Quintar, Aída (Coord. y Dir.) (2023). Geografía y política. Territorio y política desde la mirada de la geografía crítica. Buenos Aires: Ediciones UNGS.
"Ignacio Wonsiak
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”. Buenos Aires, Argentina. ORCID: 0009-0008-5288-6719
Malena Tasat
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”. Buenos Aires, Argentina. ORCID: 0009-0003-5331-576X
Nahuel Llido
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”. Buenos Aires, Argentina. ORCID: 0009-0004-5490-8345
Santiago Andino
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”. Buenos Aires, Argentina. ORCID: 0009-0000-7495-8244
Francisco Bartenc
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”. Buenos Aires, Argentina. ORCID: 0009-0009-3789-8057
Juan Dayan
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía “Romualdo Ardissone”. Buenos Aires, Argentina. ORCID: 0009-0002-0542-6740
Recibido: 8 de julio de 2024. Aceptado: 11 de septiembre de 2024.
En un mundo atravesado por conflictos de carácter estratégico, como la guerra entre la Federación de Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en territorio ucraniano, la guerra entre el Estado de Israel y la organización Hamas en territorio palestino, y el drama humanitario que allí se vive; la disputa en el mar de la China Meridional y la tensa situación entre China y Taiwán; América Latina en constante disputa en función de los vastos recursos que posee; el avance de las ultraderechas en Europa; las sucesivas crisis migratorias; el surgimiento de nuevos movimientos sociales con anclaje territorial; y la nueva descolonización de muchos países de África, solo por citar algunos ejemplos, preguntarnos por el papel de la geografía política y la geopolítica es clave.
En ese sentido, desde el Profesorado Universitario de Educación Superior en Geografía de la Universidad Nacional de General Sarmiento y como parte de la serie “Geografía Crítica”, se publicó el libro Geografía política. Territorio y política desde la mirada de la geografía crítica, el cual aborda la relación entre territorio y procesos políticos desde la perspectiva de la geografía crítica y los estudios decoloniales.
Además de la mencionada coyuntura internacional, la publicación cobra especial relevancia porque, en primer lugar, constituye una búsqueda por problematizar la geografía política (y la geopolítica), remontándose a los tiempos de la propia institucionalización de la disciplina geográfica a mediados del siglo XIX, ya que entiende a la geografía política como “parte constitutiva de su estructura teórica original” (Quintar, 2023:15). En segundo lugar, brinda nuevas herramientas teórico-conceptuales y metodológicas para el estudio de la relación Sociedad/Territorio/Estado.
También realiza una actualización de la relación entre geografía política y geopolítica, quitándole a esta última la pesada mochila de “ciencia de Estado”, “ciencia al servicio de la expansión”, “ciencia militar”, “totalitaria”, entre otras, al retomar críticamente a los autores clásicos, pero también incorporando a radicales, críticos y postmodernos, para estructurar un recorrido del concepto de “geopolítica” que pueda constituir un nuevo aporte desde la geografía a la comprensión del mundo contemporáneo y sus problemáticas.
Desde la lectura crítica de clásicos como Ratzel, diseñador del edificio conceptual de la geografía política en el siglo XIX, pasando por Mackinder y la teoría del área pivote (la cual aún sobrevive en nuestros días), hasta las perspectivas críticas de Agnew y lo que denomina “imaginario geopolítico moderno”, incluyendo también las geopolíticas radicales de la década de 1970 (Lacoste y Raffestin) y el aporte de Harvey, Santos y otros referentes de la geografía crítica y de perspectivas decoloniales y sociológicas (Amin y Wallerstein). Así, el libro conforma un cuerpo teórico coherente que resulta en una herramienta relevante para estudiar la estructuración político -territorial del siglo XX y los cambios producidos desde finales de ese siglo y principios del XXI.
El libro es coordinado y dirigido por Aída Quintar y reúne contribuciones de la propia autora y de integrantes de la cátedra de Geografía Política del Profesorado en Geografía de la UNGS, que son el resultado de la experiencia de enseñanza de la materia en el Instituto del Conurbano de la UNGS y de distintas publicaciones realizadas por la autora y por Federico Fritzsche.
Retomar los estudios en geopolítica como parte de la geografía académica sigue siendo un desafío para la geografía argentina. El aporte de Quintar y su equipo constituye un paso importante en ese sentido.
El capítulo 1, “Las determinaciones históricas y sociales del capitalismo en la conformación del espacio mundial”, escrito por Quintar y Fritzsche, analiza los procesos de globalización y mundialización a la luz de diversas interpretaciones que aporta la geografía. Presentan resumidamente las interpretaciones de Wallerstein, Amin, Harvey y Santos acerca de la expansión capitalista a nivel mundial y establecen relaciones entre estas a partir de sus principales conceptualizaciones teóricas, como la acumulación por desposesión en Harvey y la continua acumulación originaria en Amin, por ejemplo.
En el apéndice del capítulo 1, Quintar hace hincapié en la perspectiva decolonial de Quijano y Dussel. Realiza un breve recorrido por el proceso de colonización a nivel global, desde el siglo XVI hasta el proceso de descolonización de la segunda posguerra, para afirmar que en ese proceso colonial se instaló el sistema económico capitalista y la modernidad (eurocéntrica) mediante un sistema de racialización que habilitó la explotación y la esclavitud en los territorios colonizados. A partir de la lectura de Quijano, problematiza la cuestión de la “naturalización” de los lugares y las relaciones sociales en tanto resultan mecanismos de poder para asegurar la reproducción del patrón mundial de poder capitalista concentrado; la define como “biologización de la desigualdad” y la relaciona con el determinismo geográfico y el discurso geopolítico tradicional ratzeliano, fuertemente biologicista y determinista.
En el capítulo 2, “Geografía política y geopolítica: cuestiones, temas y conceptos fundamentales”, Fritzsche analiza los distintos aportes provenientes del campo de la geografía política a la vez que realiza un recorrido de los distintos giros que atraviesa la disciplina. El autor inicia afirmando que tanto la geografía política como la geopolítica surgen en simultáneo a la institucionalización de la geografía a finales del siglo XIX. A partir de esto, Fritzsche desarrollará los aportes de Ratzel, identificado como autor fundamental para ambas ciencias, acompañando su reflexión con la relación del alcance que consigue la perspectiva de Ratzel con el expansionismo alemán y, en una escala mucho mayor, con el avance del imperialismo europeo.
En este capítulo, el autor identifica tanto las diferencias como los puntos de convergencia entre la geografía política y la geopolítica, estableciendo que ambas son ciencias que estudian la relación entre el territorio y la política, cada una con sus particularidades. Luego, al realizar una exploración de la trayectoria de los campos de conocimiento mencionados, Fritzsche identifica cuatro momentos clave para la disciplina, recorriendo los aportes previos a la institucionalización de la Geografía hasta la renovación de la geopolítica, enmarcados en el giro radical y crítico proveniente de los aportes de Raffestin, Lacoste y Agnew.
A continuación, el autor se enfoca en la propuesta de Daus como un exponente de la geopolítica en la Argentina. En estas páginas se encuentra un análisis de las conceptualizaciones, así como las influencias que estas propuestas tienen en la creación de organismos estatales, como el Instituto Geográfico Militar (actual IGN), y de las cátedras en distintos establecimientos de educación superior, teniendo en cuenta los objetivos propuestos por los gobiernos de las últimas décadas del siglo XIX.
Por último, Fritzsche revisa críticamente la adopción del determinismo geográfico en la geopolítica y lo articula con las ventajas que brindan los aportes de Agnew al superar el enfoque estadocéntrico.
En el capítulo 3 del libro, “La territorialización de la política”, encontramos una reflexión acerca de los movimientos sociales contemporáneos (a partir de los años 70), y concretamente la territorialización de estos. El capítulo se inaugura con la premisa de que estos llamados nuevos movimientos sociales (NMS) tienen características únicas que los diferencian de los movimientos sociales convencionales. Además, enmarca el surgimiento de estos movimientos en un contexto de crisis de representatividad de la democracia occidental en un neoliberalismo creciente.
Las siguientes páginas desarrollan la diferenciación de movimientos sociales en los países centrales y sus homólogos latinoamericanos y, especialmente, de estos últimos en el aspecto territorial de la lucha. Este capítulo también pone en relevancia el contexto en el que los movimientos sociales surgen, ya que, después de las páginas iniciales, los autores se sumergen en la ya mencionada crisis de representatividad y el contexto neoliberal, y cómo estos NMS surgen, en parte, como respuesta a estos procesos, cuestionando no solo aspectos de índole económica, sino el sistema en general. Acercándonos al final del capítulo, los autores vuelven a poner en foco estos NMS latinoamericanos, esbozando seis características comunes fundamentales, para luego dar ejemplos concretos de dichos movimientos.
Todo este bagaje teórico concluye con un apéndice que se propone reflexionar sobre las nociones de sociedad civil y Estado a lo largo de la historia. Además, esboza una revisión conceptual respecto a la democracia y la representatividad.
En el capítulo “Reconfiguración de las nociones de Estado, Nación y Territorio”, producido por los autores Quintar, Fritzsche y Carmona, se propone una revisión de las ideas que imperan sobre los conceptos enumerados en el título. Al comienzo, los autores enmarcan los procesos históricos que dieron lugar al desarrollo de los Estados nación y cómo se impuso el concepto a nivel mundial. Este desarrollo servirá para contextualizar y brindar una mirada crítica sobre la reconfiguración de las nociones de Estado, Nación y Territorio. A continuación, se enfocan en la conformación de los Estados nación y en analizar cómo los conceptos mencionados anteriormente se fueron definiendo y mutando a lo largo del tiempo. Concluyen en que la relación que existe entre los conceptos y su interdependencia es fundamental para que surjan los Estados nación.
Partiendo de estas ideas, los autores indagan en las nociones que atraviesan estos conceptos para lograr un diálogo entre estos. De esta manera, evidencian la naturalización de los tres términos, la cual debe ser visibilizada para interpretar mejor la época y poder generar una transformación adecuada para los tiempos actuales.
Luego, a modo de balance del análisis teórico, ejemplifican con el caso de la construcción del Estado argentino. De esta forma, identifican qué instrumentos estatales se van construyendo y cómo van logrando los objetivos en la conformación de un nuevo Estado. Para ello, además de una exploración de los procesos históricos, examinan el componente federal en la formación del mismo. Finalmente, los autores repasan el efecto de los componentes del mundo contemporáneo —a partir de la actualidad de la política en Latinoamérica con las ideas del buen vivir o las características plurinacionales— en la conformación de los Estados.
A modo de propuesta, esbozan la necesidad de nuevas herramientas para pensar las sociedades actuales y la organización de las mismas desde una mirada que perciba las complejidades de la época.
Para cerrar, Guadalupe Hail desarrolla un apéndice donde expone los procesos que se produjeron en la Guerra Fría, permitiendo una interpretación de las nociones que se fueron abarcando en el capítulo y cómo los conflictos que se generan en esta época pueden enmarcarse en las discusiones que penetran a estos conceptos.
En el capítulo 5, “Política y territorio a fines del siglo XX y principios del XXI”, Fritzsche y Quintar parten del entendimiento de que el proceso de mundialización y las sucesivas transformaciones de las relaciones sociales y políticas se expresan territorialmente en la hegemonía de algunos países y distintos niveles de jerarquía de los Estados. En este sentido, los autores realizan una revisión de la conformación del espacio capitalista mundial desde el último siglo, para presentar un mapa con distintos centros dominantes y periferia, en la medida en que los procesos globales fueron sufriendo cambios.
El capítulo comienza con la presentación de dos modelos de desarrollo fuertemente opuestos, al finalizar la Segunda Guerra Mundial: el socialismo real y el keynesianismo; y su respectiva expresión territorial, resultando en una configuración de un mundo bipolar. A partir de la confrontación de estos polos hegemónicos, los nodos periféricos comienzan un proceso de búsqueda de desarrollismo, con el fin de ser más independientes de las metrópolis del centro del mundo. Al mismo tiempo, la periferia se alinea, en la mayoría de los casos, con uno de los dos polos hegemónicos.
Posteriormente, los autores realizan un análisis de lo ocurrido hacia los años setenta, cuando una nueva configuración mundial, marcada por un socialismo en decadencia y un capitalismo neoliberal, termina por consolidarse al entrar en los años ochenta. Es a partir de la caída del Muro de Berlín en 1989 y la disolución de la Unión Soviética en 1991 que se considera el fin del mundo bipolar y se da comienzo a un proceso de establecimiento de un mundo unipolar.
Sin embargo, los autores plantean que estos cambios, para pasar de un mundo bipolar a uno unipolar, se dieron de manera caótica y conflictiva. Los países que antes pertenecían a la Unión Soviética y sus aliados sufrieron un sinnúmero de transformaciones. A su vez, la unipolaridad occidental no resultó en una armoniosa jerarquía entre las hegemonías y las periferias, sino que los conflictos fueron aprovechados por las potencias para intervenir, bajo un velo de apadrinamiento. De esta manera, esta unipolaridad occidental capitalista se enmarca en lo que Agnew denominó “creación de política mundial moderna” y “orienta la teoría y práctica hegemónica de la política mundial, basándose en argumentos sobre el funcionamiento del mundo” (Quintar, 2023:137). Es decir, se trata de una justificación de la intervención con el fin de mantener un equilibrio en el orden mundial.
El capítulo concluye con el planteo del panorama actual, en el cual la hegemonía de Estados Unidos y la Unión Europea comienza a ser cuestionada, y surge la existencia de un mundo multipolar. Sin embargo, esta nueva configuración del poder mundial no deja de presentar territorios fragmentados, tanto simbólica como materialmente, y continúa repleta de núcleos de poder distribuidos por todo el globo, que responden tanto a polos hegemónicos tradicionales como a algunos emergentes.
En el epílogo, los autores buscan incorporar dos eventos mundiales recientes que añaden complejidad al panorama de crisis multidimensional. El primer evento es la pandemia del COVID-19, que comenzó a principios de 2020. El segundo evento identificado es la confrontación armada y el consecuente conflicto geopolítico entre Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la OTAN, iniciado en 2022.
La revisión del primer acontecimiento no se limita solo a la expansión de una enfermedad, sino que también abarca las consecuencias que la crisis sanitaria provocó y los procesos resultantes del capitalismo neoliberal globalizado que quedaron expuestos. A su vez, introduce un nuevo elemento: la explotación de los recursos naturales hasta el punto de generar una crisis ambiental que desencadenó una nueva enfermedad que derivó en pandemia. De esta forma, mediante las reflexiones de otros autores, se incorpora la catástrofe ecológica como una expresión más del capitalismo neoliberal.
De la misma forma, las desigualdades generadas bajo este modelo se manifiestan tanto en términos laborales y de ingresos, como también en las posibilidades de enfrentar una nueva situación sanitaria.
Contrariamente a lo que podía pensarse, la salida de la pandemia, representada en esfuerzos científicos relacionados con el desarrollo y la producción de vacunas, profundizó los conflictos geopolíticos preexistentes. Los países involucrados fueron principalmente Estados Unidos, Rusia y China, pero se añade un actor fundamental: los laboratorios privados. De este modo, la búsqueda de una respuesta al virus fue muy opuesta a la mejora de la vida social, la distribución de recursos (como las mismas vacunas) y el estado del ambiente. Como quedó en evidencia más adelante, la carrera por el desarrollo de la vacuna solo profundizó los mecanismos de especulación y la imposición de condiciones para generar mayores ganancias a los agentes involucrados en su producción.
Los autores destacan las consecuencias que dicha crisis generó en Latinoamérica, siendo un ejemplo de los países que no fueron de los primeros en contar con acceso a las vacunas. Las dificultades para inmunizar a la población, sumadas a las restricciones al contacto, generaron un aumento de los índices de desigualdad y un deterioro de las tasas de ocupación y participación laboral. Concluyen que la pandemia profundizó ciertas problemáticas en América Latina.
En los últimos párrafos del libro, los autores retoman lo desarrollado en el capítulo 5 en función del estallido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, evidencian que este no surgió instantáneamente, ya que proviene de una tensión geopolítica que surge, por lo menos, en 2014, con focos específicos de enfrentamientos. A su vez, introducen un elemento fundamental para la comprensión de este proceso: la OTAN. Aunque no es la primera vez que el libro menciona a esta organización, adquiere un valor significativo en el análisis del evento desarrollado y en cómo su intervención aceleró el avance militar y la posterior guerra.
La expansión de los países hegemónicos en el mundo multipolar, planteada en otros momentos del libro, pero principalmente en el capítulo 5, también se desarrolla en este epílogo en relación con hechos anteriores a la guerra entre Ucrania y Rusia, pero posteriores a la disolución de la Unión Soviética y a la formación de la OTAN. La expansión territorial de la OTAN es analizada a partir de lo desarrollado en el capítulo 2 del libro en función del modelo geopolítico de Mackinder.
Finalmente, es interesante notar cómo las teorías y conceptos de la geografía política y geopolítica aprendidos a lo largo del libro tienen relevancia y vigencia en el contexto global actual, incorporando una perspectiva de análisis pertinente para el estudio de los procesos contemporáneos que irrumpen y modifican la vida social y las configuraciones territoriales.
Grupo de Estudios en Geopolítica(s) y Territorio | repensarlageopolitica@gmail.com
Formado por Ignacio Wonsiak, Malena Tasat, Nahuel Llido (licenciad@s en Geografía - UBA), Santiago Andino, Francisco Bertenc y Juan Dayan (estudiantes avanzados de la Carrera de Geografía - UBA). Como Grupo de Estudios en Geoplíticas(s) y Territorio trabajan sobre el concepto de “Geopolítica” desde una perspectiva crítica y estudian procesos políticos-territoriales contemporáneos.