Revilla Orías, Paola Andrea (2020).
Cochabamba: Instituto de Misionología / Editorial Itinerarios, Colección “Scripta Autochtona” núm. 24, 340 páginas.
Lía Guillermina Oliveto
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Universidad de Buenos Aires / Conicet, Argentina
Coerciones Intrincadas se centra en la esclavitud pero también en otras formas de servidumbre a las que fueron sometidas poblaciones de ascendencia africana e indígena en Charcas, jurisdicción meridional del Virreinato del Perú y sede de la Real Audiencia de igual nombre, hoy Estado Plurinacional de Bolivia, entre 1560 y 1650. Inicialmente, los temas que aborda Revilla con poca frecuencia se tratan en conjunto, de manera que ello constituye un aporte en sí mismo. Para la autora, el análisis de las modalidades que adquirió el trabajo de los llamados negros y el de los indígenas deben entenderse, tal como lo expresa el título, como coerciones intrincadas, lo cual halla justificación a lo largo de los capítulos de esta original investigación. El libro no elude la complejidad de las relaciones laborales sino que se interna en ellas para proponer un análisis de la sociedad colonial charqueña desde el punto de vista de prácticas y procesos muchas veces invisibilizados, que pertenecen al mundo del trabajo pero que, a la vez, lo trascienden.
El punto de partida de la investigación es una contextualización del espacio desde tiempos prehispánicos sobre el que se implantó, desde 1538, la dominación colonial castellana. Define a la ciudad de La Plata (otro de los nombres de Charcas) como un espacio plural de convivencia de personas de diversas procedencias en la larga duración. A partir del siglo XVI, el universo social resultante quiso ser encuadrado, como se sabe, separando a la población en compartimentos rígidos y etnificados. Sin embargo, en consonancia con lo que la historiografía evidencia, la autora verifica múltiples procesos de mestizaje y de convivencia multicultural que incorpora enriqueciendo el análisis.
Esta obra aporta al estudio de dos temas que se ponen en primer plano y que, si bien fueron planteados por la historiografía, no habían recibido hasta ahora una atención sistemática en la jurisdicción. En primer lugar, en relación a los estudios sobre la esclavitud, expone que los esclavizados no solo fueron africanos y afrodescendientes. También lo fueron indígenas, previamente sujetos a cautiverio, procedentes de las tierras bajas fronterizas orientales. Respecto de ambos colectivos esclavizados, analiza la organización concreta del comercio, las redes de trata, las rutas del traslado forzado, los circuitos de venta y los vendedores, los precios de las personas convertidas en mercancías, los tipos de transacciones y el universo de los compradores. Además, presenta los discursos jurídicos y doctrinales que circularon en la metrópoli y en el virreinato del Perú para la legitimación de la esclavización, así como el control de los sujetos cautivos y esclavizados, de sus cuerpos y su sociabilidad. Desde el poder político se construyeron estereotipos que estigmatizaban a las poblaciones receptoras de la coerción y las convertían en merecedoras de la suerte que corrían, como parte de un pretendido camino hacia la civilización. En ese sentido, se ahonda en las nuevas ideas acerca de la existencia de seres humanos pasibles de ser comprados y vendidos.
El segundo tema que profundiza la obra se enmarca en el campo de los estudios sobre el mundo del trabajo. La investigación contribuye a deconstruir la oposición dicotómica entre las condiciones legales del trabajo libre o esclavo. Este reduccionismo binario opaca otras modalidades del trabajo servil como las que se analizan en este libro. Así, se ocupa de los yanaconas (derivación colonial de los yanas prehispánicos), figura laboral sobre la que, si bien hay investigaciones que los estudiaron en contextos determinados, sigue planteando interrogantes dada la variabilidad de situaciones que encubre esa etiqueta. En efecto, Revilla encuentra que la jurisdicción de La Plata incluyó trabajo tanto voluntario como coercitivo. Adicionalmente, no solo comprendió a indígenas sino también, aunque en menor medida, a negros y mulatos. Pero además, la obra analiza otras modalidades de servidumbre muy poco reguladas como la mita de servicios, también de raíz prehispánica y menos estudiada que la mita minera, así como otras condiciones de servidumbre tampoco atendidas, como la de los menores de edad.
Siempre en diálogo con la historiografía antecedente, cada tema hilvana las normativas regias, virreinales y locales, así como los discursos legitimadores con la presentación de casos. La autora va del análisis de los procesos a los múltiples fragmentos de historias de vida documentados en los archivos bolivianos y españoles (sobre todo el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia –Sucre– y el Archivo General de Indias –Sevilla–). Pero dichos casos no constituyen un anecdotario, sino que ponen en tensión las definiciones normativas y le dan cuerpo a la realidad cotidiana del sometimiento. A partir de estos análisis sobre las modalidades del trabajo esclavo y las otras formas paralelas de servidumbre no-libre, como las llama Revilla, se pone en evidencia lo insuficiente que resulta para el análisis histórico el considerar solamente las definiciones jurídicas de libertad o voluntad de manera absoluta y opuesta a esclavitud y forzamiento. Más aún, en este estudio situado en Charcas emerge lo relativo de las categorizaciones en la vida cotidiana de las personas afectadas y también en la manera en la que los españoles actuaron y consideraron al universo de sus trabajadores y dependientes. A través de los casos se indaga en las dinámicas cotidianas de las relaciones de sujeción inscriptas en los cuerpos estigmatizados y marcados de los esclavizados, pero también de otros sujetos a servidumbre que se insertaban a la fuerza en las casas en las que regía la violenta lógica del paternalismo, aspecto que está específicamente desarrollado. En la casa poblada se patentiza que los tipos de servidumbre a los que fueron sometidos indígenas y afrodescendientes se presentan intrincados, no solo porque sus modalidades convergen sino porque formaron parte de las respuestas prácticas frente a las necesidades de una “sociedad colonial consumidora de sirvientes”, tal la definición de Revilla. En ese sentido, y más allá de las modalidades reseñadas, se verifica un universo de trabajadores móvil, interétnico y variado que el libro aporta a desentrañar.
En esta obra, los indígenas y afrodescendientes no son simples víctimas de la violencia. Aun cuando su vulnerabilidad se muestra con claridad, también se los exhibe insertos en la sociedad colonial intentando mejorar su situación, por cierto, no siempre con éxito. Aprovechando pequeños resquicios, que daba sobre todo el entorno urbano de La Plata, desarrollaron experiencias de autonomía y transformación en distintos grados a partir de la construcción de redes de sociabilidad en un escenario plural y cambiante. Esto les permitió, por ejemplo, obtener manumisiones a partir de redes de parientes y acuerdos de distinto tipo, reclamar buen trato ante la justicia, cambio de amos o no ser tratados de acuerdo a una condición que no tenían. Así, la colonia temprana se presenta como una coyuntura dinámica en la que pudieron existir algunas experiencias individuales no necesariamente determinadas por la servidumbre. En suma, a luz de los casos se matiza y se amplía la mirada sobre cuestiones como la reproducción de las lógicas de dominación por parte de libertos e indígenas (que llegaron a tener su propia servidumbre), los grados de libertad que pudieron asumir los esclavizados y sus descendientes, las adscripciones y la resignificación de identidades en la práctica, los vínculos entre personas de calidades diferentes o lo relativo de los formatos del trabajo pretendidamente libre.
Una renovada cartografía histórica, imágenes, tablas y gráficos acompañan los capítulos, sintetizando las informaciones cuantitativas en las que se basan las propuestas de la autora. Esta contribución se convierte en material de consulta para los interesados en la historia de la esclavitud de africanos e indígenas de tierras bajas, la historia de las relaciones o los formatos laborales y en la historia de la construcción y el devenir de la sociedad charqueña. Una sociedad que se presenta como universo social complejo y diverso cimentado en la violencia y el trabajo forzado de ingentes cantidades de personas sometidas, no obstante lo cual, fue el escenario de experiencias de solidaridad, estrategias de transformación y pertenencias e identidades plurales e interrelacionadas.