas– para conocer el pasado así como la necesidad de poder consultarlas sin restricciones. Demuestra asimismo la necesidad de ponerlas en diálogo con otras fuentes provenientes de otros repositorios, en este caso de un archivo público como el AGN de Argentina.

Aquí el corpus se compone de 148 cartas, la mayoría de ellas escritas por el ex jesuita entre 1799 y 1828 y dirigidas a Ambrosio Funes, provenientes del Archivo de la Provincia Argentino-Uruguayo de la Compañía de Jesús y localizadas en el Colegio de El Salvador de Buenos Aires al que Nicolás Perrone accedió en los inicios de su investigación. En esta tarea Perrone dialoga, de algún modo, con Guillermo Furlong, una suerte de antecesor en la edición de este tipo de fuentes, dado que éste ya había publicado la correspondencia entre 1809 y 1824, aunque quedaba una proporción importante de cartas inéditas.3

Una de las principales fortalezas del libro es el trabajo de enriquecimiento de esta correspondencia que se concreta en 450 notas a pie donde se pueden encontrar desde una serie de microbiografías de los expulsos, de miembros de las elites porteña, tucumana y cordobesa, hasta referencias a las autoridades eclesiásticas y civiles o autoridades de los territorios y parcialidades indígenas.

A ello se suma un trabajo de ampliación y corrección de citas bíblicas, de descripciones de devociones, de obras clásicas y de Teología Moral, así como elementos de contextualización. Allí destacan la caracterización de los distintos momentos de la historia de la Compañía de Jesús, de la Santa Sede, de las coronas europeas, de la cristiandad occidental y, a nivel local, de las jurisdicciones eclesiásticas rioplatenses y de la administración de la universidad de Córdoba.

Estas fuentes permitirán, al mismo tiempo, abordar nuevos problemas como los asociados a la vida diocesana en Córdoba, Salta, Buenos Aires, sus obispos, sus Cabildos eclesiásticos, las características del clero secular y regular, los estudios universitarios y la pervivencia del modelo jesuítico en distintos contextos misionales, entre muchos otros. Pero también, pueden aportar nuevos puntos de observación sobre temas clásicos como las invasiones inglesas, la expansión napoleónica y su impacto en el mundo americano, la Revolución de Mayo, la guerra revolucionaria y la independencia.

Este libro, la publicación de estas fuentes y su enriquecimiento permite articular el campo de estudios sobre los jesuitas y otros agentes, espacios e instituciones del mundo católico. A través de su tesis, del corpus que le sirvió de base y de este libro, Nicolás Perrone ha acercado mundos y ha tendido puentes que, a menudo, no dialogan lo suficiente entre sí. Esta tarea resulta central y más aún en el estado actual del conocimiento sobre estos temas (de los cuales, sin embargo, nos falta todavía mucho por conocer) y de la profesionalización del campo de estudios sobre los hechos religiosos. Dicho de otro modo, profundizar este tipo de intersecciones (entre la historia misional, de las fronteras o del catolicismo, por ejemplo) puede favorecer la emergencia de novedosos problemas de investigación y robustecer nuestra agenda historiográfica.


1 “Mama Antula” como se la conocía fue canonizada el 11 de febrero de 2024 por el Papa Francisco, puede verse el libro de Alicia Fraschina (2023). La expulsión no fue ausencia. Mama Antula, beata de la Compañía de Jesús, primera santa argentina. Rosario: Prohistoria.

2 Wilde, Guillermo (2023). Escribiendo el retorno (en tiempo real), p. 9.

3 Furlong, Guillermo (1960). Diego León Villafañe y sus cartas referentes a la revolución argentina. Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nro. XXXI, pp. 87-212.